392 días de guerra en Ucrania
El experimento de Rusia: una escuela militar de niños en Crimea
Un vídeo difundido por la agencia de noticias rusa Ria Novosti muestra a menores practicando combates cuerpo a cuerpo o recargando un rifle
Los niños como arma de guerra es otra de las estrategias de la guerra de Vladimir Putin en Ucrania. El Kremlin no lo esconde y presume de ello. Un vídeo difundido por la agencia de noticias rusa Ria Novosti muestra a menores en un colegio de Crimea –península anexionada ilegalmente por Rusia en 2014– entrenándose con fusiles y realizando ejercicios de combate cuerpo a cuerpo.
Propaganda o no, Moscú utiliza, de nuevo, a menores para escenificar un ambiente bélico en el contexto del conflicto de Ucrania, precisamente en una zona de especial valor para Kiev. Según se puede desprender de la grabación y la agencia de noticias, el Kremlin estaría llevando a cabo entrenamientos militares en algunas escuelas.
Los escolares, perfectamente uniformados, aparecen desmontando, limpiando y recargando un Kaláshnikov, en una aparente competición. «¿Quién ha ganado?», pregunta un estudiante al finalizar las maniobras. Posteriormente, el vídeo muestra un ejercicio de combate cuerpo a cuerpo. Durante la lección, nueve estudiantes muestran posturas básicas de artes marciales mientras manejan armas que también parecen fusiles.
El periodista de la BBC Will Vernon reveló que el curso militar de la escuela de Crimea, que aparece en la grabación, es un programa piloto y se implementará en las escuelas secundarias de todo el país a finales de este año. Por su parte, el viceministro de Asuntos Internos de Ucrania, Anton Herashchenko, ha denunciado que «el entrenamiento militar se está convirtiendo en uno de los componentes de la educación» en Crimea.
Una grabación que salió a la luz casi al mismo tiempo que la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) contra Vladimir Putin por la deportación de niños en zonas de Ucrania ocupadas por Rusia. Los niños son uno de los colectivos más vulnerables en cualquier contexto y más en el de la guerra.
El Kremlin, y según ha documentado la CPI, lleva cometiendo estas deportaciones ilegales desde al menos el 24 de febrero de 2022, fecha en la que el presidente ruso anunció su «operación militar especial» en Ucrania. En la orden también se acusa a Maria Alekseyevna Lvova-Belova, comisaria presidencial para los Derechos de la Infancia en Rusia, de los mismos delitos.
La propaganda rusa ha vendido las acciones de Lvova-Belova como una labor de «salvación de los niños ucranianos que estaban siendo bombardeados por Occidente y la OTAN». Pero la realidad es que Moscú separaba a menores de sus familias para llevarlos a Rusia, donde se encargaban de reeducarlos. La que ya se conoce como «la cazadora de niños», ante estas acusaciones, declaró que estaba «contenta» de que la comunidad internacional haya «apreciado» su trabajo para «proteger» a los menores.