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AFP

398 días de guerra en Ucrania

Zelenski se dispone a desalojar a los monjes prorrusos del Monasterio de las Cuevas en Kiev

Los monjes del monasterio niegan la acusación del gobierno de Zelenski que les acusa de ser una herramienta de Vladimir Putin, un nido de espías en el corazón de Ucrania

El Monasterio de las Cuevas (Pechersk Lavra en ucraniano) ubicado en Kiev está siendo reclamado a la «facción de Moscú» por la Iglesia ortodoxa ucraniana, por lo que su población de 500 monjes, novicios y teólogos tiene hasta este miércoles para desalojar el lugar.

Al monasterio han llegado monjes canosos, mujeres con pañuelos en la cabeza, sacerdotes más jóvenes traídos de todo el país para reforzar la defensa del lugar y en donde sin duda se debatirá la narrativa del «mundo ruso» que subyace en el conflicto ucraniano.

De acuerdo con The Times, en el lugar también está la policía y el Ministerio de Cultura de Ucrania, cuyos representantes han montando guardia desde hace una semana revisando furgonetas cargadas de íconos y muebles dorados que se alejan de la batalla inminente. Están allí para asegurarse de que no haya tesoros nacionales entre ellos.

Monasterio de las Cuevas, Kievtwitter

La batalla por este lugar en donde se encuentra el corazón espiritual de Ucrania surge de la historia más reciente del país. Después de la caída de la Unión Soviética y particularmente desde la invasión rusa de Crimea en 2014, los líderes de la iglesia, apoyados por el gobierno de Kiev, se separaron de la Iglesia Ortodoxa Rusa, bajo cuyo dominio habían servido desde 1686.

En 2018, el patriarca de Constantinopla, el primero entre iguales de los líderes ortodoxos orientales, reconoció a la iglesia ucraniana como un patriarcado por derecho propio. Onufriy, el metropolitano de Kiev, rechazó el reconocimiento y los dos establecimientos han competido desde entonces.

Los monjes de Pechersk Lavra, el Patriarcado de Moscú y sus devotos niegan la acusación del gobierno de Volodímir Zelenski de que son herramientas de Vladimir Putin, un nido de espías en el corazón de Ucrania.

El jefe de la Iglesia ortodoxa rusa en Moscú, el patriarca Kirill, es un partidario cercano de Putin, para quien el estatus subordinado de la iglesia ucraniana es una prueba de que Ucrania pertenece a la órbita de la Gran Rusia.

En una entrevista con The Times, con los fieles mirando, Onufriy, de 78 años, hizo un llamado de último minuto al presidente Zelenski para que retrocediera: «Hemos enviado cartas al gobierno, pero no recibimos respuesta» al tiempo que agregó que no había dado instrucciones sobre si la gente debía rendirse o resistir. «Cada uno tomará su propia decisión, pero sin violencia», dijo el religioso.

El portavoz del Patriarcado de Moscú en Kiev, Metropolitan Clement, dijo al diario británico que el gobierno debería haber buscado una orden judicial para autorizar el desalojo. «Si el país no tiene Estado de derecho ¿Qué le vamos a decir a la gente?».

El gobierno de Zelenski argumenta que está terminando su arrendamiento de 50 años a los monjes debido a «alteraciones no autorizadas» y que no se ha hecho lo suficiente para restaurar y reconstruir el sitio después de las depredaciones del período soviético.

El principal beneficiario del desalojo, la Iglesia ortodoxa ucraniana aprobada por el gobierno de Kiev, ha criticado a los leales a Moscú durante años, pero está tratando de no tomar el centro del escenario en la batalla. El archimandrita Laurentiy, sacerdote principal de la Catedral de San Miguel, su sede, dijo que esperaba que los monjes prorrusos transfirieran su lealtad y así pudieran quedarse.