400 días de guerra en Ucrania
Dónde y cuándo cometió el Ejército de Putin los crímenes de guerra en Ucrania
Las fuerzas rusas han sido acusadas de numerosos crímenes de guerra en Ucrania, como en Bucha, cerca de Kiev, convertido en símbolo de las atrocidades atribuidas a Moscú desde el inicio de la invasión el 24 de febrero de 2022.
Varias investigación internacionales fueron abiertas en base a acusaciones, rechazadas por Moscú, de bombardeos indiscriminados, violaciones, torturas, ejecuciones sumarísimas y apropiación de niños. Esto último llevó a la Corte Penal Internacional a emitir una orden de detención contra el presidente ruso, Vladimir Putin.
Las fuerzas ucranianas también han sido acusadas de ejecuciones sumarias de prisioneros rusos. Estos son los principales crímenes reseñados:
Bucha
En Bucha, 20 cadáveres de hombres vestidos de civil fueron encontrados el 2 de abril de 2022 en la calle Yablonska. Eran los primeros indicios de las atrocidades cometidas durante la ocupación, en el mes de marzo, de los suburbios del noroeste de Kiev, como la propia Bucha, Irpin y Borodianka.
En total, y según las estimaciones ucranianas, se encontraron unos 400 cadáveres de civiles en Bucha y más de 1.000 en la región. Muchos de ellos en fosas comunes cavadas por los habitantes, debido a que los cementerios estaban inaccesibles por la intensidad de los combates.
Teatro de Mariupol
El teatro de Mariúpol fue bombardeado el 16 de marzo de 2022. Murieron numerosos civiles que se habían refugiado en él, durante el asedio de esta gran ciudad ribereña del mar de Azov.
El ayuntamiento habló en su momento de 300 muertos. Amnistía Internacional revisó en junio a la baja este balance, y estimó que «al menos una docena de personas murieron en el ataque, y seguramente muchas más».
Fosa común en Izium
Ucrania anunció en septiembre de 2022 haber exhumado 447 cadáveres de una fosa común en Izium, una ciudad retomada a los rusos en el noreste del país. Treinta de ellos tenían «señales de tortura».
Bombardeos a civiles
Las fuerzas rusas también están acusadas de haber bombardeado a civiles en varias localidades, como el 8 de abril de 2022, cuando un ataque con misil contra la estación de la ciudad ucraniana de Kramatorsk mató a unas 60 personas que trataban de huir de la zona.
En junio de 2022, Amnistía Internacional estimó que cientos de civiles habían muerto en los numerosos ataques sobre Járkov (noreste), muchos de ellos víctimas de bombas de racimo.
Según la ONG las fuerzas rusas utilizaron, en siete ataques contra esta ciudad, bombas de racimo y minas de racimo, prohibidas por los tratados internacionales.
El 14 de enero de 2023, un ataque en un edificio de apartamentos en Dnipro (este) mató a otras 46 personas.
Secuestro y apropiación de niños
El 17 de marzo de 2023, la CPI anunció una orden de arresto contra el presidente ruso Vladimir Putin, «presunto responsable del crimen de guerra» de «deportación» de niños de Ucrania a Rusia.
Según Kiev, más de 16.000 niños han sido trasladados a Rusia o a la zona ucraniana bajo control ruso, desde el comienzo del conflicto.
Infraestructuras civiles
El New York Times afirmó el 13 de marzo que la CPI también quería enjuiciar a los rusos por ataques deliberados contra infraestructuras civiles, como plantas eléctricas e hidráulicas.
Los investigadores de la ONU, por su parte, consideraron que «las oleadas de ataques llevadas a cabo por las fuerzas armadas rusas a partir del 10 de octubre de 2022 contra las infraestructuras energéticas de Ucrania y el uso de la tortura por parte de las autoridades rusas podrían constituir crímenes de lesa humanidad».
Violaciones
Las violaciones y agresiones sexuales atribuidas a las fuerzas rusas constituyen claramente «una estrategia militar» y «una táctica deliberada para deshumanizar a las víctimas», estimó en diciembre de 2022 la representante especial de la ONU, Pramila Patten, denunciando «casos horribles y violencia muy brutal».
Ejeuciones y simulacro de ejecuciones
La ONU acusó el 24 de marzo de 2023 a las fuerzas rusas y ucranianas de haber cometido ejecuciones sumarísimas de prisioneros de guerra.
La organización denunció los malos tratos sufridos por los prisioneros de guerra ucranianos (tortura, denegación de atención médica, violencia sexual...), así como amenazas de muerte, violencia sexual y simulacros de ejecuciones a prisioneros rusos.