Gabriel Boric y la oposición se enzarzan sobre la figura de Augusto Pinochet

La polémica, una vez más, está servida. La figura de Augusto Pinochet vuelve a resucitar en la agenda política chilena y ha provocado un cruce de palabras entre el Gobierno de Gabriel Boric y la oposición.

Luis Silva, el consejero más votado para formar parte de la convención constituyente en Chile, realizó unas declaraciones, a preguntas de los periodistas, que desataron la ira del presidente Boric. Interrogado sobre su opinión sobre el dictador que estuvo al frente del gobierno de chile 17 años, reflexionó: «Hay un dejo de admiración por el hecho de que fue un estadista. Definitivamente, un hombre que supo conducir el Estado, que supo rearmar un Estado que estaba hecho trizas».

A renglón seguido, Silva matizó: «Lamentablemente, durante su tiempo a cargo del Gobierno de Chile, ocurrieron cosas que él no podía no conocer, que habría justificado y son atroces. Eso mancha lo que hizo por Chile». Sus últimas palabras censuraban las ejecuciones, desapariciones y torturas cometidas durante la dictadura.

Boric no tardó en responder y calificar a Pinochet de, «dictador, esencialmente antidemócrata, cuyo gobierno mató, torturó, exilió e hizo desaparecer a quienes pensaban distinto. Fue también corrupto y ladrón. Cobarde, hasta el final hizo todo lo que estuvo a su alcance para evadir la justicia».

Silva fue preciso en sus observaciones. «Con toda la gravedad que tienen esos 17 años a las violaciones de los derechos humanos», insistió, pidió «no simplificar o reducir» aquel régimen militar a esos hechos. «Creo que nos privamos como chilenos de una comprensión equilibrada de nuestra historia», desarrolló tras aclarar que él no era pinochetista.

La intervención inesperada de Boric tuvo su secuela con la declaración de la portavoz de su gobierno, Camila Vallejo que advirtió que «varios representantes» del Partido Republicano al que pertenece Silva, «se han reconocido como pinochetistas… Nos preocupa que existan negacionismos, que se pretenda aún justificar o validad un golpe de Estado, una dictadura que violó derechos humanos, que masacró a gran parte de nuestro pueblo, que persiguió políticamente, que torturó y que generó heridas hasta el día de hoy».

Un 36 % de lo chilenos justifica el golpe de Estado a Salvador Allende porque los militares «tenían razón»

La polémica se produce al día siguiente de que se conociera la encuesta de CERC-Mori donde un 36 % de lo chilenos justificaron el golpe de Estado a Salvador Allende al considerar que los militares «tenían razón», frente a un 41 % que dijo que «nunca tienen razón». Apenas un 19 % optó por la opción de: no sabe, no contesta.

Valoración del régimen

Sobre la valoración del gobierno de Pinochet, el 47 % dijo que «en parte fue bueno, en parte fue malo»; un 25 % lo calificó sencillamente de «sólo malo» y un 11 % «sólo bueno».

La pregunta en la que se planteaba quién fue el responsable del golpe tuvo el siguiente resultado: el 22 % dijo que Pinochet, el 13 % que Allende y un 4 % lo adjudicó a Estados Unidos. El 35 % restante no sabía o no respondió.

El informe Rettig sobre violaciones a los derechos humanos durante al dictadura de Pinochet estableció entre muertos y desaparecidos la cifra de 3.065 personas.