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El presidente chino Xi Jinping recibe en Pekín al secretario de Estado de EE.UU.Leah Millis / AFP

Análisis

Los tres motivos que hacen temer un conflicto entre China y Estados Unidos

Tres posiciones enquistadas y auto excluyentes confluyen para un potencial choque entre ambas potencias

La creciente tensión en el estrecho de Taiwán (antigua Formosa) entre la República Popular China (RPC) y los EE.UU. se debe a tres ambiciones y objetivos contrapuestos que durante 73 años permanecieron ambiguos y que recientemente se han concretado por las partes, veamos:

Primero, el sueño histórico del nacionalismo Han chino de la reunificación de la nación bajo la batuta de Pekín y el Partido Comunista Chino (PCCh) desde 1949;

Segundo, la ambición de la Republica China heredera del Mariscal Chiang Kai Check en Taiwán de ser admitida en la sociedad de naciones como un estado soberano independiente desde su expulsión de la ONU en 1971, y

Finalmente, el objetivo geoestratégico de los EE.UU. desde 1949 de contener a la RPC detrás de la «primera línea» de las islas en el marco del Indo-Pacifico – la línea desde Japón pasando por la República de Corea, Taiwán, Filipinas, Indonesia, Singapur, Tailandia y Vietnam – con precedentes de intervención directa – Corea y Vietnam – y acuerdos bilaterales ambiguos como Taiwán, Filipinas y Tailandia.

Estos ya existían desde 1949 pero que en los últimos ocho meses las partes han abandonado la ambigüedad que les daba flexibilidad y margen de maniobra diplomática para resolver las recurrentes crisis sin escalada militar.

En el primer caso, el líder chino Xi Jinping en el XX Congreso del PCCh celebrado en noviembre de 2022 anunció que «la reunificación de China es un objetivo nacional de su administración» por lo tanto a cinco o diez años vista, como muy tarde para el 2032.

En el segundo caso, la presidente de la Republica China (Taiwán) Tsai Ing-wen, desde que gano unas elecciones democráticas en 2016, proclamó el 5 de abril de 2023 en un viaje California un desafío claro a Pekín subrayando que la estrategia de su país «es firme y cautelosa en aspirar a la plena soberanía de la Republica de China», y

Finalmente, el presidente Biden en unas declaraciones del 18 de septiembre 2022 abandono la ambigüedad americana sobre su compromiso directo a la defensa de Taiwán y proclamo que «tropas americanas defenderán Taiwán si la República Popular China ataca, punto.» Tres posiciones enquistadas y auto excluyentes.

Así pues, estamos ante un «escenario binario suma cero» en el estrecho de Taiwán. Muy parecido a la Europa de principios del siglo XX cuando las alianzas lideradas por las dos potencias hegemónicas del momento, Imperio británico y el segundo Reich alemán, que con posiciones igualmente enquistadas casi garantizaban que cualquier crisis local, como sucedió con Sarajevo en junio 1914, pudieran escalar a una guerra regional, o incluso global.

Desactivar tensiones y crear confianza será una tarea complicada para los diplomáticos y lideres de las tres partes. Esperemos que la historia no se repita y como escribió el académico Clarke «vayamos como sonámbulos hacia la hecatombe».