Christian Zurita cerró la campaña con casco de guerra, chaleco antibalas y acompañado por policías con fusiles de asalto
El sustituto de Villavicencio cierra la campaña en Ecuador con casco de guerra y chaleco antibalas
La recta final de la campaña electoral en Ecuador se vio enfangada por el asesinato del candidato Fernando Villavicencio por parte de sicarios.
Su partido, el Movimiento Construye, cuenta con un nuevo candidato Christian Zurita, que parte con serias opciones para alzarse como ganador de las elecciones presidenciales del próximo domingo 20 de agosto.
Sin embargo, la creciente inseguridad en el país, donde la violencia del narcotráfico ha aumentado notablemente, y la falta de respuestas a las muchas preguntas que ha planteado el asesinato de Villavicencio, ha hecho que toda precaución sea poca.
Sin ir más lejos, otro candidato, Daniel Noboa, fue víctima de un atentado con disparos en el mismo cierre de campaña del que salió ileso.
Zurita ha decidido tomar todas las precauciones posibles y, ante el asombro de muchos, presidió el acto de cierre de campaña del Movimiento Construye con casco de guerra y chaleco antibalas.
La imagen dice poco de las garantías de seguridad que ofrece el Estado ecuatoriano a sus representantes políticos y es un indicativo de la incapacidad de la policía para controlar al crimen organizado.
Christian Zurita, nombrado candidato tras el veto a Andrea González Náder, primero opción del Movimiento Construye tras el asesinato de Villavicencio, tratará de alzarse como ganador en unas elecciones convocadas por el presidente Guillermo Lasso mediante el mecanismo constitucional conocido con el nombre de «muerte cruzada».
Lasso evitó con ese movimiento ser destituido al disolver la Asamblea Nacional que pretendía apartarlo de la presidencia por los casos de corrupción del gobierno.
Zurita tendrá como principal rival a la candidata correísta Luisa González. La candidata del izquierdista Revolución Ciudadana, cuya candidatura esconde la sombra del expresidente Rafael Correa, parte con todas las encuestas a favor.
Sin embargo, el asesinato de Villavicencio ha aumentado la simpatía ciudadana por un partido cuyo líder muerto ha pasado a ser considerado un mártir de la lucha contra el narcotráfico.