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Ucrania destruye un bombardero ruso supersónico con un dron lanzado desde la misma Rusia
La capacidad de las fuerzas ucranianas para alcanzar y destruir objetivos enemigos en la misma Rusia da, de semana en semana, saltos cualitativos en ataques cada vez más audaces sin que las defensas rusas sean capaces de interceptarlos.
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El último caso es particularmente humillante para el Kremlin: drones ucranianos lograron destruir un poderoso bombardero supersónico Tupolev Tu-22M3 Backfire en la base aérea Soltsky-2 de la región rusa de Novgorod.
Además, como resultado del ataque, otros dos ejemplares del Backfire resultaron gravemente dañados. Este bombardero, del que Rusia cuenta con más de 100 unidades en servicio, es el principal responsable de los ataques aéreos rusos contra ciudades ucranianas.
Si ya el hecho de que una fuerza aérea exigua como es la ucraniana haya logrado destruir el Tupolev en la misma base aérea ilustra la debilidad de las defensas rusas, un segundo hecho profundiza aún más en la crisis de defensa interna de Rusia: el dron ucraniano fue lanzado desde el territorio ruso.
Imágenes de las fuerzas armadas ucranianas muestran al Tupolev en llamas en la misma pista del aeródromo militar Soltsky-2. El ministerio de Defensa ruso confirmó que un avión no tripulado estilo helicóptero había sido el responsable del ataque.
El ministerio de Defensa británico, a su vez, en un informe de este martes, apuntó a que, dadas las características de ese tipo de drones y la distancia de la base aérea Soltsky-2 de la frontera ucraniana, a unos 650 kilómetros, el dron ucraniano únicamente pudo despegar desde el mismo territorio ruso.
«Es poco probable que los UAV de helicóptero tengan el alcance para llegar a Soltsky-2 desde fuera de Rusia», señaló el informe del ministerio británico de Defensa.
El golpe ucraniano a Rusia ha sido fuerte. Ucrania tenía al modelo Backfire en su punto de mira, y desde hacía tiempo le tenía ganas al bombardero supersónico ruso.
Este tipo de misiles, que Rusia emplea ante la escasez de misiles inteligentes de última generación, no están diseñados para su empleo contra objetivos terrestres, y son tremendamente poco fiables, lo que hace que en muchas ocasiones fallen sus objetivos militares y, en su lugar, alcancen objetivos civiles causando un gran número de bajas.
El informe británico de Defensa también subraya que con este son ya tres ataques exitosos que Ucrania lanza contra aeródromos militares rusos. Rusia muestra así una notable incapacidad para defender sus instalaciones estratégicas en su territorio profundo.