El presidente ruso Vladimir Putin prefiere participar por videoconferencia en los eventos públicos
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Aislado y marginado: Putin renuncia al G20 y se bunkeriza en el Kremlin
La ausencia de Putin en los grandes foros internacionales muestran que Rusia y su presidente están cada vez más aislados
El presidente ruso, Vladimir Putin, no asistirá a la cumbre del G20 que se celebrará en septiembre en la ciudad de Delhi.
Así lo confirmó el mismo Putin durante una conversación con el anfitrión de la cita, el primer ministro indio Narendra Modi.
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En su lugar, asistirá el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov. De esta manera, Putin vuelve a ausentarse de una cita internacional importante. La última ausencia sonada de Putin en un foro internacional se produjo en la cumbre de los BRICS este mes de agosto en Johannesburgo.
Putin decidió enviar también en esa ocasión a Lavrov y pronunciar su intervención por videoconferencia para evitar una posible detención en cumplimiento de la orden de captura dictada contra él por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra en Ucrania.
En esta ocasión, la justificación esgrimida por el Kremlin para explicar la ausencia de Putin es «problemas de agenda».
Según un comunicado difundido por el gobierno indio, durante la conversación telefónica Putin y Modi también debatieron «cuestiones de interés regional y global de mutuo interés».
«La conversación abordó también cuestiones actuales de las relaciones ruso-indias que se desarrollan progresivamente en un espíritu de asociación estratégica especialmente privilegiada», añadió el comunicado.
La ausencia de Putin en el G20, al igual que su ausencia en la cumbre de los BRICS, evidencia una vez más el creciente aislamiento del presidente ruso.
Desde el inicio de la guerra, sus apariciones públicas se han ido reduciendo, y las escasas ocasiones en que ha participado en algún acto, reunión o encuentro, lo ha hecho manteniendo unas exageradas distancias de seguridad.
Incluso existen serias sospechas de que cuenta con dobles que participan en su lugar en los actos públicos que debe presidir.
La situación real dentro del Kremlin es una auténtica incógnita. De puertas afuera, Rusia –sus élites– se mantienen firmes junto a su presidente.
Sin embargo, el goteo de extrañas muertes y el chorreo de purgas entre miembros de esas élites –oligarcas, altos funcionarios, militares–, de la que Prigozhin es el último eslabón, parece indicar que Putin lucha contra movimientos internos en su contra.
