El ministro de Justicia de Francia eleva el tono contra las 'abayas': «Radicalización y ataques al laicismo»
Éric Dupond-Moretti ha enviado una carta a todos los fiscales de país para que actúen de manera «firme, rápida y sistemática» en caso de incumplimiento de la prohibición a usar esta vestimenta en los colegios
El curso escolar en Francia se ha visto empañado por una nueva polémica en torno a lo que se debe considerar un símbolo religioso. ¿Es la abaya –vestido suelto usado en gran parte del mundo musulmán– o en el caso de los hombres, el qamis un distintivo del islam?, esta es la pregunta que muchos franceses se hacían el primer día de clases.
El Estado francés y el Gobierno de Emmanuel Macron tienen clara la respuesta: sí. El ministro de Educación galo, Gabriel Attal, inauguró el periodo lectivo con una prohibición, que ha puesto a la República, que defiende a capa y espada su lema Liberté, Égalité, Fraternité, patas arriba.
Mientras que desde el Ejecutivo francés defienden que esta medida pretende «proteger el laicismo en la educación», otros ven en la medida una falta de libertades. La izquierda se ha servido de la polémica, que ha levantado la prohibición, para acusar a Macron de cometer una «afrenta contra las libertades civiles».
El presidente galo, sin embargo, permanece impasible y ha asegurado que serán «inflexibles». En Francia la escuela «es laica y obligatoria» y eso «es la condición que hace posible ejercer la ciudadanía. Es la base del modelo francés, del pacto republicano», se ha encargado de repetir Macron como un mantra estos últimos días.
Una vez aprobada lo que han bautizado como «la directiva Attal» –en alusión al ministro de Educación francés–, el segundo en la línea de fuego del Gobierno de Macron es el ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti. El titular de esta cartera ha ido un paso más allá y ha remitido una carta a todos los fiscales del país para que actúen de manera «firme, rápida y sistemática» en caso de incumplimiento de la prohibición de las abayas en las escuelas.
La misiva, hecha pública por el diario francés Le Parisien, es directa, sin rodeos, la ley se debe cumplir, sin excepciones. Dupond-Moretti empieza el escrito recordando a los fiscales «el reto compartido de proteger la escuela, que debe seguir siendo un santuario republicano, de cualquier forma de violencia o de cualquier delito vinculado a la radicalización violenta o al separatismo», para, posteriormente, añadir que espera «una respuesta penal firme, rápida y sistemática».
El Ministro de Justicia francés describe el inicio del curso escolar como «un momento álgido del año para todos» y aprovecha para «subrayar la importancia de la relación que existe entre el sistema educativo nacional y las autoridades judiciales, e invitar a los fiscales y procuradores a apoyar y acompañar a los representantes del sistema educativo nacional» cuando se observen infracciones a la laicidad.
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«Es mucho lo que está en juego», recalca Dupond-Moretti. Para finalizar, recuerda a los fiscales que también se consideran «infracciones punibles» la presión sobre las creencias de los alumnos o los intentos de adoctrinamiento en los colegios públicos y centros docentes, así como en sus inmediaciones o durante cualquier actividad relacionada con la enseñanza.
A pesar de las continuas advertencias y anuncios por parte de las autoridades galas, unas 298 alumnas acudieron a su centro de estudios vestidas con la abaya, desafiando a las autoridades galas. Macron volvió a insistir ayer, en un día de regreso a las aulas más agitado de lo habitual, que esta prenda sí es un símbolo religioso, utilizado para identificar a estudiantes musulmanas. Francia no cede ante la crisis de las abayas y se mantiene firme, al igual que hizo en su momento con la prohibición del uso del velo.