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Von der Leyen y Xi Jinping, en una reunión en abril

La relación entre Von der Leyen y Xi Jinping, tan lejana como la separación por la covidAFP

La tensión entre la UE y China aumenta al borde de la guerra comercial

La decisión europea de investigar las subvenciones a los coches eléctricos chinos es solo el último de una serie de encontronazos entre ambas potencias

La rivalidad entre China y la Unión Europea no deja de aumentar. En el último año, el bloque europeo ha puesto al gigante asiático en su punto de mira, y desarrollado una serie de iniciativas atrevidas sin miedo a provocar a Pekín.

La última –la decisión de investigar los coches eléctricos chinos– ha suscitado una respuesta intimidante por parte del Gobierno de Xi Jinping.

Su ministerio de Comercio acusó a la UE de adoptar «una política abiertamente proteccionista» y afirmó que China «manifiesta grandes preocupaciones y fuerte descontento» respecto a esta investigación, que «tendrá un impacto negativo sobre sus relaciones comerciales y económicas».

El bloque tendrá que andar con pies de plomo para evitar una guerra comercial contra Pekín. A partir de ahora, «China prestará especial atención a las tendencias proteccionistas de los europeos y a sus próximos pasos, para proteger los derechos e intereses de las empresas chinas», amenazó el ministerio de Comercio chino a través de su comunicado.

¿Se doblegará la Unión Europea frente a China? El patrón de sus últimas decisiones indica lo contrario. El de los coches eléctricos no es más que el capítulo más reciente de una larga saga.

Coches eléctricos, guinda del pastel

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha ordenado una investigación contra las subvenciones estatales al sector del motor en China.

«Los mercados globales están inundados por coches eléctricos chinos, más baratos. Y las inmensas subvenciones del Estado mantienen sus precios artificialmente bajos», criticó durante su discurso sobre el estado de la Unión.

La investigación a las subvenciones estatales chinas se suma a otra decisión europea contra Pekín: a partir del próximo mes de enero, entrará en vigor un impuesto adicional sobre las exportaciones de coches eléctricos que no contengan, al menos, un 25 % de piezas europeas.

La última vez que tuvieron una idea similar fue en 2013. La Unión impuso un impuesto extra sobre los paneles solares chinos, y el equipo de marca HUAWEI. Como respuesta, China se dedicó a enfrentar a los miembros de la UE entre ellos a base de amenazas de más impuestos de exportación. Karl De Gucht, jefe de Comercio entre 2010 y 2014, tuvo que anular la decisión y advertir que, «si la Unión Europea no se mantiene unida, perderemos».

Pekín podría volver a tomar represalias, enfrentándose a los fabricantes de motor europeos que aún venden en China y que son, sobre todo, alemanes (como Volkswagen, BMW, y Mercedes). De momento, sin embargo, Europa se mantiene firme, y Alemania ha celebrado el anuncio de Von der Leyen: Robert Habeck, ministro de Economía alemán, elogió esta investigación en contra de la «competición injusta» en el mercado.

El tema de los coches eléctricos servirá de baza en la próxima cumbre entre China y Bruselas. Concede una ventaja al jefe de comercio europeo, Valdis Dombrovskis, de cara a su viaje a Pekín. De momento, está programado para el próximo 25 de septiembre, aunque no sería sorprendente que Xi Jinping lo cancelase.

El plan de 'seguridad económica'

En junio de 2023, la Unión Europea presentó un plan de seguridad económica que pedía a sus 27 Estados miembros reforzar los controles sobre exportaciones y la salida de tecnologías –por miedo a que pudiera tener usos militares en manos de rivales como China.

La Comisión Europea ve un riesgo potencial en la exportación de tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial y la computación cuántica.

Durante una rueda de prensa en Bruselas, se abogó por un mayor control de las exportaciones y un escrutinio de las inversiones salientes en diversas tecnologías clave. Y aunque el documento no menciona explícitamente a China, hace hincapié en asociarse con países afines y habla de «des-arriesgar», es decir, de reducir la dependencia económica con el gigante asiático.

Josep Borrell, alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad lanzó una declaración al respecto: «Queremos asegurarnos de que la UE esté bien equipada para proteger su propia seguridad e intereses. Sabemos que el equilibrio es delicado: ‘des-arriesgar presenta sus propios riesgos. Por lo tanto, debemos ser muy selectivos, y utilizar los principios fundamentales de proporcionalidad y precisión».

Patrullas en el Estrecho de Taiwán

Más leña al fuego, y esta vez en el ámbito de defensa. En abril de 2023, Borrell instó a las marinas europeas a patrullar el Estrecho de Taiwán. En un artículo publicado al respecto, resaltó la importancia crítica de este territorio, en términos económicos, comerciales, y tecnológicos.

La maniobra llegó en un momento arriesgado. Dos semanas antes, China, enfurecida por la reunión entra la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen y el presidente de la Cámara de representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, había realizado ejercicios militares alrededor de Taiwán.

Las declaraciones de Borrell se produjeron también tras unos comentarios polémicos del presidente francés Emmanuel Macron, quien afirmó que Europa no debía «seguir» a Estados Unidos en un posible conflicto contra Pekín sobre Taiwán.

Pero Borrell fue más allá: en el parlamento europeo, abrió un debate sobre China y argumentó que Taiwán forma parte del «perímetro geoestratégico para garantizar la paz» y que una acción contra la isla sería «extremadamente grave» para Europa.

'Global Gateway' contra la Iniciativa de la Franja y la Ruta

China tiene su 'nueva ruta de la seda', la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y Europa no quiso quedarse corta.

A través de su iniciativa estrella, Global Gateway, Europa busca ofrecer a los países en desarrollo una alternativa a la red de comercio de China, que se extiende estratégicamente a través de puertos, energías, y redes de telecomunicaciones.

Los primeros proyectos del Global Gateway de la UE incluyen un cable digital bajo el Mar Negro, un cable de fibra óptica submarino que conectará el Mediterráneo y los países del norte de África, y una presa con planta hidroeléctrica en Camerún. Según informó Politico, la Unión tiene en desarrollo alrededor de 70 proyectos, con prioridad bajo esta iniciativa.

«Global Gateway se está concretando. Ahora vamos en serio», afirmó un alto funcionario de la UE. El plan busca movilizar hasta 300 mil millones de euros en fondos públicos y privados para 2027, para financiar proyectos de infraestructura de la UE en el extranjero.

Para comparar: desde 2005, China ha invertido cerca de 2,3 billones de dólares en casi 4.000 proyectos similares de inversión y construcción en el extranjero, lo que le da una fuerte ventaja en su alcance económico frente al bloque europeo. Sus proyectos de la Franja y la Ruta cuentan con un presupuesto de aproximadamente 370 mil millones de dólares.

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