Bruselas teme una victoria del populista Fico en Eslovaquia
Oficialmente de izquierdas, ha estrechado relaciones con Viktor Orban y se muestra reacio a enviar armas a Ucrania
Robert Fico está de vuelta: todas las últimas encuestas publicadas de cara a las elecciones legislativas del próximo domingo le sitúan en cabeza con alrededor del 20 %.
En todo caso, quien ya fuera primer ministro de Eslovaquia en dos ocasiones (2006-2010 y 2012-2018) se verá abocado a formar un gobierno de coalición. Su rival más próximo, Michal Simecka, con cerca del 17 % de las intenciones de voto, vicepresidente del Parlamento Europeo, miembro del grupo liberal Renew, podría frustrar los planes de Fico forjando una coalición de partidos minoritarios de carácter europeísta y favorable a la causa ucraniana.
La clave está en los escaños que consigan los pequeños
La clave está en los escaños que consigan los pequeños, que podrían quedar atrapados en las redes de la rígida ley electoral del país centroeuropeo, que contiene tres umbrales de elegibilidad: un 5 % necesario para un partido, un 7 % para una coalición y un 10 % para coaliciones de cuatro o más partidos para un parlamento unicameral, con 150 diputados y una legislatura de cuatro años.
Suavizar forma y fondo
El árbitro de la contienda podría ser HLAS, el anterior partido de Fico, hoy encabezado por Peter Pellegrini. Si este último se decanta por volver con Fico, el carismático líder se verá obligado a suavizar su lenguaje y a matizar alguna de sus propuestas más polémicas, como una hipotética salida de Eslovaquia de la OTAN. En cambio, Fico podría aplicarlas si elige como aliado al partido de derecha extrema «Republika». En el mejor de los escenarios, su jefe, Milan Uhrik, solo podría aportar a Fico una quincena de escaños, cifra insuficiente para formar Gobierno.
Tampoco hay que olvidar al partido anticorrupción O’Lano, el más votado en las últimas elecciones
Tampoco hay que olvidar al partido anticorrupción O’Lano, el más votado en las últimas elecciones. Sin embargo, no ha sabido gestionar su capital político y camina, según las encuestas, hacia los márgenes del tablero político eslovaco. Fico lo sabe. Es una de las razones por las que ha radicalizado su discurso, en sintonía con un sector importante de la población, harto, entre otros motivos, con las consecuencias de la pandemia.
Como Orban
Asimismo, Fico, al igual que Viktor Orban en Hungría, condena la invasión rusa a Ucrania, pero no se muestra dispuesto a volcarse con Kiev: ni en lo militar, ni en lo económico. Ucrania se ha querellado contra Eslovaquia, Polonia y Hungría ante la Organización Mundial de Comercio. Fico aprovecha lo que considera una desfachatez por parte de Kiev.
Eslovaquia y Hungría estarían en posición de dictar sus condiciones
Si consigue formar una coalición con los partidos más populistas, los partidos de derecha extrema, se complicaría la revisión del presupuesto europeo y los 50.000 millones de euros previstos para apoyar a Ucrania.
La victoria de Fico también serviría para romper el aislamiento de Orban. Como el presupuesto europeo ha de aprobarse por unanimidad, Eslovaquia y Hungría estarían en posición de dictar sus condiciones.
Refugiados
La inmigración tampoco será un asunto fácil de gestionar. Fico no se anda con rodeos y podría usar la fuerza contra los ilegales.
Junto con Polonia y Hungría, fue uno de los tres países que se rebelaron en 2016 contra la decisión europea de introducir un sistema provisional de reparto obligatorio para los refugiados sirios. Este sistema obligaba a Eslovaquia a acoger a 1.502 refugiados. Fico recurrió ante el Tribunal de Luxemburgo. Y perdió.