Alemania gira a la derecha a bordo de la AfD
Su programa electoral se basa en el rechazo al euro, a los rescates de los países periféricos, busca el cierre de la inmigración y defiende la vuelta al marco alemán
Alternativa por Alemania (Alternative für Deutschland, AfD) es un partido político alemán de ideología nacional-conservadora y euroescéptica. Por la historia y el pasado nacionalista alemán, en tiempos del nacionalsocialismo, lo hace un partido peculiar. Poco tiene que ver con la derecha conservadora que pueda representar VOX, en España, o el partido «Hermanos de Italia», de Meloni, en Italia, a pesar de su alineamiento como derecha conservadora.
AfD fue fundada en 2013 por Bernd Lucke, profesor de Economía de la Universidad de Hamburgo, el experiodista del Frankfurter Allgemeine Zeitung, Konrad Adam, y los expolíticos del CDU Alexander Gauland y Gerd Robanus.
Desde su fundación, AfD ha tratado de desvincularse de la ultraderecha neonazi y busca acercarse más al liberalismo clásico
Desde su fundación, AfD ha tratado de desvincularse de la ultraderecha neonazi y busca acercarse más al liberalismo clásico. También busca marcar distancia con los partidos herederos de nazismo, pero sin duda es una nueva derecha deconstruida y radical.
Los comentaristas políticos han establecido que el partido está compuesto de dos facciones prominentes: Una parte compuesta por políticas nacional-conservadoras y de derecha moderadas, representada por parlamentarios como Jörg Meuthen, Alice Weidel y Beatrix von Storch, y una facción más nacionalista e identitaria, cercana a la extrema derecha y conocida como Der Flügel, que comprende figuras a nivel estatal como el líder de AfD en Turingia, Björn Höcke.
Esta segunda facción más extrema está catalogada por la «Oficina Federal para la Protección de la Constitución» como el ala más dura del partido y atentaría contra el orden básico democrático y libre, lo que la hace incompatible con la «Ley Fundamental» de la República Federal y, por tanto, la pone bajo vigilancia de inteligencia. Alemania incluye una Ley de defensa de la Constitución y la seguridad federal que está capacitada para vigilar y combatir cualquier secesionismo que atente contra la integridad de su Constitución.
Programa, programa, programa
Su programa electoral se basa en el rechazo al euro, a los rescates de los países periféricos, busca el cierre de la inmigración y defiende la vuelta al marco alemán. Defienden una disolución ordenada y paulatina de la eurozona. Son fuertemente nacionalistas, cada vez más con el paso del tiempo, y crecen gracias al descontento que ha cundido por las políticas de inmigración que inició Merkel y que han continuado en el contexto de la crisis migratoria en Europa.
Perfil / Alice Weidel, copresidenta de Alianza por Alemania
La antítesis de Merkel que quiere liderar a la derecha alemana
Se junta la repercusión que la política de Olaf Scholz ha generado en los bolsillos de los alemanes de a pie. Su «Punto de inflexión» («Zeitenwende») que Scholz proclamó en el parlamento alemán como cambio y ruptura frente a las dependencias energéticas con Rusia ha arrastrado a Alemania a un recesión y una precariedad energética y económica que, sumadas a la fuerte inmigración asumida durante años, ha terminado por llenar de descontento a las clases más modestas.
Hoy se ha convertido en la segunda fuerza política en Baviera y Hessen
Esto le ha valido a AfD un importante aumento apoyo popular del electorado al punto que hoy se ha convertido en la segunda fuerza política en Baviera y Hessen.
AfD ha sido calificado como un partido populista y de ultraderecha. Varios de sus integrantes han hecho declaraciones que han sido calificadas de racistas y xenófobas y su defensa del nacionalismo alemán ha crecido, produciendo un nacionalismo fuerte que, sin suponer los componentes propios de la ideología nacionalsocialista. Algo que el partido niega categóricamente. Pero sí tienen un mensaje centrado en la defensa de la nación alemana y de lo alemán por encima de todas las cosas.
Su líder Tino Chrupalla ha recibido, en días pasados, el alta hospitalaria tras ser víctima de un «violento incidente» en un mitin de campaña, en Ingolstadt, ciudad del estado de Baviera.
Baviera, el Estado más grande
Tengamos en cuenta que su victoria en Baviera supone ganar en el mayor estado federado alemán en superficie, y que Hesse, es la región donde se sitúa Fráncfurt. Esto demuestra que AfD está ganando muchos votantes en toda la República Federal.
Tras estas elecciones en estos estados federados la CDU es seis puntos porcentuales más fuerte y el SPD ha sido castigado llegando a un 13,7 por ciento. Todavía más los verdes, que no alcanzan ni siquiera un diez por ciento de los segundos votos.
La AfD, obtuvo el 15,8 % de los votos en Baviera y el 16,8 % en Hesse
En cambio, la AfD, obtuvo el 15,8% de los votos en Baviera y el 16,8% en Hesse: «Estamos en un buen camino», ha declarado la colíder de la AfD, Alice Weidel, interpretando los resultados como «un castigo» para el gobierno y «un voto a favor del cambio».
A nivel nacional, este partido antiinmigración lidera los sondeos (entre el 20% y 22% de los votos), por detrás de la derecha moderada representada por CDU-CSU (26-28%). Pese a la victoria, la CSU obtuvo su peor resultado histórico, más malo que el obtenido en las elecciones del 2018 y para los socialistas del SPD suponen su enésimo mal resultado en Baviera, una Länder que siempre se le ha resistido; pero además en Hesse ha debido encajar un duro revés más fuerte e inesperado.
Estos primeros resultados muestran, como se esperaba, que el gobierno de Olaf Scholz ha sido castigado a mitad de su mandato, en unas elecciones centradas en la preocupación ante la crisis industrial de la mayor economía de Europa y el rebrote de las cuestiones migratorias.