Fico vuelve al poder en Eslovaquia en medio de corruptelas y de un doble asesinato sin aclarar

Lo ha conseguido: Robert Fico volverá a ser primer ministro de Eslovaquia tras su victoria en las elecciones legislativas celebradas el pasado 30 de septiembre. Ha constituido una coalición con las formaciones populistas «Voz de los Demócratas», de Peter Pellegrini, y Partido Nacional Eslovaco, de Andrej Danko.

Queda por anunciar el nombre de los futuros ministros, pero se da por hecho que Fico participará en la cumbre europea de los días 25 y 26 de octubre. Lo hará con toda la legitimidad política, pero también con varias personas próximas a él inmersas en varios escándalos. Y se muestra dispuesto a sofocarlos judicialmente.

«Hay que poner orden», declaró Fico durante la campaña electoral, al referirse al caos que impera, según él, en las altas esferas de la Administración eslovaca. En realidad, el flamante vencedor de las elecciones legislativas en el país centroeuropeo –ya ha iniciado conversaciones para constituir una coalición estable– apuntaba a la caza de brujas que desatará en la élite policial y en altas esferas de la judicatura. El objetivo es desactivar una agenda judicial bastante cargada.

Las investigaciones de los últimos años han arrojado luz sobre una tupida red de personas, integrada por alrededor de 170 personas, entre las que figuran policías, fiscales, políticos y empresarios imputadas por delitos asociados con la corrupción. Todas ellas son o bien personalidades protegidas desde siempre por Fico, o bien que han estado a su servicio.

Destacan en la larga lista el antiguo ministro del Interior, Robert Kalinak, y el antiguo jefe de la Policía Nacional, Tibor Gaspar. Este último, detenido el pasado 11 de agosto, fue candidato hace unas semanas en las listas de Smer, el partido encabezado por Fico.

Una pieza clave del universo del antiguo y futuro jefe del Gobierno de Eslovaquia ya ha sido condenada. Se trata de Peter Kazimir, antiguo ministro de Finanzas y actual presidente del Banco Central de Eslovaquia, y como tal, miembro del comité del Banco Central Europeo: el pasado abril, la Justicia le sentenció a dos años de prisión con suspensión de pena por entregar, mientras formaba parte del Gobierno, un sobre de 48.000 euros al director de la Agencia Tributaria, lo que le permitió tener acceso indebido a información fiscal reservada de sus opositores políticos. Una palanca idónea para ejercer sutiles chantajes y presiones.

Con todo, el asunto más espinoso para Fico sigue siendo el doble asesinato, acaecido el 21 de febrero de 2018, del periodista Jan Kuciak y su pareja, Martina Kusnirova. Ambos, de 27 años, fueron abatidos a balazos en su domicilio. Las investigaciones de Kuciak se centraban en las altas esferas del poder, y en particular en el entorno de Fico.

En aquel momento, el asunto desató una crisis institucional en Eslovaquia, que Fico, a la sazón primer ministro, intentó desactivar en el más puro estilo populista. En este caso, posando delante de un fajo de billetes que sumaban un millón de euros. Era la recompensa prometida a la persona que condujera a la detención del asesino. La peculiar exhibición fue en vano: unas manifestaciones multitudinarias abocaron a Fico a la dimisión.

Desde entonces, se han producido nuevas revelaciones acerca de las investigaciones llevadas a cabo por Kuciak, siendo la más alarmante la que ponía de manifiesto los vínculos entre altos cargos gubernamentales y la 'Ndrangheta', la mafia calabresa. En el centro de aquellas maniobras espurias figuraba una trama fraudulenta de subvenciones agrícolas europeas.

Un nombre sobresalió, por la parte eslovaca: el de María Troskova, una modelo, antigua representante de su país en el concurso de Miss Universo, reciclada en asesora política de Fico. Sin ir más lejos, había acompañado al primer ministro a encuentros con personalidades internacionales de primer nivel, como la entonces canciller alemana Angela Merkel. Pero fuera de focos, tal y como descubrió Kusniak, Troskova se reunía con Antonino Vadala, un capo de la Ndrangheta. Fico la apartó.

Esta acertada decisión –por lo menos para sus intereses políticos a corto plazo– fue el inicio de la remontada de Fico, basada en su inmunidad parlamentaria y en la vista gorda de la Justicia, en especial la del fiscal general, Maros Zilinka, que archivó su caso y el de Kaliniak. La razón alegada es que los elementos en contra de ambos eran «poco razonables». En cambio, sí que han sido detenidos por el doble asesinato el autor del tiroteo, el conductor y un intermediario. Pero no el cerebro de la operación. Todas las miradas se dirigen hacia el promotor inmobiliario Marian Kocner, considerado próximo a la galaxia de Fico.