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Giorgia Meloni, a su llegada a la cumbre de la Comunidad Política Europea en GranadaAFP

Italia antepone su seguridad a la zona Schengen y blinda su frontera con Eslovenia

Este año, más de 16.000 personas entraron ilegalmente en el territorio italiano a través de Eslovenia

Italia ha anunciado la suspensión del acuerdo de fronteras abiertas con su vecino, Eslovenia, en respuesta al creciente riesgo de terrorismo en Europa. Su decisión, que da absoluta prioridad a la seguridad de los ciudadanos italianos, fue impulsada por la violencia en el Medio Oriente y las últimas noticias de amenazas terroristas en Bélgica y en Francia.

El gobierno liderado por Giorgia Meloni informó que, en la región fronteriza del noreste de Friuli-Venezia Giulia, las autoridades ya han identificado 16.000 entradas ilegales en solo este año. Estas personas entraron a través de la frontera eslovena, y se suman a las 140.000 llegadas de migrantes a Italia por mar. En total, las cifras representan un aumento del 85% en comparación con el año 2022.

A través de un comunicado, el gobierno italiano señaló que el comité antiterrorista del ministerio del Interior está evaluando la situación, lo que «confirma la necesidad» de reforzar la frontera italiana. A partir del 21 de octubre, Italia retomará los controles fronterizos durante un período inicial de 10 días.

¿Y la zona Schengen?

¿Por qué es polémica esta decisión? Tanto Italia como Eslovenia son dos de los 27 países que forman parte del área Schengen, la zona de libre circulación más grande del mundo. Sin embargo, Italia se ha desmarcado del pacto al reinstaurar los controles fronterizos con Eslovenia, anteponiendo su seguridad interna ante las amenazas de ataques terroristas en Europa.

El gobierno italiano manifestó: «La intensificación de las crisis en las fronteras de Europa, especialmente después del ataque a Israel, ha aumentado el nivel de amenaza de acciones violentas también dentro de la Unión».

Por su parte, la premier Giorgia Meloni asumió la responsabilidad total de la decisión, afirmando que la suspensión del Tratado de Schengen sobre libre movimiento en Europa se había vuelto necesaria.

Durante una reunión por videoconferencia con los demás líderes europeos, Meloni recordó: «He intentado, repetidamente, llamar la atención sobre como la inmigración masiva ilegal supone un grave riesgo de seguridad en Europa».

Preocupación de la que se hicieron eco los primeros ministros de Suecia y Bélgica, Ulf Kristersson y Alexander De Croo, respectivamente: «Si no somos capaces de proteger nuestras fronteras comunes, no podremos mantener la libertad de movimiento dentro de Europa», afirmó Kristersson.

Meloni también afirmño que el gobierno había comunicado su decisión a las autoridades de la Unión Europea y discutido la situación con sus homólogos eslovenos. Con todo, el comunicado del gobierno subrayó que las medidas policiales en la frontera entre Italia y Eslovenia no serán suficientes para garantizar la seguridad requerida, ya que los flujos de migrantes ilegales siguen siendo un riesgo potencial.

La decisión de Italia llega solo dos días después del atentado terrorista en Bruselas, en el cual un inmigrante ilegal radicalizado disparó y mató a dos turistas suecos por motivos yihadistas. Es un momento de alta tensión para Europa: en los días posteriores al atentado en Bélgica, varios aeropuertos en Francia fueron evacuados debido a «amenazas de atentados».

El gobierno italiano también ha comunicado su decisión a la Comisión Europea y a otros estados miembros. Además, once países más del área Schengen han reinstaurado controles fronterizos, incluyendo a Italia, Austria, Alemania, Francia, República Checa, Polonia, Eslovaquia, Suecia, Dinamarca, Noruega y Eslovenia.