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Un convoy de camiones del Ejército israelí, en la ciudad sureña de Sderot

Un convoy de camiones del Ejército israelí, en la ciudad sureña de SderotAFP

La Inteligencia israelí crea una unidad para dar con los implicados en el ataque de Hamás

La prensa local israelí ha revelado que la misión de esta unidad será no sólo dar con el paradero de los implicados en el 7-O, sino también «eliminarlos»

«El Eterno (Dios) de Israel no mentirá». Ese es el versículo del Antiguo Testamento que inspira el acrónimo de una nueva unidad, NILI, creada por la Agencia de Seguridad de Israel, el servicio de seguridad interior también conocido como Shin Bet, para dar con el paradero de cada integrante de Hamás involucrado en los brutales ataques coordinados del 7 de octubre.

La prensa local israelí reveló que la misión de esta unidad, que actuará de forma independiente de otras bajo el Comando y Control de la Lucha Antiterrorista, será no sólo dar con el paradero de los implicados en el ataque, sino también «eliminarlos».

El digital Times of Israel menciona, además, que en el establecimiento y desempeño de la unidad interviene el Mossad, el servicio de Inteligencia israelí en el extranjero. Este extremo apunta a que su tarea no se circunscribirá a la Franja de Gaza, territorio cuyo espacio aéreo, marítimo y buena parte de su perímetro controla Israel, sino también al exterior, donde residen dirigentes del aparato político de Hamás.

La unidad ya es operativa y tiene el foco puesto en identificar a cada uno de los integrantes de la organización terrorista que tomaron parte en la incursión desde el enclave palestino a poblaciones, comunidades rurales, bases militares y un festival de música en suelo israelí el 7 de octubre.

Para ello, el amplio material gráfico y de otra índole recolectado por la Inteligencia israelí de los ataques, será crucial a la hora de determinar las identidades de los cerca de 2.500 miembros del brazo armado de Hamás que se estima participaron en el asalto.

No se descarta que también figuren entre los objetivos otros miembros del grupo terrorista que fueron claves como cerebros intelectuales, en la planificación y ejecución de los atentados.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró poco después de producirse el ataque coordinado que «cada hombre de Hamás es un hombre muerto», y altos mandos militares, han advertido que el objetivo de la guerra contra Hamás es desmantelar su capacidad ofensiva y erradicar su estructura política.

Hamás gobierna de facto en la Franja de Gaza desde 2007 cuando tomó por la fuerza ese territorio tras enfrentarse violentamente a las fuerzas leales a la facción nacionalista Al-Fatah, que lidera el presidente palestino, Mahmud Abás.

Objetivo: comando de élite Al-Nukhba

El medio electrónico Ynet precisó que la unidad israelí recabará información para elaborar una lista completa de todos aquellos hombres del comando de élite del movimiento islamista, conocido como Al-Nukhba.

Se trata de la principal rama de combate en las filas de las Brigadas Izadín Al Qasam, el brazo militar de Hamás, cuyos miembros irrumpieron en Israel por tierra, mar y aire, en medio de un masivo disparo de proyectiles y acabaron con las vidas de unas 1.400 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a 220 que fueron trasladadas a Gaza, donde se cree que permanecen cautivas.

El Ejército de Israel confirmó tras los ataques haber recuperado alrededor de 1.500 cadáveres de milicianos de Hamás en su territorio.

Asimismo, ha informado de la muerte de decenas de miembros y comandantes de Al-Nukhba en los bombardeos de la aviación militar contra objetivos de Hamás en Gaza.

Entre otros, Bilal Al Qedra, jefe del batallón sureño de Jan Yunes, y Ali Qadhi, un comandante de la compañía; Taysir Mubasher, comandante del Batallón norte de Jan Yunes; y el comandante de las fuerzas de seguridad nacional de Hamás, Yihad Mehisan, equivalente a general de división.

Con la colaboración del Shin Bet, las Fuerzas Armadas israelíes también aseguran haber eliminado a media docena de comandantes de la formación aérea de Hamás desde el inicio de los combates.

De acuerdo a la prensa especializada, se calcula que las Brigadas de Hamás cuentan con un ejército de alrededor de 20.000 efectivos, que se reparten en media docena de brigadas regionales, subdivididas a la vez en varios batallones.

Simbólico nombre de la unidad

El nombre de la flamante unidad, NILI, es el acrónimo de una frase del Primer Libro de Samuel (15:29), cuya transliteración en hebreo reza: «Netzaj Israel Lo Ieshaker» y cuya traducción literal es: «El Eterno (Dios) de Israel no mentirá».

Recupera el mítico nombre que fuera empleado por una de las primeras redes de espionaje judías previas al establecimiento del Estado de Israel en 1948, y que colaboró con los británicos entre 1915 y 1917 en combatir al Imperio Otomano que regía en el territorio de la Palestina histórica.

Por ello, la exégesis del nombre adoptado nuevamente para denominar a una unidad que específicamente tendrá por misión localizar a los responsables de los ataques más sangrientos registrados en el Estado Judío en sus 75 años de historia, podría resumirse en algo parecido a «la justicia de Dios está echada», o «El Dios de Israel siempre tiene la última palabra».

Otra misión, conocida como «Cólera de Dios» tuvo por misión vengar la tragedia de Múnich ocurrida en 1972, cuando once atletas israelíes murieron en la Villa Olímpica en un ataque que implicó la toma de rehenes por ocho terroristas de la organización Septiembre Negro, que exigían la puesta en libertad de 200 presos palestinos.

Tras 21 horas de infructuosa negociación la Policía alemana llevó a cabo una operación de rescate que concluyó con la matanza de todos los atletas, cinco terroristas, un policía y un piloto.

Los autores eran miembros de una facción armada de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), liderada por Yaser Arafat.

Poco después, la entonces primera ministra de Israel, Golda Meir, declaró ante el Parlamento de su país la «guerra contra el terrorismo» y creó un comité secreto destinado a identificar a los responsables del ataque.

Se encargó al Mossad localizarlos y eliminarlos. Y agentes israelíes persiguieron y mataron a militantes de la organización guerrillera palestina por toda Europa y Oriente Medio.

En su libro Vengeance (Venganza, 1984) el autor y periodista canadiense George Jonas revela detalles de la misión «Cólera de Dios» con base a una única fuente que habría intervenido en la operación encubierta, Yuval Aviv, quien fuera oficial del Mossad.

Esa obra inspiró la cinta Múnich, del director estadounidense Steven Spielberg, que relata las muertes de supuestos integrantes de Septiembre Negro en varios países de Europa y un ataque en Beirut, Líbano.

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