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El primer ministro británico, Rishi SunakAFP

El Tribunal Supremo británico tumba el plan del gobierno para deportar a Ruanda a demandantes de asilo

El dictamen supone un duro varapalo para la política migratoria de los conservadores británicos y su plan de aliviar la presión migratoria sobre las islas británicas

El Tribunal Supremo del Reino Unido, máxima instancia judicial del país, ha concluido este miércoles que el plan del gobierno británico de enviar a Ruanda a los solicitantes de asilo que entran de manera clandestina en el país es ilegal.

En un dictamen unánime de cinco jueces, el presidente del Supremo, Robert Reed, argumentó que, a la luz de las evidencias, hay un riesgo de que los demandantes de asilo puedan estar en peligro de ser deportados a sus países de origen, de los que huyeron.

El Supremo dio a conocer su decisión después de que el Ejecutivo de Rishi Sunak recurriera el dictamen de una corte inferior –la Corte de Apelación– que consideró también que Ruanda no era «un país seguro» para enviar a migrantes en situación irregular.

Con el dictamen de la máxima instancia judicial del Reino Unido, los magistrados dieron la razón a varios solicitantes de asilo y organizaciones no gubernamentales, que denunciaron en todo momento las deficiencias del país africano en materia de derechos humanos.

Reed explicó que la misión de la corte en este caso era puramente legal y que no se tenía en cuenta el actual debate político sobre la política migratoria, y agregó que se evaluaron leyes y tratados internacionales en materia migratoria y de derechos humanos.

La decisión de hoy supone un duro varapalo para la política migratoria del Ejecutivo conservador, puesto que el plan de Ruanda –iniciado en abril de 2020 cuando Boris Johnson era primer ministro– era central para atajar el aumento de los botes con migrantes que cruzan el Canal de la Mancha, que separa Inglaterra de Francia.

Este programa había sido defendido por la ahora exministra británica de Interior Suella Braverman, quien fue destituida por Sunak el pasado lunes a raíz de sus críticas contra la Policía británica.