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El canciller alemán, Olaf Scholz

El canciller alemán, Olaf ScholzEuropa Press

Un vacío sorpresa de 60.000 millones en las finanzas de Alemania limitará su contribución a los fondos de la UE

Berlín se enfrenta a un déficit multimillonario tras resultar inviable su idea de utilizar los fondos de recuperación tras la pandemia para varios proyectos públicos

Los funcionarios y legisladores en Berlín se preparan para recortes presupuestarios dolorosos que podrían afectar a las subvenciones para energía, industria y microchips.

Esto se debe a una decisión inesperada del Tribunal Constitucional de Alemania, que la semana pasada dejó un vacío de 60.000 millones de euros en las finanzas de la economía alemana. En un efecto dominó, la situación también está afectando las negociaciones para aumentar el presupuesto de la UE.

En una reunión de embajadores de la UE el viernes, Michael Clauß, representante de Alemania, informó a sus colegas que el fallo del tribunal significaba que Berlín ya no tenía margen financiero para incrementar su aportación al presupuesto de la UE, excepto en lo referente a la ayuda para Ucrania.

Dos diplomáticos de la UE afirmaron que Olaf Scholz ya había pedido anteriormente una «repriorización» de los fondos existentes en lugar de aumentar los pagos, pero Clauß argumentó que ahora la capacidad de Berlín para incrementar los pagos había desaparecido definitivamente.

En cuanto a preocupaciones económicas, el Ministro de Economía, Robert Habeck, advirtió que los posibles recortes presupuestarios y de subvenciones tras el fallo del tribunal podrían tener un enorme impacto en la transición industrial verde de Alemania y en su desarrollo económico general.

Habeck, en una entrevista publicada el domingo por FAZ, expresó que las consecuencias de la decisión podrían conducir a un «éxodo de la industria», lo que sería «dañino para nuestro país y sociedad».

Problemas en Alemania

El gobierno de coalición alemán, formado en 2021 por los Socialdemócratas, los Verdes y los Demócratas Libres, enfrenta esta crisis tras el fallo del Tribunal Constitucional que declaró inconstitucional su estrategia medioambiental.

Este revés, que anula el plan de reutilizar 60.000 millones de euros de fondos de emergencia de COVID-19 para financiar su agenda climática, amenaza con desestabilizar la coalición. Según el politólogo Albrecht von Lucke, la coalición está «de vuelta al punto de partida», dada la incapacidad de los partidos para encontrar una solución.

La estabilidad de la coalición se ve amenazada, y hay especulaciones sobre si el canciller Olaf Scholz podría buscar una nueva alianza con los Demócratas Cristianos, líderes en las encuestas.

Scholz enfrenta desafíos al intentar equilibrar las demandas fiscales de los Demócratas Libres y las prioridades medioambientales de los Verdes.

La anulación del plan para utilizar el dinero del COVID-19, ideado por Scholz, complica aún más la situación, limitando las opciones para cubrir el déficit de 60.000 millones de euros. Las opciones disponibles, como aumentar impuestos o recortar gastos, son políticamente inviables. Además, el uso del fondo para atraer a fabricantes de chips y otros gastos ambientales, ahora queda en duda.

Tras el fallo del tribunal, Scholz y sus socios de coalición intentaron mantener una actitud positiva, agradeciendo al tribunal por la claridad de su decisión y asegurando que su agenda no está en peligro.

Sin embargo, con la economía alemana estancada y la necesidad de mantener la disciplina fiscal, financiar su agenda legislativa se presenta como un desafío.

El vicecanciller Robert Habeck, de los Verdes, admitió en junio que si la impugnación constitucional al presupuesto climático tenía éxito, «golpearía muy fuerte la política económica de Alemania, probablemente tanto que no sobreviviríamos».

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