¿Quiénes son los «ñoquis» de la administración argentina a los que Milei quiere despedir?
El presidente argentino afirmó que pretende despedir a millones de «ñoquis» de la administración, pero ¿quiénes son?
El nuevo gobierno del presidente argentino Javier Milei tiene un objetivo como fórmula para reducir el déficit del Estado, la alta inflación y el gasto exagerado del elefantiásico Estado argentino: la reducción de la administración a golpe de «motosierra».
La de la motosierra es una imagen empleada por Milei con una gran intencionalidad, y es que, además de la reducción de ministerios de 18 a 9, y las secretarías de 106 a 54, está decidido a reducir «más del 50 % de los cargos jerárquicos de la función pública y del 34 % de los cargos políticos totales del Estado nacional».
Son medidas incluidas en las 10 medidas económicas presentadas por el ministro de Economía Luis Caputo para sacar a Argentina de la ruina.
Pero hay más: se van a suspender contratos públicos, se van a reducir subsidios, se van a cancelar licitaciones. Solo en el ministerio de Justicia se va a prescindir al 33 % del personal.
Milei pretende recortar el gasto público en unos 30.000 millones de dólares, unos 5 puntos del PIB.
En ese contexto de recortes con motosierra, Milei y su equipo de gobierno ha puesto el objetivo en los «ñoquis». «No admito la vagancia, no admito los ñoquis», dijo el ministro de Justicia Cúneo Libarona en una reunión del gabinete de Milei.
Pero ¿quiénes son los ñoquis en Argentina y qué tienen que ver con los gnocchi, el tradicional plato de pasta elaborada con fécula de patata de la gastronomía italiana? En realidad, nada.
El origen del nombre se desconoce, o al menos no hay una unanimidad al respecto, lo que sí está muy claro es a quiénes designa.
Según el diario argentino La Nación, los «ñoquis» son aquellas personas nombradas a dedo por políticos para el desempeño de tareas administrativas pero que «en realidad no cumplen tarea alguna». Se dedican, básicamente, a calentar sillas.
Los ñoquis han sido una figura a la que han recurrido los gobiernos peronistas en Argentina para devolver favores, comprar voluntades y, en definitiva, crear una red clientelar que les garantizara el apoyo electoral.
En Argentina, los gobiernos peronistas han hecho crecer de forma artificial el sector público por medio de puestos de trabajo que no cumplían ninguna función, creando una burocracia imposible de manejar, una administración improductiva y ahogando al sector privado, que es el que verdaderamente genera puestos de trabajo reales y riqueza.
La Nación apunta a que en algunas provincias argentinas hasta el 80 % de los empleos son públicos.
El gobierno de Milei anunció auditorías para individualizar los puestos de trabajo improductivos y eliminarlos.
Miguel Adorni, portavoz del nuevo gobierno, aseguró que aquellos empleados públicos que «ocupan una silla pero no trabajan, Milei va a terminar con ese empleo público».