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Padre Castor

El sacerdote cubano, Castor José Devesa Álvarez, conocido como Padre Castor

Entrevista a sacerdote católico

Padre Castor: «Uno de los pueblos que tiene más claro qué es el cáncer del comunismo es el cubano»

El sacerdote cubano cree que hay señales que indican que se podría producir un cambio de sistema en la isla

En una presentación se nos anuncia que Castor José Devesa Álvarez nació hace medio siglo en la ciudad de Camagüey y desde muy pequeño se sintió inclinado a la religión.

Su devoción se iba profundizando y hoy en día el sacerdote es ampliamente conocido entre los creyentes de la tercera ciudad más grande de Cuba como el Padre Castor.

El padre Castor es activo en las redes sociales, donde se dedica a la divulgación de la fe y a la denuncia de los crímenes del régimen cubano. Fue detenido en varias ocasiones.

Lo que yo puedo decir acerca de él es que sus homilías dominicales desde un altar en un pueblo remoto me han devuelto a Cuba espiritualmente, a esa Cuba eterna que él representa.

–Usted fue uno de los protagonistas del 11 y 12 de julio 2021 en Cuba. Incluso fue agredido, lo que demuestra que las autoridades castristas continúan sin ningún respeto por la Iglesia. ¿En qué momento se encuentra ahora Cuba?

–El 11-J fue un momento luminoso en nuestra historia más reciente. Ciertamente, sí salí porque pensé que no podía dejar solos a esos que habían sido opositores ante el peligro, como cuando uno ve a sus hijos que están en riesgo y va a estar junto a ellos.

Te diré que, en verdad, en un momento que me apresan, una joven empezó a gritar que yo era un sacerdote, que era un padre, y entonces me sueltan.

De manera que vi que todavía existía ese respeto en la gente, sin embargo, ya después que me dieron el golpe me enviaron al calabozo y sabiendo que era un sacerdote me dejaron esa noche en la celda.

La iglesia sigue siendo para ellos como un enemigo, o un estorbo

Inclusive después me prohibieron salir del país, me pusieron una medida cautelar, mediante la cual sólo podía ir de la casa al trabajo, la que no cumplí después de un día.

La iglesia sigue siendo para ellos como un enemigo, o un estorbo.

Después de tanto tiempo, ¿cómo veo ahora la situación de Cuba? Creo que ha habido un acuerdo tácito, práctico entre el pueblo cubano y su gobierno dentro del cual el pueblo deja que el gobierno siga, pero le dice al gobierno: «Tú déjame irme para el país que yo quiera, salir para el país al que yo decida, no me persigas más», como hacían muchas veces los agentes de la seguridad a los que se iban, y limitaban a la gente con los pasaportes, por las edades para viajar.

No, ahora el pueblo ha dicho déjame irme para donde yo quiera, y por otro lado, déjame hacer el negocio que yo quiera, aunque sea ilegal.

Es la razón por la que ves en Camagüey tanta gente vendiendo dentro de sus casas de una manera no formal.

Eso es lo que hace que les dejen gobernar, o sea, yo te dejo gobernar, y tú me dejas irme o hacer el negocio que yo quiera.

Pero, estas nuevas proyecciones que tienen ellos, los que gobiernan, para el 2024, se resumen a que vuelven a atacar a los que han ido haciendo su dinerito. Les quieren sacar más.

Por otro lado, la política interna de Estados Unidos, del demócrata Joe Biden que va a querer seguir ayudando a Ucrania, y está dispuesto a cerrar la entrada irregular, podría apretar la situación a los cubanos que desean marcharse, y esto puede llevar a un conflicto mayor, dentro de una situación en la que el gobierno cubano, ese que ha recibido del pueblo esa dejadez, se ha aliado con el enemigo, que es Rusia.

El pueblo cubano siente afecto por Estados Unidos, sin embargo, el gobierno en una situación de ruina económica se unió a otro que estaba buscando aliados cuando se peleó con Europa y Occidente.

Entonces se vuelven a juntar, viejas relaciones han resurgido y por tanto en el horizonte estaría una guerra de Angola, segunda parte, y una Crisis de los Misiles, segunda parte. Así estamos actualmente.

–Se van a cumplir 65 años de tiranía en la isla. Junto con Corea del Norte es la tiranía comunista más antigua en el poder. ¿Cómo ha podido suceder esto, y cuál sería el papel de los católicos cubanos?

–Sí, se cumplirán 65 años, pero pudiéramos decir que, en una primera etapa del triunfo de la revolución, los primeros treinta años están marcados por un pueblo que dejó que entrara la ideología marxista leninista, el comunismo, por su frivolidad, debido a la violencia y la soberbia.

Entonces, esa riqueza robada por el Estado a nuestra nación, hizo que duraran así esos años, aparte del apoyo de la URSS.

Como católicos, debemos seguir acompañando a un pueblo que vivió el ateísmo después de su soberbia y al verse en crisis, comenzó a encontrarse con Dios

Cuando cae la Unión Soviética hay ya un pueblo deformado por el paternalismo, que todavía no estaba preparado para un sistema distinto, muchos se van.

Empieza un camino de profundización, de eliminación de esa soberbia. Cuando este pueblo cayó en una crisis sociológica, en la que se preguntaba, ¿para esto yo he luchado?, fueron numerosos los que se acercaron a Dios, a la Iglesia.

Se inició un camino distinto, que en 1998 llegó a una cumbre con la visita de Juan Pablo II. Pero después Fidel Castro logra infectar a Iberoamérica con el ALBA, y consigue reponer la economía con otra fuente, en Venezuela, y mientras tanto el pueblo cubano estaba como que jugando a esa historia del estado paternalista.

Nosotros, como creyentes católicos, debemos seguir acompañando a un pueblo que vivió el ateísmo después de su soberbia y al verse en crisis, comenzó a encontrarse con Dios Padre.

Creo que una tarea importante de los católicos es dar esperanzas a un pueblo que está frustrado y desanimado por la derrota del sistema humano, pues toca invitar al pueblo a un sistema humano-divino.

–El mundo no va mejor: Dos guerras, intolerancia mundial... ¿No cree que sería necesario, pese a las diferencias, una resistencia o alianza judeocristiana occidental?

–En la paz supone que haya justicia, verdad, libertad, caridad. Europa está dormida pensando que Rusia no se atreverá a más, pero no es seguro para un pueblo que debe abandonar su soberbia y su división con Occidente.

Pedimos a Dios la conversión de Rusia y su Iglesia ortodoxa, pero antes no podemos descartar una guerra directa entre los países europeos que apoyan a Ucrania pero no han puesto a sus hombres contra Rusia.

Es fácil enviar lo material, pero posiblemente habrá que unirse a la guerra para poder parar a esa potencia, que además amenaza con Irán y demás pueblos de la Media Luna, que los siguen.

Esto pondría un reto a Occidente, junto con Israel, quien también esperamos que se convierta al cristianismo y se puedan unir con la mente a nosotros.

Creo que tanto Israel como Occidente necesitan de esa conversión. Occidente se ha alejado del Cristo Libertador, e Israel que se debiera unir más plenamente a nosotros, debería aceptar el camino del Mesías.

Ambos no dejan de tener responsabilidad en la guerra. Rogamos a Dios que un día llegue la paz y la unidad de musulmanes y judíos con los cristianos en una misma fe, en el Mesías, cuyo nacimiento estamos por celebrar.

–Observamos una politización a nivel global: el extremismo woke unido al islamo-socialismo. Por fin, el surgimiento de un movimiento de conservadores, como el de Javier Milei en Argentina, que enfrenta a esa sin razón de sucesivas violencias. ¿Pudiera surgir algo similar en Cuba que enfrente a la tiranía con una fuerza arrolladora?

–Sí, pudiéramos esperar un cambio de sistema en Cuba. De hecho, considero que este próximo año traerá definiciones.

La Cuba actual no es la de hace treinta años, hay más libertad económica, mucha gente comienza a manejar su dinero independientemente del salario estatal.

Hay más gestión privada con los cuentapropistas y Mipymes. Hay mayor libertad de salir del país, se obtienen los pasaportes, mayor libertad de información.

Tras treinta años hay más libertad política, encuentras opositores y disidentes en sus casas, y la gente conoce no sólo al partido comunista, sino a otros que se oponen al sistema, hay más libertad religiosa, que se ha ido ampliando, pero todavía no hemos llegado a ese estado de libertad suficiente como para desarrollar todos nuestros talentos y aprovechar esta isla bella que Dios nos ha dado, y desarrollar nuestro carácter con toda la gracia que hemos recibido.

Falta ese espacio decisivo de liberación institucional del sistema, y que construyamos otras estructuras sociales.

Se avanza en esa dirección, este año próximo deberá ser un año de definición en el que el pueblo frente a los conflictos que se puedan agudizar, pues deba tomar una decisión definitiva: si va a seguir hundido en esto o va a tomar otro camino, otro sistema social. Se acerca un momento de maduración y definición.

–Hace algún tiempo me habló de la posibilidad de que el orden mundial se invirtiera. También recuerdo nítidamente que me dijo: «Entonces Cuba habrá cambiado para bien, y muchos irán a Cuba a refugiarse, y no al revés». ¿A refugiarse del horror, quiso decir? ¿Sigue pensando igual con relación a esa posibilidad?

–Sigo pensando igual, tengo esperanzas en el futuro de Cuba. Un futuro de paz y de un progreso impresionante, veo un lugar de oportunidades y libertades.

Pienso que uno de los pueblos que está más claro de lo que es el cáncer del comunismo, que ha ido avanzando en el mundo, es el pueblo cubano.

Ya José Martí hablaba de la «futura esclavitud». Nuestra propia situación no sólo crea ansias inmensas en el pueblo de cambiarla, sino que impide que los poderosos la ambicionen, eso nos daría ventaja en querer darle la libertad en un futuro de paz y de independencia como nación para desarrollar nuestras potencialidades.

–No sé si está al corriente de las manifestaciones en España, a pocos metros de la sede del PSOE, y de la policía persiguiendo y acosando a los que allí vamos a rezar el rosario. ¿Qué imagen le traen a la mente estos tristes sucesos?

–Los sucesos en España me traen a la mente el camino de esclavitud que ató al pueblo cubano al inicio de la revolución.

España se ha alejado de Cristo y ha emprendido un derrotero que la va encadenando a la cefalopatía de un sistema comunistoide que tiene que cargar con el peso de mantener en la casta política que va creciendo.

He sufrido al ver a un pueblo alejarse de su riqueza espiritual y desconectado de las causas de su progreso. Especialmente los jóvenes se han adormecido con la vanidad de la vida light.

Todavía le falta al pueblo español para liberarse de ese destino que se han ido formando. Es esencial para la nación madre resucitar con toda su riqueza milenaria y nutrirse de su historia de gente santa.

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