Putin trata de convencer a los rusos de que la victoria en Ucrania es posible si él resulta reelegido
El presidente ruso llega a las elecciones presidenciales con dificultades para justificar la elevada cifra de muertos en combate
A Rusia cada vez le cuesta más justificar ante sus ciudadanos –todavía muy proclives a la ocupación y anexión de Ucrania– las enormes bajas en su Ejército a cambio de ganancias territoriales anecdóticas.
Pese a que los frentes permanecen prácticamente paralizados desde hace año y medio, Rusia va a un promedio de entre 500 y más de 1000 muertos en sus filas al día.
El ministerio de Defensa británico ha cifrado en 315.000 soldados rusos muertos desde el inicio de la guerra, mientras que el alto mando ucraniano eleva esa cifra a 361500 muertos.
El bloqueo en el Congreso de Estados Unidos y en el Consejo Europeo a nuevos paquetes de ayuda militar a Ucrania ha dado al Kremlin los argumentos que necesitaba para mantener el apoyo de la población rusa a la guerra.
A pesar de que lo más probable es que ambos paquetes de ayuda militar se desbloqueen en las próximas semanas, el gobierno ruso mantiene el discurso de que la derrota ucraniana será inminente una vez que el Ejército de Kiev agote su stock de municiones.
Vladimir Putin, de 71 años, busca ser reelegido en las elecciones presidenciales del próximo marzo, elecciones que nadie duda de que ganará.
Sin embargo, el Kremlin teme que el resultado electoral no refleje con toda la contundencia necesaria un unánime apoyo al presidente ruso.
Según varias encuestas recogidas por The Guardian, la población rusa, aunque mayoritariamente mantiene el apoyo al Ejército, empieza cansarse de la guerra y necesitan un horizonte de fin de la contienda y normalización internacional de Rusia.
Por ello, Putin tratará de centrar su campaña en una victoria militar rusa inevitable y a corto plazo, pero con una condición: que él resulte reelegido presidente.