Los polacos se lanzan a las calles tras la detención de dos diputados y acusan a Tusk de autoritario
La detención de los dos diputados opositores en el palacio presidencial ha desatado una crisis institucional en Polonia
El primer ministro polaco, Donald Tusk, estrena mandato con una crisis institucional sin precedentes.
La detención en el palacio presidencial y encarcelamiento de dos diputados del opositor, y anterior partido de gobierno, Ley y Justicia, uno de ellos exministro, ha prendido la mecha de una rebelión contra el nuevo gobierno de coalición.
Los dos detenidos, el exministro de Interior Mariusz Kaminsk, y el exviceministro Maciej Wasik, están encarcelados en la prisión de Ostroleka ya se han declarado en huelga de hambre.
Los familiares de ambos han expresado su indignación por el modo en que el gobierno está tratando a ambos políticos, condenados por un viejo caso de abuso de poder que se remonta a 2008.
Han acusado a Tusk de actuar de forma «cobarde» y «vengativa». Lo cierto es que Tusk ha iniciado su mandato con poco tacto a la hora de comenzar a aplicar su programa de gobierno.
El modo en que ha liquidado los medios de comunicación públicos, con el argumento de que son órganos de propaganda, junto con su poco diplomática relación con sus predecesores de Ley y Justicia le han colgado el sambenito de autoritario entre la población polaca.
La oposición, articulada en torno a Ley y Justicia, ha convocado una gran manifestación este jueves para reclamar la liberación de los dos diputados detenidos y exigir el fin del autoritarismo del gobierno encabezado por Tusk.
La situación es tremendamente delicada para Tusk. El presidente de la República, Andrzej Duda, se situó del lado de los diputados detenidos e incluso les ofreció refugio en el palacio presidencial, donde fueron detenidos.
La presencia de los policías dentro de la sede de la presidencia se ha considerado un ataque sin precedentes del primer ministro contra el jefe del Estado.
Duda incluso acusó al gobierno de ejercer una persecución por motivos políticos contra los diputados de Ley y Justicia y prometió hacer todo lo posible para liberarlos.
Ley y Justicia ha emprendido una ofensiva judicial contra el plan de gobierno de Tusk, que incluye recursos ante el Tribunal Constitucional de las medidas legislativas del nuevo gobierno, principalmente sus planes de reforma de la justicia.
La reforma de la justicia es el requisito indispensable que la Comisión Europea ha impuesto a Polonia para desbloquear el tramo de 5.000 millones de euros de los fondos europeos congelados.
Tusk ha diseñado un operativo de seguridad para controlar la manifestación con el objetivo de evitar disturbios y enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y manifestantes que pueda agravar aún más la crisis institucional.