Conflicto militar
La OTAN se prepara para la guerra contra Rusia: filtrado documento del Ministerio de Defensa alemán
Según el diario Bild, el Bundeswehr ha estudiado posibles escenarios en los que la OTAN entraría en guerra con Rusia a partir de este verano
Suenan tambores de guerra en el horizonte, o al menos para eso se prepara el Ministerio de Defensa alemán. Según unos documentos filtrados a los que habría tenido acceso el diario alemán Bild, el Bundeswehr (Ejército alemán) está estudiando posibles escenarios y soluciones en caso de que la guerra de Ucrania escale hasta el punto en el que la OTAN deba luchar directamente con las tropas rusas.
Los escenarios son progresivos desde la primavera de 2024, llegando a la máxima tensión en el verano de 2025 con un posible despliegue de fuerzas de la Alianza Atlántica de alrededor de 300.000 soldados en el flanco oriental ucraniano. Esto llevaría a la guerra con Rusia en el mismo suelo que pretende anexionarse en este momento, la cuenca minera del Donbás.
Aunque la información no se ha confirmado por parte del gobierno alemán -el canciller Olaf Scholz por el momento se mantiene en silencio-, lo cierto es que el estudio militar guarda relación con las recientes declaraciones tanto del mandatario alemán como de su ministro de Defensa cuando declararon durante estas Navidades que Europa debería prepararse para una guerra con Moscú para finales de la década.
Si bien es cierto que lo que comunica Bild es un escenario en cuestión de apenas un año, el hecho es que la maquinaria de guerra ya está en marcha. La producción marcha a buen ritmo y la propia Unión Europea está decidida a dar un paso de gigante en la inversión militar.
Según el Ministerio de Defensa teutón, sería Vladimir Putin quien estaría preparando un ataque híbrido contra la OTAN este próximo invierno. El documento recoge una serie de acciones mes a mes en el que se describe minuciosamente cuál sería cada movimiento ruso y occidental. El Bundeswehr espera que cientos de miles de soldados de la OTAN sean movilizados con un número semejante por parte del Ejército ruso, así como misiles de medio alcance con un alcance de unos 500 kilómetros.
Movimiento en fases
El primer movimiento correspondería a Rusia preparando a 200.000 hombres para una nueva ofensiva contra Ucrania a partir de esta primavera, aunque empezaría a escalar desde febrero. La guerra de desgaste planificada por el Kremlin está surtiendo efecto y Kiev cada vez está mas debilitada. Las reservas ucranianas están bajo mínimos y Putin lo sabe.
El objetivo en primavera sería debilitar al enemigo con todo tipo de ataques, incluido cibernéticos. De esta manera, se debilitaría lo más posible a Ucrania antes del segundo envite masivo desde el inicio del conflicto, programado para septiembre. La maniobra en pinza desde Rusia y Bielorrusia se conoce con el nombre de ‘Zapad 2024’ con cerca de 50.000 soldados.
El Kremlin trasladaría tropas y misiles de mediano alcance a Kaliningrado. Según el documento secreto, a partir de diciembre de 2024 podría haber un conflicto fronterizo inducido artificialmente en la zona de la Brecha de Suwalki (triángulo fronterizo de Lituania, Polonia y Bielorrusia). Los disturbios podían provocar numerosas muertes y el caos interno.
Mientras Polonia y los países bálticos informan de una creciente amenaza de Rusia en el Consejo de la OTAN, el Kremlin alertaría de que Occidente está preparando un ataque contra Rusia. Por lo tanto, es probable que en marzo de 2025 Putin despliegue aún más tropas en la región. En total, según el escenario, podría haber hasta 70.000 soldados rusos.
Aunque esto son solo proyecciones, ninguna puede ser descartada. «Puedo decirles que la consideración de diferentes escenarios, incluso si son extremadamente improbables, es parte de los ejercicio militar cotidiano, especialmente en el entrenamiento», declaró un portavoz del Ministerio de Defensa al periódico alemán.
Plan de Estados Unidos
En 2019, RAND Corporation -uno de los laboratorios de ideas geoestratégicos de más peso en el Estado norteamericano- publicó un informe en el que se destacan opciones para afrontar a Rusia titulado ‘Forzar y desequilibrar a Rusia’.
En dicho documento se analizan minuciosamente las opciones no violentas que podrían ser empleadas por Estados Unidos y sus aliados para poner presión en las esferas económica, política y militar de Rusia. El objetivo central es desequilibrar la economía, las fuerzas armadas y la posición política del régimen ruso, tanto a nivel nacional como internacional.
El documento destaca diversas debilidades que actualmente afectan a Rusia, entre ellas, la disminución de los precios del petróleo y el gas, las sanciones económicas y una población en envejecimiento. Estas se combinan con la pérdida del estatus de gran potencia y la amenaza de un ataque militar -que es la situación que nos ocuparía en este momento-.
A pesar de su situación tras la caída del imperio soviético, Rusia sigue siendo una potencia formidable que compite con Estados Unidos en diversos dominios estratégicos, de ahí que el establishment norteamericano haya buscado desequilibrar a Moscú por el flanco europeo y forzarle a mostrar algunas de sus cartas antes de una posible confrontación final.
El informe se basa en el concepto de competencia estratégica a largo plazo, originado durante la Guerra Fría y desarrollado en parte por RAND. En la década de 1970, el laboratorio propuso un cambio en el pensamiento estratégico de Estados Unidos, sugiriendo que en lugar de simplemente superar a la Unión Soviética en todos los campos, debía canalizar el enfrentamiento hacia áreas en las que Washington pudiera sacar ventaja fácilmente.
Zbigniew Brzezinski, polaco nacionalizado estadounidense y consejero de Seguridad Nacional bajo el gobierno de Jimmy Carter (1977-1981), escribió en 1987 una de sus obras de mayor repercusión titulada ‘El gran tablero mundial’. En ella, plasmó la idea de que para vencer a Rusia y reducir su capacidad imperial terrestre debía extirparse a Ucrania de su zona de influencia. La injerencia estadounidense desde 1991 ha sido una constante, así como europea. Ambas con el mismo fin.
En el lado opuesto se situó Henry Kissinger, quien entendió que el rival principal de Estados Unidos es China, para lo cual era necesario aliarse con Rusia. Ambas visiones geoestratégicas siguen una máxima geopolítica: quien controle Asia, controlará el mundo.