Rusia aplica a Moldavia la misma hoja de ruta que siguió en Ucrania meses antes de invadirla
La espada de Damocles rusa pende sobre Moldavia. El contexto que padece guarda muchas similitudes con la Ucrania preguerra
Moldavia guarda muchas similitudes con la Ucrania previa a la guerra. Al igual que Ucrania, un territorio de Moldavia está ocupado por tropas rusas, Transnistria.
Ese territorio, además ha lanzado una llamada de auxilio al Kremlin, al igual que hizo el Dombás días antes de la invasión.
Asimismo, Moscú mantiene una dialéctica hostil hacia el gobierno moldavo, al que acusa de antirruso y de acosar a la población rusoparlante de su territorio.
Moldavia, al igual que Ucrania, sufre la guerra híbrida de Rusia, con ciberataques contra sus instituciones e infraestructuras, y parasitando sus administraciones mediante el control de partidos de la oposición.
En muchos aspectos, Rusia está aplicando la hoja de ruta que siguió en Ucrania, lo que hace temer que Moldavia pueda ser el próximo objetivo del expansionismo ruso tras Kiev.
El 28 de febrero, el Séptimo Congreso de Diputados de Transnistria aprobó siete resoluciones que reclamaban protección de Rusia. Una de ellas solicita, explícitamente, «al Consejo de la Federación y a la Duma Estatal rusas adoptar medidas para defender a Transnistria en medio del aumento de las presiones de Moldavia».
Según el Institute for the Study of War (ISW) las resoluciones proporcionan argumentos al Kremlin para justificar una posible acción contra Moldavia.
Pocos días después, otra región moldava –en este caso sin ocupación rusa–, Gagauzia, abiertamente prorrusa, criticó desde Moscú la política «rusófoba» de las autoridades moldavas y reclamó protección y apoyo del Kremlin.
Con algo más de medio millón de habitantes, Transnistria cuenta con unos 220.000 ciudadanos rusoparlantes.
Esa población rusa fue el argumento empleado por Moscú para invadir y ocupar la franja fronteriza con Ucrania en 1992.
Tras las resoluciones aprobadas por la región separatista prorrusa, la Unión Europea se apresuró a expresar su apoyo al gobierno de Moldavia.
Estados Unidos «apoya la soberanía e integridad territorial de Moldavia basada en las fronteras internacionalmente reconocidas», añadió.
Con un Ejército insignificante –cuenta con un personal activo de poco más de 8.000 tropas, según datos del Global Fire Power, sin cazas ni carros de combate–, sin el paraguas de la OTAN ni de la UE, Moldavia no tiene opciones ante Rusia en una hipotética guerra.
Las tropas rusas desplegadas en Transnistria, unos 2.000 soldados, tampoco serían capaces por sí mismas de embarcarse en una guerra, aunque sí tienen capacidad para desestabilizar Moldavia.
¿Cuáles serían los planes de Moscú en una posible invasión de Moldavia? La única forma sería que las fuerzas rusas que ocupan Ucrania sigan avanzando por el sur hacia el este, conquisten la ciudad de Odesa y establezcan un corredor por todo el arco marítimo del mar Negro que conecte Transnistria con la Federación Rusa.
La creciente dialéctica de Rusia insistiendo en que Odesa es una ciudad rusa, podrían apuntar a que el alto mando ruso planea un avance en esa dirección en los próximos meses.
Para ello, el deterioro de las fuerzas ucranianas arrastradas por la falta de municiones y la interrupción de la ayuda militar occidental tendría que consolidarse. En ese sentido, el punto de inflexión podría ser el próximo verano.