Elecciones en Rusia Miles de rusos mantienen viva la llama de Navalni y plantan cara a Putin en el último día de las elecciones
El tercer día de las elecciones en Rusia era decisivo para el Kremlin. La oposición rusa, liderada por el disidente ruso, fallecido hace un mes, Alexéi Navalni, había promovido la campaña «Mediodía contra Putin». Antes de morir en una remota cárcel del Ártico, donde cumplía condena por destapar la corrupción del régimen, Navalni, junto con su equipo, decidió que era hora de que los rusos tuvieran la oportunidad de plantar cara a Putin, ante unas elecciones en las que no hay elección. Unos comicios que ofrecen una cortina de humo para seguir legitimando el poder omnímodo del eterno líder ruso.
La propuesta era simple, pero suficiente para lanzar un mensaje a Putin, y a las altas esferas del régimen. La viuda de Navalni, Yulia Navalnaya, que ha asumido la labor de su marido, invitó a los rusos a acudir en masa a los colegios electorales el mismo día y a la misma hora. El domingo 17 de marzo a las doce del mediodía. «Podéis estropear la papeleta. Podéis escribir con letras grandes Navalni. Si no veis sentido en votar, podéis acudir al colegio electoral, estar allí un rato, luego dar la vuelta y marcharse a casa», sugirió Navalnaya. Ella mismo ha predicado con el ejemplo y ha acudido a votar en torno a las 12 a la embajada rusa en Berlín.
La prueba de fuego del poder de la oposición era hoy. Parece ser, según publican medios independientes, miles de rusos han acudido a la llamada y se han formado colas en varios colegios electorales. Fotos y vídeos en redes sociales dan cuenta de largas colas en varios de los puntos de votación en grandes ciudades como Moscú o San Petesburgo, así como en las embajadas rusas en el exterior. En la ciudad rusa de Kazán, la Policía no ha permitido que la gente votase a mediodía para evitar que se interpretara como una muestra de apoyo a la iniciativa de Navalni. Según informa Meduza, las autoridades instaron a los votantes a presentarse «más tarde, en una hora o dos» o de lo contrario serían detenidos.
En todo el país ha habido más de 70 detenidos en la mañana de este domingo. El nerviosismo en el último día de votación –es la primera vez que las elecciones se realizan durante tres días consecutivos– es evidente. Los moscovitas se han levantado hoy con correos amenazantes en el que se les acusaba de «apoyar ideas extremistas» y se les exigía ir a votar «sin hacer colas», informa Novaya Gazeta. A pesar de que estas tres jornadas se han desarrollado con relativa calma, se han registrado algún que otro incidente. En algunos colegios electorales, los votantes han querido mostrar su malestar ante estas elecciones arrojando un líquido verde, zelionka, en el interior de las urnas.
Una pintura que irónicamente, desde el entorno del Kremlin, se ha utilizado para marcar a los opositores de Putin como Navalni. A modo de protesta, también se han quemado cabinas de votación, lanzado cócteles molotov contra la fachada de los colegios electorales o escrito insultos hacia el eterno presidente en las papeletas. Rusia ha confirmado que, durante estas tres jornadas, ya se han presentado al menos 15 casos penales bajo el pretexto legal de «obstrucción del trabajo de las comisiones electorales».
Ucrania también ha aprovechado la ocasión para redoblar sus ataques aéreos contra las regiones fronterizas. Ayer, dos personas murieron durante un bombardeo contra Bélgorod. El Ministerio de Defensa ruso aseguró que consiguió frustrar, además, «varios intentos de infiltración en el territorio de la Federación Rusa por parte de grupos de sabotaje y reconocimiento ucranianos».
La última jornada de las elecciones tampoco ha quedado exenta de amenazas y un ataque con drones ucranianos ha provocado un incendio en una refinería en la ciudad rusa de Krasnodar. Los ataques ucranianos contra este tipo de instalaciones se han multiplicado en las últimas semanas. Kiev pretende así dañar la principal fuente económica de Rusia, que ha conseguido, por ahora, gracias a los beneficios del petróleo y los hidrocarburos, sortear las sanciones occidentales.
A penas quedan unas horas para conocer quién marcará los designios del país más grande del mundo. No hay quinielas, los resultados ya se conocen de antemano. Sin oposición, con la propaganda y toda la maquinaria del Kremlin y los medios de comunicación a su favor, Putin será nombrado presidente de Rusia hasta 2030. Si completa este mandato se convertirá en el dirigente ruso en permanecer más tiempo en el poder desde Catalina la Grande, que gobernó durante 34 años. El Kremlin, para legitimar este espectáculo, lo ha apostado todo a la participación y por ahora, según ha informado la Comisión Electoral Central del país, esta supera el 70 %.