«Hay seis españoles presos políticos en Venezuela». ¿Qué hace nuestro Gobierno?
Expresos políticos venezolanos señalan en el CEU que España debería dejar de lado sus intereses cortoplacistas y apostar más por la libertad y la democracia, de verdad
El Aula Joven del Instituto CEU de Estudios de la Democracia ha inaugurado hoy sus conversatorios, una serie de encuentros con personajes de actualidad que quizás no sean muy conocidos, pero cuyo testimonio nos acerca a la noticia, le pone rostro concreto.
Diego Yáñez Segnalini, Presidente de la asociación estudiantil Libertad Sin Ira, propuso traer a este primer conversatorio a dos jóvenes que han sido presos políticos en Venezuela: José Manuel Hernández y Jesús Javier Alemán. La entrevista estuvo conducida por José Amhed Hernández Echevarría, investigador del Instituto CEU de Estudios de la Democracia.
La conversación ha transcurrido en un tono amable y tranquilo, sosegado, algo llamativo teniendo en cuenta que el testimonio que han puesto encima de la mesa es desgarrador. No sólo han narrado cómo sufrieron tortura en carne propia por su activismo, por salir a la calle a protestar pacíficamente, sino que han señalado que «en Venezuela hay un régimen del terror, en el que se intenta amedrentar a las personas, especialmente buscando hacer daño en las personas que más quieres», en un claro ejemplo de violencia vicaria. «Salir de casa sin haber desayunado, eso también es tortura; volver a casa y escuchar que tu hijo te dice que llevan dos días sin comer, también es tortura», ha señalado José Manuel.
Jesús Javier, por su parte, ha denunciado que «en la actualidad existen 269 presos políticos, entre ellos seis españoles, de ellos tres mujeres, una de ellas una mayor de 70 años». ¿Cuál es el crimen de esta señora? Estar al frente de una organización que recoge animales abandonados y hacerse cargo de los perros de Óscar Alberto Pérez, el inspector de Policía que en 2018 intentó liberar una revuelta armada contra Nicolás Maduro y que murió en el intento. Según Alemán, «existe una especie de puerta giratoria por la que se liberan 10 presos, pero la semana siguiente se capturan cinco y la siguiente se captura a otros cinco, llegando a formar la cifra de unos 16.000 desde 2014».
Ante la pregunta, ¿qué se puede hacer desde España? José Manuel ha dicho que no hay soluciones mágicas, que se ha hecho mucho, que es difícil mantener el ímpetu y la constancia en las protestas, pero que no hay que perder la esperanza. Y España debería dejar de lado sus intereses cortoplacistas y apostar más por la libertad y la democracia, de verdad: «El hecho de que EE.UU. o la UE haya dejado de presionar al régimen de Maduro, implica que ha dejado de luchar por la libertad, y eso, tarde o temprano, acabará pasándole factura, porque ese régimen les corroerá también a ellos». De hecho, han señalado la vinculación entre Ábalos y Delcy Rodríguez como ejemplo de contaminación por contacto.
Por su parte, Alemán ha dicho «que le pedimos a España dos cosas: que se acuerde de esos presos, repartidos en 17 centros clandestinos de tortura, pues no todos están en el más famoso, en el Helicoide; y que ayude a garantizar elecciones libres, limpias, auténticas». Según denuncian, las irregularidades para estas elecciones del 28 de julio han sucedido ante los ojos de las autoridades españolas y no han hecho nada. Como ha afirmado José Manuel, «que nadie se engañe, aunque haya elecciones estas no son libres».
Ambos han acabado con una nota de optimismo, recordando que hay recambio generacional, que no todo está perdido. «Por más que quieran desgastar al pueblo venezolano, por más que quieran degradar la dignidad humana, siempre nos tendrán enfrente, porque o te movilizas –siempre por medios pacíficos, pero contundentes— o la dictadura te matará poco a poco».