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Ataque antisemita en Francia

Ataque antisemita en FranciaAFP

El Tribunal de Estrasburgo condena a Francia por un caso de injurias antisemitas

Las autoridades incumplieron las obligaciones positivas de proporcionar una protección penal efectiva y adecuada contra las declaraciones discriminatorias

«¡Te odio a ti y a tu raza!», «¡Vivan los campos [de concentración]!», «¡Viva el Holocausto!», «¡Viva la Alemania nazi! Heil Hitler!», «¡Si te veo en la calle, te rompo tu nariz judía!» o «¡Sucia puta judía!», además de palabras de contenido sexual explícito, fueron algunos de los improperios que B., empleado de un bar parisino, dedicó en 26 correos electrónicos, enviados entre el 31 de mayo y el 1 de junio de 2014, a Myriam A.

Esta última, una clienta habitual del establecimiento, de confesión judía y que prestaba sus servicios en una asociación dedicada a honrar y divulgar la memoria del Holocausto perpetrado por la Alemania nazi.

A través de esta violencia verbal, B. descargó su resentimiento sobre Myriam A. al no ver correspondidas por ella sus pretensiones amorosas.

El mismo 31 de mayo de 2014, Myriam A. presentó una denuncia por amenazas de muerte e insultos antisemitas.

Ese mismo día, la Policía redactó un primer informe de infracción, en el que se acusaba a B. de haber cometido un «insulto público contra un particular por razón de su raza, religión u origen», así como una «amenaza de muerte reiterada», en relación con los otros mensajes.

El 1 de junio, el fiscal pidió a la Policía que «reclasificara parte del delito como insulto no público por motivos de raza, etnia o religión (un delito menor), mientras que las amenazas de muerte reiteradas eran un delito menor castigado con penas de prisión».

Informado al día siguiente del desarrollo de la investigación, el fiscal de guardia del Tribunal de Gran Instancia de París pidió a la policía que «recalificara los hechos como amenazas de muerte con agravante racial».

El 5 de junio de 2014, la Policía elaboró un informe de investigación posterior a la identificación en el que se afirmaba que el acto del que se acusaba a B. era una «amenaza de muerte reiterada cometida por motivos raciales».

Myriam A, también alegó, durante el juicio oral, que las amenazas habían tenido un «grave impacto» en su vida, a consecuencia de lo cual se había mudado de casa, había cambiado de trabajo y sufría depresión.

El Tribunal de lo Penal de París declaró a B. culpable de amenazas de muerte reiteradas, pero no se pronunció sobre si el delito debía reclasificarse.

Por eso, la demandante decidió, en última instancia, llevar su caso hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

La jurisdicción con sede en Estrasburgo acaba de darle la razón al cabo de una década de procedimiento, concluyendo que las autoridades «incumplieron las obligaciones positivas que les incumben en virtud de los artículos 8 y 14 del Convenio [Europeo de Derechos Humanos] de proporcionar una protección penal efectiva y adecuada contra las declaraciones discriminatorias –particularmente destructivas de los derechos fundamentales– realizadas por el agresor de la demandante».

Francia debe ahora pagar a Myriam A. 15.000 euros en concepto de daños morales y 3.840 euros en concepto de costas judiciales.

Un fallo que cobra mucho sentido en pleno recrudecimiento de actos antisemitas en territorio francés.

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