Cuba se pone a disposición de Putin para que se vengue de EE.UU. por su ayuda a Ucrania
La isla depende cada vez más del petróleo y la ayuda rusa para palear la peor crisis económica en décadas como resultado del fracaso del modelo comunista
«amistad y colaboración» es la justificación de la dictadura cubana para permitir el ingreso en aguas de Cuba de submarinos y fragatas rusas, hecho que si fuese protagonizado por EE.UU. sería calificado por La Habana como subordinación y servilismo ante el imperialismo.
No es la primera vez que se envían barcos de la armada rusa a Cuba, un aliado clave de la ex Unión Soviética durante la Guerra Fría que albergó brevemente misiles nucleares a instancias de Moscú durante la denominada «Crisis de los Misiles Cubanos» de 1962 durante la presidencia de John F. Kennedy.
En julio pasado, el buque de entrenamiento Perekop de la marina rusa llegó a La Habana para una visita de cuatro días
El anuncio de Cuba se produce días después de que el presidente de EE.UU., Joe Biden, diera permiso a Ucrania para llevar a cabo ataques limitados dentro del territorio ruso con municiones estadounidenses. En respuesta, el presidente ruso Vladimir Putin dijo el miércoles en San Petersburgo, que en reciprocidad, podría proporcionar armas a los enemigos de los países occidentales que apoyan a Kiev.
«Al final, si vemos que estos países se involucran en una guerra contra nosotros, lo que están haciendo los involucra directamente en una guerra contra la Federación Rusa, nos reservamos el derecho de actuar de la misma manera», dijo Putin.
Como es característico de un régimen oportunista y parasitario como el cubano, se ha puesto al servicio de los intereses del Kremlin para provocar a Washington con buques de de guerra «desarmados» según La Habana a menos de 150 kilómetros del territorio estadounidense.
La dictadura cubana ve una oportunidad extraordinaria en este escenario, posiblemente el más parecido a la Guerra Fría, en la que el régimen logró sobrevivir por el soporte financiero y militar de la Unión Soviética.
La relación política entre estos dos viejos aliados se ha revitalizado desde noviembre de 2022, cuando el heredero de la dictadura cubana Miguel Díaz-Canel se reunió en Moscú con el presidente Putin.
En su última visita a Moscú, Díaz-Canel deseó «éxito» a Rusia en la guerra con Ucrania y condenó «la manipulación geopolítica llevada a cabo por el gobierno de Estados Unidos y la amenaza de la OTAN de acercarse a las fronteras» rusas, citado por la agencia estatal de noticias TASS.
Por su lado, las tensiones entre Estados Unidos y Rusia han aumentado desde el inicio de la invasión de Ucrania y la actividad naval rusa, aunque rutinaria en el Atlántico, ha aumentado según funcionarios estadounidenses.
Se espera que los barcos rusos lleguen al puerto de La Habana entre el 12 y el 17 de junio
Sin embargo, Estados Unidos no considera amenazante la llegada de un pequeño número de aviones y barcos, pero la Armada estadounidense supervisará los ejercicios, afirmó a Reuters un funcionario estadounidense.
Inversión rusa en medicamentos
Curiosamente, el mismo día del anuncio del próximo ingreso de estas fuerzas rusas a Cuba, el Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF, por sus siglas en inglés) anunció que invertirá 11,3 millones de dólares para que la empresa estatal cubana BioCubaFarma desarrolle medicamentos contra enfermedades geriátricas y oncológicas.
Esta inversión formaría parte de los acuerdos de cooperación rubricados entre el RDIF y un consorcio integrado por la firma cubana y compañías farmacéuticas rusas durante el Foro Económico Internacional que se celebra estos días en la ciudad rusa de San Petersburgo, según reportaron medios estatales de la isla.
El director general del RDIF, Kiril Dmítriev, explicó que el volumen de las inversiones puede incrementarse hasta los 113 millones de dólares.
Cuba y Rusia rubricaron el año pasado una decena de acuerdos en diferentes sectores como parte de un reforzamiento de sus relaciones en el ámbito económico.
El comercio bilateral aumentó nueve veces en 2023 respecto a 2022, cuando el intercambio fue de 450 millones de dólares, según cifras oficiales rusas.
De esta forma, Rusia es uno de los diez primeros socios comerciales del régimen cubano y tanto La Habana como Moscú definen su asociación como «estratégica».