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El primer ministro británico y líder del gobernante Partido Conservador, Rishi Sunak, en Edimburgo, EscociaAFP

Elecciones en Reino Unido

Sunak se enfrenta a Starmer en el último debate electoral con todas las encuestas en contra

Los sondeos predicen uno de los peores resultados de la historia para los conservadores y también los mejores para los laboristas, cuyo último primer ministro fue Gordon Brown en 2010

El primer ministro británico y líder del Partido Conservador, Rishi Sunak, a quien las encuestas auguran una clara derrota en las elecciones del 4 de julio, afronta el miércoles un último debate televisado con el laborista Keir Starmer con la esperanza de acortar distancia.

El duelo dialéctico en la sede de la BBC, en Nottingham, será el segundo y último cara a cara ante las cámaras, después de uno anterior el 4 de junio, en el que Sunak, de 44 años, pareció salir victorioso. Aún así, Starmer, de 61 años, se mantiene como claro favorito para ser el nuevo primer ministro y poner fin a catorce años de gobiernos conservadores.

Tras el primer debate, en Salford, cerca de Mánchester, un sondeo del instituto de investigación Yougov dio como ganador del primer asalto al líder conservador, con un 51 % de votos favorables de los encuestados, frente a un 49 % para Starmer.

Aquel día, Sunak se mostró muy combativo, sabedor de estar muy por detrás en las encuestas y con una nueva amenaza, encarnada por el líder populista, Nigel Farage, que anunció a principios de junio que se presentará a las elecciones, liderando al partido Reform UK.

La ventaja de los laboristas respecto a los conservadores, que rondaba los veinte puntos al inicio de la campaña, se ha mantenido o aumentado en casi todos los sondeos, lo que parece abrir la puerta de Downing Street a Keir Starmer.

Críticas recientes a Sunak

El Brexit en 2020 y sus consecuencias para la economía británica, la Covid-19 y el aumento del coste de la vida han dejado pocas posibilidades de mejora al Partido Conservador de Sunak.

A esos malos augurios, Sunak sumó críticas a principios de junio por su ausencia en un acto conmemorativo del Desembarco de Normandía, al que acudieron grandes líderes occidentales, al priorizar el primer ministro su presencia en un programa de televisión dentro de su campaña electoral.

A las críticas que le llovieron, se unió el 20 de junio que el Partido Conservador se vio salpicado por sospechas de apuestas fraudulentas sobre la fecha en la que se programarían las elecciones, poco antes de que Sunak hiciera el anuncio oficial.

Un policía encargado de la escolta de Sunak y dos miembros del Partido Conservador están siendo investigados por estas turbias triquiñuelas.

Con todo esto, un sondeo llegó a vaticinar incluso que Sunak podría ser el primer jefe de gobierno en no lograr su escaño por su circunscripción en el Parlamento.

En un intento desesperado por salvar su desventaja, los conservadores parecen haber orientado su campaña hacia posiciones más de derechas, especialmente en temas de triquiñuelas.

La amenaza de Farage

Los conservadores temen que el partido de Reform UK les pueda quitar votos en los comicios.

«Una de las principales razones por las que los conservadores obtienen tan malos resultados en las encuestas proviene de una hemorragia entre sus votantes que optan por el partido Reform UK», al que se atribuyó un 15 % de intenciones de voto, afirma Matthew Smith, del instituto YouGov, al inicio de la campaña.

Keir Starmer, que ha hecho virar a los laboristas hacia corrientes centristas tras la derrota del izquierdista Jeremy Corbyn en las elecciones de 2019, sabe que es quien tiene más que perder en el debate, debido a su clara ventaja.

A Sunak le ha servido de poco rebajar la inflación a un 2 %, después de haber estado en un 11 % cuando se consideró la carga hace menos de dos años.

Sunak llegó al puesto a finales de 2022 tras un criticado mandato, a nivel económico, de apenas 49 días, de Liz Truss, en una legislatura con tres primeros ministros conservadores.

Algunas encuestas predicen uno de los peores resultados de la historia para los conservadores y también los mejores para los laboristas, cuyo último primer ministro fue Gordon Brown en 2010.