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30 de junio de 2024

El ministro de la Diáspora de Israel, Amichai Chikli, durante el encuentro con la prensa en Jerusalén

El ministro de la Diáspora de Israel, Amichai Chikli, durante el encuentro con la prensa en JerusalénMiguel Pérez Pichel

Un ministro israelí dice que Sánchez es un chiste: «Es como Hugo Chávez en Venezuela»

El ministro israelí de la Diáspora llamó a Sánchez comunista y aseguró que Israel «no puede tener relaciones sanas con tipos como ese»

El ministro de la Diáspora de Israel, Amichai Chikli, es como un torbellino. En la sala de prensa del ministerio de Exteriores de Israel, en Jerusalén, se mueve y se expresa como un soldado. Contesta las preguntas de los periodistas con afabilidad, pero con una contundencia que impresiona.

Por eso cuando llama al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, «ese tipo», cuando lo compara con Hugo Chávez, o le llama «el comunista Sánchez» uno es consciente hasta qué extremo se han deteriorado las relaciones diplomáticas entre España e Israel.

Chikli no perdona a Sánchez el reconocimiento del Estado Palestino o las acusaciones de violar en Gaza el derecho internacional humanitario. Tampoco le perdona a la vicepresidenta Yolanda Díaz que hiciera suyo el lema antisemita de Hamás «desde el río hasta el mar». En cualquier caso, como señaló Chikli, «Creo que ya ha perdido su empleo», en referencia a su dimisión como líder de Sumar.

En un encuentro con periodistas en Jerusalén organizada por la Europe Israel Press Association (EIPA), a la que asistió El Debate, el ministro Chikli no ahorró dardos contra el gobierno de Sánchez.

«No podemos tener relaciones sanas con ese tipo, Sánchez, que cuando sufrimos el lanzamiento de 100 misiles procedentes de Irán se preocupa de que podamos responder. Esta clase de líderes son un chiste y no hay nada que discutir con ellos. Es como Hugo Chávez en Venezuela, son lo mismo», afirmó.

Reprochó así Chikli a Sánchez aquel mensaje publicado en Twitter la noche del ataque de Irán contra Israel el 14 de abril donde el presidente español aseguraba que «seguimos con máxima preocupación los acontecimientos en Oriente Próximo. Hay que evitar a toda costa una escalada regional».

En cualquier caso, aseguró que sus problemas con el gobierno de Sánchez no significa que tenga problemas con el pueblo español. «Nosotros separamos al comunista Sánchez de España. Al igual que Lula, en Brasil, creemos que es un accidente. Está ahora en el gobierno. Pero hay que ser pacientes».

De hecho, en el caso de España puso como ejemplo de líder con el que se puede discutir a Isabel Díaz Ayuso y a partidos como el PP o VOX.

«Estuve en la conferencia de VOX, con Javier Milei, y aprendí algo fascinante: la relación entre España y Latinoamérica. Fascinante. Puedes ver lo que ha pasado en Argentina y el dramático impacto de lo que ha sucedido en España y ves los resultados de lo que ha pasado en las elecciones europeas, donde Sánchez perdió», analizó.

También expresó su satisfacción por la dimisión del primer ministro belga, Alexander de Croo, con quien Israel también mantiene unas relaciones pésimas. «Bélgica es un muy buen ejemplo. Estamos muy contentos de que el primer ministro Alexander de Croo haya sido derrotado».

El despertar de Europa

Respecto a las pasadas elecciones europeas, aseguró que los buenos resultados de partidos como la Agrupación Nacional de Marine Le Pen en Francia, o Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni son señales de que Europa está despertando.

«Creo que se está produciendo un despertar a lo largo de toda Europa, que (los europeos) han comprendido la amenaza que implica el islam radical. No estoy hablando de musulmanes. Tengo docenas de amigos musulmanes, muchos de ellos beduinos, otros de Galilea… Estoy hablando de la ideología de los Hermanos Musulmanes, que está detrás de ISIS, Al Qaeda… Todos proceden del mismo veneno del radicalismo islámico, y eso supone una amenaza existencial para Europa», explicó.

Aseguró que «soy optimista respecto a Europa» después de los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo.

Sin embargo, advirtió que la situación en Europa en relación con el islamismo radical sigue siendo «muy mala». «Pero donde peor, en Reino Unido, donde se ha establecido una alianza entre islamistas y comunistas».

Esa alianza tiene «implicaciones directas para las comunidades judías (en Europa), porque los judíos son los primeros en sufrir por el radicalismo islámico con acoso en las calles, con eslóganes como ‘desde el río hasta el mar’, que es básicamente un llamamiento al genocidio de los judíos en Israel».

La alianza islamo-comunista «es una amenaza inusual para la civilización occidental y para nuestros valores. Necesitamos trabajar juntos y afrontar juntos este desafío».

En opinión del ministro de la Diáspora, «es un movimiento antisemita inusual porque es el resultado de la fusión de las ideologías comunista e islamista».

Estado palestino

Sobre el reconocimiento del Estado palestino por parte de varios países europeos en los últimos meses, entre ellos España, aseguró que es un error «catastrófico», sobre todo tras el 7 de octubre, cuando la solución de dos Estados, según afirmó, se vuelve inviable por el carácter terrorista de las autoridades palestinas.

«El 7 de octubre implica que hay replantearse la idea del Estado Palestino, porque lo que vimos en Gaza es, básicamente, un Estado terrorista», afirmó.

En ese sentido, afirmó que se están repitiendo errores del pasado, errores cometidos también por Israel.

Se les concedió la Autoridad Nacional Palestina «y no ha habido paz como resultado. Fue ridículo, irresponsable, una política de debilidad (por parte de Israel). Procede de la ignorancia, de la malinterpretación de la historia judía, de la historia de Israel, de la ignorancia de quiénes son los líderes palestinos, su filosofía, su agenda, su educación».

«Fueron líderes irresponsables con buenas intenciones (Simon Peres, Isaac Rabin…). Tenían buenas intenciones, pero fue un error terrible pensar que una organización terrorista como la OLP liderada por Arafat podría cambiar su ideología, su filosofía por medio de la cual rechazan la existencia del Estado de Israel donde sea: en Tel Aviv, Haifa, Acre…)», hizo hincapié.

Hezbolá y el Líbano

El ministro Chikli hizo referencia también a la situación en el norte, en la frontera con el Líbano.

«Estamos ahora en guerra en el norte con Hezbolá. No es una guerra total, pero es una guerra. Podría producirse una guerra total con el Estado libanés, pero no se ha producido todavía. Hemos escuchado las voces que llegan del Líbano, de la oposición, de Hezbolá, de los cristianos, de otros líderes y tengo esperanzo en que el pasado permita prevenir una guerra total con Hezbolá».

No obstante, mostró su confianza «en que Líbano tenga el poder suficiente para detener a Hezbolá. Pero si no, podremos ver una guerra total, y una guerra total haría la situación más difícil con munición pesada sobre aeropuertos, sobre puertos y en casas civiles».

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