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Miguel Pérez Pichel
CrónicaMiguel Pérez PichelTel Aviv (Israel)

Ambiente prebélico entre Israel y Líbano: «La mejor defensa es un ataque»

Los kibutz y comunidades del norte de Israel luchan por sobrevivir en medio de la guerra entre las FDI y Hezbolá

Actualizada 04:30

El teniente coronel Ishai Efrony explica sobre un mapa de Israel la difícil situación en la frontera con el Líbano

El teniente coronel Ishai Efrony explica sobre un mapa de Israel la difícil situación en la frontera con el LíbanoMiguel Pérez Pichel

Unas escaleras que descienden, una puerta blindada y gruesos muros de hormigón. El búnker del ayuntamiento regional de Mate Asher, en Galilea, a 15 kilómetros de la frontera entre Israel y el Líbano, parece inexpugnable.

En su despacho, una angosta estancia ocupada por una mesa de trabajo con chalecos reflectantes colgadas de las sillas, varios monitores con la imagen en directo de cámaras de seguridad de los kibutz y comunidades de la región, así como de la frontera libanesa, y varios mapas de Israel, el teniente coronel Ishai Efrony, explica dónde han caído los últimos cohetes lanzados por la milicia libanesa Hezbolá contra Israel.

Residente en el kibutz Marzuva –donde este lunes dos cohetes libaneses causaron heridas a dos personas–, él y su familia tuvieron que abandonar sus hogares después del 7 de octubre de 2023, cuando, tras el ataque terrorista de Hamás en el sur de Israel, la milicia chií inició una campaña de ataques contra el norte del país.

Ahora, Efrony es el responsable de la seguridad de 32 kibutz y comunidades del norte de Israel con 38.000 residentes y miles de refugiados que se han visto obligados a trasladarse a otros puntos de Israel.

La situación en el norte de Israel es prebélica. El intercambio de fuego entre Hezbolá y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) es diaria.

Las medidas de seguridad son extremas. Para poder llegar hasta la zona del norte de Galilea donde se están produciendo las operaciones militares israelíes para eliminar la amenaza terrorista, los periodistas del grupo organizado por Europe Israel Press Association (EIPA) hemos ido acompañados en todo momento por dos soldados, un chico y una chica.

Son extremadamente jóvenes, no llegan ni a los 25 años. Casi no hablan con los periodistas. Observan y se mantienen alerta.

A medida que el autobús se acerca a Mate Asher y, por lo tanto, a la zona caliente, el GPS deja de funcionar. A todos los periodistas les sucede lo mismo: el punto azul del mapa que instantes antes nos situaba al norte de la ciudad de Haifa, ahora nos ubica en la pista de despegue del aeropuerto de Beirut.

¿El motivo? Hezbolá emplea la señal GPS para guiar sus cohetes. Por seguridad, las FDI han interceptado la señal en toda la franja fronteriza con el Líbano ubicando la posición en Beirut.

Dentro del búnker del ayuntamiento regional de Mate Asher, el teniente coronel Efrony –con un fusil AR15 colgado en bandolera del que no se separa ni un segundo– marca con la mano la franja de cinco kilómetros a partir de la cual «todo está muerto».

Donde antes había prósperas comunidades rurales, explotaciones agrícolas y turismo –esta es una región muy turística por su espectacular naturaleza– ahora hay la más absoluta nada.

Todos se han ido y ahora viven como refugiados en su propio país. Las cifras no son unánimes, pero se calcula que entre 60.000 y 100.000 residentes del norte de Israel han huido y ahora viven como refugiados en hoteles o en viviendas cedidas de Tel Aviv, Haifa, Jerusalén y otros puntos del país.

Restos de un cohete de Hezbolá

Restos de un cohete de HezboláMiguel Pérez Pichel

La misión del teniente coronel Efrony es muy clara: «Trabajar para que la gente se sienta segura para poder volver a sus casas».

Sobre la guerra con Hezbolá, también se expresa sin dejar lugar a duda: «Hezbolá es un grupo terrorista con un presupuesto ilimitado» al servicio de los intereses de Irán.

¿Cree que habrá guerra con el Líbano? Sobre esta cuestión, todos los responsables y portavoces del Ministerio de Defensa, las IDF o cualquier organismo de seguridad israelí, opinan de la misma manera: nadie quiere la guerra, pero si Hezbolá no deja de atacar a Israel, habrá guerra.

«La mejor defensa es un ataque», recuerda el teniente coronel Efrony, e insiste: «Si cae un cohete en Haifa, tal vez ocurra algo en Beirut». «Líbano es un Estado y es responsable». Hezbolá y el Líbano «tienen mucho más que perder que nosotros».

Debemos defender nuestro país

Ya fuera del búnker, en una sala de juntas del ayuntamiento, el alcalde de la región, Moshe Davidovich, se expresa en términos similares.

El alcalde Asher hace hincapié en que «Hezbolá es el grupo terrorista más peligroso de Oriente Medio». «Han construido túneles en la frontera a la altura de Mate Asher». «Nos han lanzado cohetes, misiles teledirigidos contra nuestros residentes».

Israel, asegura, está dispuesta a hacer lo que sea necesario para garantizar la seguridad de sus ciudadanos: «Debemos defender nuestro país, nuestras fronteras».

«El problema más apremiante en este momento en Israel es garantizar la seguridad básica de los residentes», concluye.

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