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Bandera de Reino Unido con el Big Ben de fondo

Bandera de Reino Unido con el Big Ben de fondoEuropa Press

Elecciones generales Reino Unido

El dilema británico: las diferencias clave entre el programa laborista y el de los 'tories'

Cada vez que se acercan las votaciones británicas aparece la sempiterna encrucijada, elegir 'tories' o laboristas. Estas son las promesas y diferencias clave de sus programas.

El diario británico The Times ha hecho repaso a los compromisos de una y otra formación antes de que los británicos acudan este jueves a las urnas.

La fiscalidad para atraer a los votantes

La regularización en impuestos inclina la balanza hacia uno u otro bando. Los ingresos del Gobierno central provienen principalmente del impuesto sobre la renta, contribuciones al Seguro Nacional, impuesto al valor añadido, impuesto de sociedades e impuesto sobre el combustible.

El Partido Laborista es el principal de izquierda en Inglaterra, Escocia y Gales desde 1920, cuyo candidato a primer ministro, Keir Starmer, aparece como ganador en todas las encuestas.

Entretanto, Rishi Sunak –el actual primer ministro– pretende implantar exenciones fiscales para los autónomos y los jubilados y recortes en el personal de asistencia social y de la función pública. Se supone que, además, ingresarán cerca de unos 60.000 millones de euros con su modelo de recaudación fiscal.

La inmigración «de cero emisiones»

El Reino Unido tiene casi cinco millones de inmigrantes registrados como legales, lo que supone un 7,05% de su población. No obstante, la llegada masiva de extranjeros dispuestos a establecerse en la isla se triplicó pese al Brexit.

Un tema peliagudo en el que los 'tories' (o conservadores) dicen que quieren reducir las cifras de inmigración. Se convierte en un tema fundamental para el conservadurismo que durante este mandato de Rishi Sunak llegó a proponer su limitación mediante la expulsión de los solicitantes de asilo a Ruanda.

Cabe destacar a Reform UK (antes denominado Partido del Brexit al que pertenece Nigel Farage) que es el único que podría hacerle sombra al conservadurismo tradicional inglés. Su opinión sobre este fenómeno se podría analizar desde una perspectiva peculiar, ya que atribuye a la inmigración la generación de residuos perjudiciales para el medio ambiente y les exige que su periplo genere «cero emisiones netas». Un dato curioso teniendo en cuenta que el partido está directamente en contra de la llegada masiva de ilegales.

¿Qué hay de los valores?

Tanto laboristas como conservadores reducen sus apariciones en las que comentan su opinión sobre el aborto. Quizás conscientes de que no les quita ni les pone votos. Un camino que observan como escurridizo del que no opinan con contundencia.

Sin embargo, sí que existen pareceres personales como el caso de la conservadora Rawlins. Esta diputada ha comentado que todas las acusaciones de acoso a las que se enfrentan los antiabortistas son falsas y que los activistas estaban «simplemente compartiendo con los electores su posición sobre el aborto».

¿Posible cambio?

Theresa May convocó elecciones generales anticipadas en 2017, su partido tenía una ventaja de 20 puntos en las encuestas. Un cambio en su estrategia económica durante las elecciones hizo que perdiera la mayoría por incluir «un impuesto a la demencia», que lógicamente, fue mal recibido por el electorado.

La opinión de los otros partidos

Farage también plantea enormes recortes en los impuestos personales, más fondos para el Sistema Nacional de Salud y la Policía, y ahorrar dinero mediante la reducción de los subsidios y beneficios energéticos.

Los verdes van por libre y prometen decenas de miles de millones de libras de aumento del gasto en salud, bienestar social y educación. Financiándolo mediante el aumento de los impuestos sobre el patrimonio y el endeudamiento.

A parte de estas propuestas, la única certeza es que la situación económica post-Brexit permanece endeble, con una economía que encadenó dos trimestres de retrocesos en el PIB a finales del 2023.

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