El laborismo vuelve a Downing Street
Keir Starmer tiende la mano a los británicos, tories o laboristas: «Mi gobierno está aquí para servir a todos»
El laborista que arrasó en las elecciones lanza un mensaje de unidad y se compromete a «reconstruir» Reino Unido
Keir Starmer ha estrenado el atril del 10 de Downing Street con un mensaje de conciliación y unidad: «Tanto si has votado laborismo como si no lo has hecho, -especialmente si no lo has hecho-, te digo directamente que mi gobierno estará aquí para servirte». Dicho esto, añadió: «El país primero y el partido después».
El enigma que todavía es el flamante primer ministro empezó a despejarse, al menos de palabra, con esta declaración de intenciones. El hombre gris que aparenta ser el laborista demuestra ya no serlo tanto y tener sentido de Estado.
Lo sabe él, lo sabe el partido y lo conocen de primer mano los conservadores que vuelven a la oposición tras catorce años. «El cambio comienza de inmediato», Reino Unido «ha votado de manera decisiva por el cambio» y por «volver a poner la política al servicio público». Las frases para la historia que comienza a escribir este laborista conciliador generan esperanza.
La bolsa ya había dado señales de recibirle de buena gana y la prensa le ha dado un voto de confianza tras la desesperante gestión de los tories. El primer ministro promete «reconstruir» el Reino Unido y devolverlo a sus mejores épocas. La nostalgia se impone, inevitablemente, en una población con la autoestima tocada y desencantada con una clase dirigente que le ha devuelto a tiempos de ajuste tras el bloody brexit.
Un gesto con Sunak, el gran derrotado
Con caballerosidad Stramer tuvo palabras de agradecimiento para quien hasta hace unas horas era su principal adversario y el inquilino del 10. El mismo que poco antes había perdido perdón por los errores. De Rishi Sunak primero destacó «su logro como primer jefe de gobierno británico-asiático de este país» y el «esfuerzo extra que ello habrá requerido no debe ser subestimado por nadie», admitió. A renglón seguido, añadió: «También reconocemos la dedicación y el trabajo duro que ha traído a su liderazgo».
Pero una cosa es ser polite y otra diferente negar la evidencia. La gente, recordó, «ahora ha votado de manera decisiva por el cambio, por la renovación nacional y por el regreso de la política al servicio público». La última parte fue un dardo para la misma persona a la que acababa de hacer un reconocimiento ejemplar.
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Quizás la crítica a la clase política, a la que pertenece, levante ampollas y alguna que otra suspicacia. «Cuando la distancia que hay entre el sacrifico hecho por los ciudadanos y el servicio que reciben de los políticos se hace tan grande, conduce al cansancio del corazón de una nación, a que se desgaste la esperanza, el ánimo» y en consecuencia a «creer que puede haber un futuro mejor».
«Acciones y no palabras»
Dicho lo cual, fue al grano, «esta herida, esta falta de confianza, sólo puede sanarse con acciones y no palabras. Eso -añadió- lo sé»
Ilusión, esperanza y confianza fueron algunos de los mensajes que Keir Starmer supo transmitir en campaña y que en sus primeras palabras como primer ministro ha vuelto a abundar. «En cualquier caso, -zanjó- lo importante es que debemos avanzar juntos».