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Inocencio Arias
Inocencio AriasAnálisis

¿Llega tarde Kamala Harris?

Aunque pueda resultar un problema para noquear a Trump, la premura del tiempo favorece, sin embargo, la nominación de Harris como candidata

Actualizada 13:25

Kamala Harris a su llegada a Suiza

Kamala Harris a su llegada a SuizaAFP

El presidente Biden hace mutis ante la certeza de que sería revolcado por el republicano Trump en las elecciones dentro de 106 días. Entra así en la historia con cierta dignidad, la derrota ante Trump habría empañado sustancialmente su imagen. En función de lo que ocurra el 5 de noviembre, la posteridad concluirá bien que salvó a su partido retirándose, bien que por su terquedad en aferrarse al cargo después de un debate desastroso se han perdido unas fechas esenciales para que su partido conserve la Casa Blanca.

Las distracciones mentales de Biden han sido ocultadas o minimizadas por sus correligionarios y sobre todo por su camarilla: «La gran mentira», según titula en tono crítico el Wall Street Journal. El debate abrió bastantes ojos y los demócratas, temblorosos, empezaron a percatarse de que no sólo se les podría escapar la presidencia del país sino que sus rivales republicanos podían hacerse incluso con las dos cámaras del Congreso lo que causaba auténtico pavor.

El decisivo, según algunos, fue Obama declarando, ante la obstinación de Biden y de su esposa, que el Presidente debía reconsiderar su postura. El run-run en las huestes demócratas crecía, el sábado Biden, debilitado, además por el Covid, persistía en que continuaba, el domingo se rendía.

La prensa estadounidense hace cábalas sobre esos momentos finales -habrá pronto libros de fácil venta sobre esas horas cruciales- los detalles que desencadenaron la decisión, etc...y el New Yorker, elegante y caritativamente hace un paralelismo con la figura del Rey Lear de Shakespeare, pero sobre todo en los abundantes órganos mediáticos simpatizantes del presidente que aborrecen a Trump, hay una sensación de alivio. Y por ello empiezan a jalear la candidatura de Kamala Harris bastantes que la consideraban gris o mediocre y que incluso hace meses, cuando Biden aparecía medianamente pimpante, especulaban con que el presidente iría a la reelección con otro vicepresidente abandonando a Kamala.

Gretchen W. o la oportunidad perdida

Aunque pueda resultar un problema para noquear a Trump, la premura del tiempo favorece, sin embargo, la nominación de Harris como candidata. Si Biden hubiese renunciado a presentarse a la reelección hace seis meses varios políticos demócratas hubiesen saltado a la pista aspirando a la presidencia, algunos como Gretchen W., gobernadora de Wisconsin, con bastantes posibilidades de capitanear a los demócratas. Quien la conoce dice que tiene carisma, es buena gestora, coherente y no esta en el sector extremista.

No parece que se anime a dar el paso por el problema del tiempo. Dirigentes y votantes demócratas, 14 millones participaron en las primarias que designaron a Biden, priman sin vacilaciones desde el domingo parar a Trump antes de entrar en pugnas internas para encontrar el personaje ideal para gobernar al país.

Para muchos de ellos Kamala puede resultar una presidenta mediocre, sin brillo, la impresión está extendida, pero embarcarse ahora en una discusión entre aspirantes demócratas puede resultar divisorio y por ende, por la proximidad de la convención demócrata (agosto), del próximo debate con Trump (septiembre) y luego la elección (noviembre) nocivo, suicida. La historia se acelera porque hay que evitar el caos.

En resumen la dilación de Biden en aceptar lo obvio, su handicap físico, ha acabado decisivamente beneficiando a la Vicepresidenta convirtiéndola en 24 horas en candidata casi indiscutible, aunque haya aún reticencias significativas de personajes tan relevantes como Obama.

Harris va a heredar las decenas de millones que el presidente había recaudado

Harris, por otra parte, entra en la carrera con una clara ventaja sobre los potenciales aspirantes demócratas. Va a heredar, por estar en el cartel electoral de Biden, las decenas de millones que el presidente había recaudado para la campaña, los otros no podrían legalmente hacerlo, y, en buena medida, utilizará a muchos de los integrantes del equipo del presidente. Factores no despreciables en cualquier carrera hacia las urnas. Los demócratas estiman que, aunque Trump sea, con el país muy polarizado, un hueso duro de roer ahora pueden salir del hoyo en que los había metido Biden después del debate.

Las apuestas, con todo, siguen dando a Trump vencedor en noviembre. El inquietante republicano deberá cambiar su estrategia en cualquier caso. Ahora ya no puede blandir que su rival chochea, que el líder del mundo occidental no puede perder el hilo de una argumentación, que era una temeridad que una persona así tuviera la potestad de apretar el botón nuclear; Kamala, con 59 años es joven frente al propio Trump que se acerca a los 80.

Al osado ex presidente no le faltarán argumentos, el primero el de la inmigración, que hace mella en el votante denunciando el coladero en que se convirtió la frontera con Biden y la responsabilidad de Kamala que fue designada hace años «zarina de la inmigración» con pobres resultados. Luego enarbolará el de la economía que también es rentable en la inmensa clase media americana.

Harris contraatacará con el aborto, las recientes limitaciones del Supremo, por apoyadas por Trump, trasladando la decisión a los estados es controvertida y con la defensa de la democracia en un país que nunca ha padecido una dictadura en sus dos siglos y medio de existencia. Algo que partidarios de Trump pusieron en peligro en la fugaz algarada de hace casi cuatro años. Sus bazas también tienen fuerza.

El Kremlin y sus voceros se refocilan con la marcha de Biden, al que detestan tanto como odiaban a Hillary Clinton

El Kremlin y sus voceros se refocilan con la marcha de Biden, al que detestan tanto como odiaban a Hillary Clinton, mientras que en la aristocracia de Hollywood, -George Clooney, Streisand, Meryl Streep, Robert De Niro-, se aplaude la decisión patriótica del presidente saliente y se reduce la preocupación razonando que Kamala puede realizar el milagro.

Los sondeos siguen con Trump

Todo puede ocurrir en cien días aunque Trump sigue teniendo los sondeos claramente favorables en todos los estados, Pennsylvania, Wisconsin, Michigan, Carolina del Norte, Ohio, incluso en Virginia...que normalmente inclinan las elecciones. Será clave ver si en la próxima oleada Kamala detiene la hemorragia en esos territorios.

Trump sacará de su cartuchera un nuevo proyectil destinado a Kamala y de paso a la casi totalidad de Hollywood: ustedes con la sensiblería de los hijos que no quieren esconderle la llave del coche al padre achacoso, vacilante y sin reflejos han estado comprometiendo con un silencio bochornoso la seguridad del país . Oiremos esto e improperios más zafios.

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