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16 de septiembre de 2024

Marta Nercellas
AnálisisMarta Nercellas

Las agencias de inteligencia de Javier Milei o el sueño no cumplido de tener espías profesionales

Resultará difícil recrear la antigua SIDE, cambiar su estructura y sus autoridades, lo que sin duda se impone, pero ¿se logrará hacerlo con profesionales que sepan y puedan desarrollar correctamente la tarea?

Actualizada 13:03

Javier Milei

Javier MileiEFE

Una publicación en la cuenta X del Presidente de la Nación, nos informó que había decidido disolver la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) sustituyéndola por la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) que tendrá bajo su control operativo a cuatro agencias especializadas. Poco después mediante dos decretos se reglamentaba orgánica y funcionalmente a esas «nuevas» estructuras.

La Secretaría de Inteligencia debe tener a su cargo la producción y el análisis de información valiosa y fidedigna para que el Poder Ejecutivo Nacional pueda tomar decisiones estratégicas en materia de posicionamiento y seguridad de la Nación.

Reunir, sistematizar y analizar información vinculada a riesgos y amenazas a la seguridad y a la defensa nacional deberían ser los objetivos esenciales de una agencia de inteligencia. Con esos insumos el gobierno deberá planificar, dirigir y controlar la ejecución de las actividades de contrainteligencia en todos sus niveles.

Seguridad interna y defensa

Hablamos de seguridad interna, de defensa nacional , de prevención de riesgos externos e internos. La seriedad con que cualquier modificación a su estructura debe planificarse y la idoneidad de quienes realizan la tarea y de aquellos que serán puestos en los principales roles, deberían estar fuera de un debate político o mezquino.

En el anterior gobierno la interventora del organismo develó públicamente la identidad de los agentes secretos

Lamentablemente esta no ha sido la experiencia Argentina. La agencia fue desmembrada, «reorganizada» y sus principales funcionarios cambiados y relevados conforme la música política –no la profesional– lo requería. Inclusive en el anterior gobierno la interventora del organismo sin ninguna razón develó públicamente la identidad de los agentes secretos dándole un golpe letal a los pocos profesionales que aun quedaban.

Embajada de Israel y AMIA

Los dos atentados sufridos por nuestro país, sin que se hubiera conocido que la agencia tenían alguna información anticipada pese a la existencia de ostensibles y inhabituales movimientos en torno a la Embajada de Irán en Buenos Aires y su posterior falta de colaboración para investigar los ataques –o lo que es peor, con injerencia para intentar desviar la investigación y esconder pruebas, salvo escasas pero honrosas excepciones– lo explicitan .

Espiar a los opositores políticos ( en muchos casos a los propios colaboradores e integrantes del staff gubernamental), fue la principal tarea de esa agencia que recibe importantes sumas de dinero sobre el que no rendían cuenta alguna por ser «fondos reservados» , existiendo importantes elementos probatorios para asegurar que no fueron los fines que debe tener el organismo los que los consumieron .

Los Kirchner se llevaban las carpetas

Cuando en el 2018 el Juez que investigaba uno de los hechos de corrupción en los que se encuentra involucrada la ex presidente Kirchner –el denominado caso «Cuadernos»– ordenó allanar su casa en el Calafate, encontró carpetas que contenían investigaciones realizadas por la central de inteligencia. Contenían papeles que daban cuenta de cómo se había espiado la intimidad y el patrimonio de numerosas personas.

Pero también se encontraron documentados los movimientos personales y bancarios de un Senador del mismo partido que Cristina Kirchner, del ex jefe de la Side, del Juez que la estaba investigando o de Arroyo Salgado, juez federal y ex mujer del Fiscal Nisman.

Tampoco se privaron de hacer esa ilegal tarea en relación a funcionarios de inteligencia como Jaime Stiuso o Pedro Viale, o empresas como Repsol, YPF, Barrick Gold, General Motors y el banco HSBC . Todo, menos datos que permitieran velar por la seguridad nacional en una bóveda privada de la ex presidente.

Cuando se le complicó a aquel gobierno manejar a su antojo la agencia creó una estructura ilegal paralela en cabeza de un militar procesado y acusado de múltiples delitos (César Milani).

También fueron condenados por encubrimiento en la causa del atentado a la mutual judía de 1994, el máximo responsable de la agencia Hugo Anzorreguy y uno de sus colaboradores Juan Carlos Anchezar.

Menciono estos antecedentes para visualizar lo difícil que resultará la tarea de recrear la agencia, de cambiar su estructura y sus autoridades lo que sin duda se impone, pero ¿se logrará hacerlo con profesionales que sepan y puedan desarrollar correctamente la tarea?.

No estamos en un momento cualquiera. Varias fueron las amenazas explícitas del gobierno persa a nuestro país luego del «extraño» arribo del avión venezolano–iraní a nuestro aeropuerto internacional. Otros países de la región escucharon el alerta que sobre éste existía. Nosotros no. Para aumentar el enojo de quienes nos amenazan Argentina resolvió entregarlo, cumpliendo los pactos internacionales a EEUU.

Las células dormidas

Múltiples señales indican que las células dormidas de los grupos terroristas que operaron en Argentina siguen estando activas. Se ha acreditado el maridaje de crimen organizado y el terrorismo y la penetración del narcotráfico en el país . Todas estas alarmas suenas ante el silencio de los miembros de la inteligencia nacional y sus responsables políticos.

La Agencia Federal de Ciberseguridad, (AFC) se encargará de la detección y contención de ciberataques

Nuestro país declaró a Hamás como grupo terrorista y la respuesta de Irán no se hizo esperar. Afirmó: «Sin duda, Teherán no olvidará las políticas antiiraníes de Buenos Aires. Pero Irán ha demostrado que no juega fácilmente en el tablero de ajedrez del enemigo, pero en el momento adecuado y en la posición adecuada, impondrá su propio juego al enemigo y le hará lamentar su enemistad con Irán».

Nuestra seguridad ya fue vulnerada en dos oportunidades por ese mismo país. Las primeras respuestas del gobierno deberían ser transmitiendo tranquilidad a la población pero es otra de las deudas pendientes . Tal vez por eso miramos con esperanza la reestructuración de la inteligencia nacional, quizá sea el primer eslabón para cuidar al país y su gente.

No sólo se necesita que no continúen las actividades espurias, la persecución política e ideológica que desnaturalizó el rol de la agencia, sino que la reorganización prometida se acompañe de personal idóneo el respeto por los objetivos que deben guiarla.

4 agencias de inteligencia

Los decretos nos dice que dependerá del Presidente de la Nación, que las nuevas agencias son el Servicio de Inteligencia Argentino (SIA), la Agencia de Seguridad Nacional (ASN), la Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC) y la División de Asuntos Internos (DAI).

El Servicio de Inteligencia Argentino, (SIA) , tendrá entre sus funciones «la recopilación de información estratégica alrededor del mundo, así como también la cooperación con agencias de inteligencia aliadas para la prevención y la disuasión de amenazas a nuestro país».

La Agencia de Seguridad Nacional (ASN) se encargará de advertir de forma temprana y generar información sobre delitos federales complejos dentro del territorio nacional, así como también de vigilar amenazas coordinadas provenientes de organizaciones criminales y terroristas.

La Agencia Federal de Ciberseguridad, (AFC) se encargará de planificar y desarrollar soluciones para la detección y contención de ciberataques contra la infraestructura informática crítica en el país, y la capacitación del capital humano del Estado para la prevención de amenazas y fallos de seguridad.

La División de Asuntos Internos (DAI)supervisará y auditará el manejo de los recursos de las agencias que operan bajo la órbita de la SIDE y velará por el respeto jurídico e institucional en el ejercicio de sus facultades. Estos son los objetivos que explicitan los nuevos encargados de esas áreas.

Un nuevo proyecto. Una nueva esperanza: que al fin haya miradas profesionales cuya principal misión sea proteger al país y a los ciudadanos. Un deseo: que no estemos frente a otro escudo discursivo que le falte el respeto a las evidencias

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