Crisis en Venezuela
Lula, con Petro y López Obrador, intenta presionar a Maduro para que publique las actas de las elecciones
El presidente de Brasil instruye a su canciller para que acuerde una declaración con sus homólogos de Colombia y México, donde exijan al presidente de facto venezolano transparencia electoral
El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, ha decidido tomar las riendas del caballo desbocado en el que se ha convertido Nicolás Maduro tras la parodia de elecciones del pasado domingo.
Lula, el referente de la izquierda con mayor peso en la región, ha formado un triángulo decisivo para tratar de convencer al régimen bolivariano de que entregue las actas oficiales de votación y reconozca los resultados reales.
Los tres cancilleres tienen previsto firmar una declaración conjunta para presionar a Nicolás Maduro, cuyo gobierno y reacción ante un proceso electoral viciado de origen se ha coinvertido en un problema en la región.
Vieira, Murillo y Bárcena, representan a gobiernos ideológicamente afines al de Maduro y de hecho, han sido aliados suyos tradicionales, pero esta situación les ha colocado en una situación más que incómoda.
Dos miembros del gobierno brasileño confiaron a la agencia Bloomberg la iniciativa del gobierno de Brasil y su disposición a redactar de forma conjunta un documento que saque de su obcecación a Maduro que se autoproclamó presidente reelecto (por tercera vez) sin que se conozcan las actas oficiales que reclama la oposición y decenas de países de todo el mundo.
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Lula da Silva está realmente molesto con Maduro, destaca Bloomberg, según sus fuentes. Durante todos sus gobiernos protegió la «revolución bolivariana» que empezó Hugo Chávez antes de pasarle, ya moribundo, el testigo a Nicolás Maduro. El antiguo sindicalista del Partido de los Trabajadores (PT), que llegó a la más alta magistratura del país de mayores dimensiones de toda América del Sur, no quiere más sacudidas en la región y menos de «uno de los suyos».
En vísperas de las elecciones el presidente de Brasil se mostró enormemente preocupado al escuchar decir al presidente de facto venezolano que habría una guerra civil en Venezuela y amenazó con un baño de sangre, si intentaban sacarle del Palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo. Lula, dijo al ser preguntado por periodistas, que la democracia es así: cuando uno pierde, pierde y se va a su casa y que las elecciones se ganan con un baño de votos y no de sangre.
Según el CNE (Consejo Nacional Electoral) que dirige el chavista Elvis Amorós, Maduró ganó las elecciones con el 51,2 por ciento de los votos mientras su principal adversario y candidato del Movimiento Unitario democrático (MUD), Edmundo González, obtuvo el 44,2 por ciento. Los otros ocho candidatos, –a efectos reales de paja–, sumaron entre todos un 4,6 por ciento. Ironías de la proclamación de Maduro como vencedor, que se tomó juramento a sí mismo, es que faltaban por escrutar el 20 por ciento de las actas.
María Corina Machado y Edmundo González, difundieron hace unas horas el recuento oficial al lograr las actas faltantes que les niega el régimen, donde los resultados son bien distintos.
Tal y como anunciaban la totalidad de las encuestas que no responden a la tiranía bolivariana, el vencedor del domingo fue González Urrutia con 6.275.182 votos frente a los 2.759.256 que habría obtenido Maduro.