Zapatero, de defensor del régimen de Maduro en Bruselas a veedor electoral de un fraude

Desde hace años, los venezolanos de ambos lados del Atlántico ven con indignación como el expresidente de Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero defiende al régimen chavista a pesar de las irrefutables pruebas de sistemáticas violaciones de derechos humanos y los repetidos fraudes electorales cometidos por Nicolás Maduro.

Zapatero, en constantes viajes entre Madrid y Caracas, ha defendido la legitimidad del régimen chavista y ha pedido «no prejuzgar» los procesos electorales de Venezuela en base a «dogmas ideológicos» que no permiten ser objetivos.

Ante el actual fraude en curso que pretende sostener a Maduro en el poder seis años más, Zapatero es rehén de sus palabras y de la objetividad que exigió con «enfado» a la Unión Europea en las elecciones venezolanas de 2018.

El expresidente socialista ha quedado desnudo ante el peso de la realidad e incluso ante los pronunciamientos de la propia Internacional Socialista y sobre todo del Centro Carter, que tras constatar sobre el terreno, señaló que «las elecciones presidenciales de Venezuela de 2024 no cumplieron con los estándares internacionales de integridad electoral y no pueden considerarse democráticas».

En 2020 Zapatero criticó las sanciones de la Unión Europea y abogó por una vía electoral que ahora deja morir en manos del fraude de Maduro: «Sabemos que ya no sirve la imposición ni las sanciones. Solo sirven el diálogo y los votos, el encuentro y la deliberación democrática. No hay otro camino».

En palabras del expresidente socialista Felipe González, Zapatero se ha convertido en un lobista a favor del régimen venezolano ante la Unión Europea para que le suspendan las las sanciones personales contra figuras del chavismo a raíz de los crímenes de lesa humanidad cometidos impunemente desde hace años.

De acuerdo con las denuncias de antiguos miembros del régimen venezolano, Zapatero tendría más que vínculos ideológicos con Maduro, incluso atribuyéndole la propiedad de una mina de oro en el país caribeño como lo reveló el 'pollo' Carvajal.

Sólo entre 2015 y 2019, el expresidente del Gobierno español viajó 37 veces al país sudamericano

La corrupción del régimen chavista incluso podría haber ayudado a financiar organizaciones y medios de comunicación del ahora casi extinto Podemos, como lo visto en el caso Neurona.

No es la primera ocasión que Zapatero participa como veedor de unas elecciones venezolanas controladas por el chavismo. Ya en 2018, el expresidente socialista viajó a Caracas para blanquear al régimen en unos comicios a la carta, en donde la oposición decidió no participar por falta de un ente electoral imparcial.

Igualmente en 2021, durante los comicios regionales venezolanos en lo que sí decidió participar la oposición y abundaron también irregularidades, Zapatero alegó que ese proceso era muestra de la normalidad democrática que había en Venezuela y aprovechó para cuestionar el Gobierno interino (paralelo) del opositor Juan Guaidó.

Precisamente, el expresidente interino de Venezuela, quien asumió tras ser declarada la usurpación en el poder por parte de Maduro, señaló la complicidad de Zapatero con el dictador venezolano. Guaidó lo criticó por convertirse en «abogado de la dictadura».

No solo Guaidó criticó el papel de Zapatero en Venezuela, sino que Antonio Ledezma, el actual representante de la candidatura de Edmundo González Urrutia ya había advertido del funesto rol del expresidente socialista que, aunque dice mediar entre el régimen y la oposición, es visto como alguien parcial y poco confiable para hacerlo.