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Estatua de Lenin Lenin en la ciudad rusa de Sudzha, controlada por Ucrania, en la región de Kursk

Estatua destrozada de Lenin en la ciudad rusa de Sudzha, controlada por Ucrania, en la región de KurskYan DOBRONOSOV / AFP

El otro conflicto que se libra en Kursk: las armas occidentales que no dejan usar a Ucrania contra Rusia

El uso de misiles procedentes de EE.UU. para derribar tres puentes rusos pone de manifiesto el peligroso cambio de táctica del Ejército ucraniano

El impedimento del uso de armas procedente de la Alianza de la OTAN suponía un verdadero quebradero de cabeza para el Gobierno de Volodimir Zelenski. Los comandantes ucranianos comparan estas restricciones aplicadas al uso de armas occidentales con luchar con una mano atada a la espalda.

No obstante, las fuerzas ucranianas reconocieron oficialmente el uso de sistemas de misiles occidentales en su audaz ofensiva transfronteriza en Kursk por primera vez el miércoles 21 de agosto, horas después del mayor ataque con drones ucranianos contra Moscú en la guerra hasta la fecha.

Una región rusa en la que llevan ganados 1.260 km2 con el objetivo de crear una «zona tapón» en territorio de Rusia para proteger la región ucraniana de Sumi.

Un bombardeo ucraniano sobre una posición rusa en el Kurks

Un bombardeo ucraniano sobre una posición rusa en el Kurks

En concreto el inesperado asalto ucraniano, que se lleva fraguando desde el 6 de agosto, ser sirve de misiles Himars de Estados Unidos. El M142 HIMARS, acrónimo de High Mobility Artillery Rocket System (cohetes de artillería de alta movilidad), es un sistema de lanzacohetes múltiple ligero montado en un camión militar. Un sofisticado armamento que ha permitido el mayor ataque contra Rusia desde la Segunda Guerra Mundial y cambia la narrativa de una guerra de desgaste, que hace un par de semanas parecía perdida ante Vladimir Putin.

Supuesto blindado ucraniano destruido por Rusia en su incursión en Kursk (Rusia)

Blindado ucraniano destruido por Rusia en su incursión en Kursk (Rusia)EFE/ EPA/ Ministerio de Defensa ruso

El Ejército de Ucrania, con precisión militar, ha derribado los tres puentes existentes que unían el último enclave controlado por Rusia en la zona con sus rutas de reabastecimiento hacia el norte. Por lo que los militares rusos se han visto acorralados y encerrados en una zona acotada, con el riesgo de caer prisioneros y pasar a engrosar la lista para un posterior intercambio con los 8.000 soldados ucranianos cautivos por Rusia.

El comando de operaciones especiales de Ucrania declaran, acompañado de vídeos que lo acreditan, que estos misiles han operado como verdaderos "destructores con precisión” en la caída de estas infraestructuras.

Reino Unido, en tanto, permite a Kiev utilizar 14 tanques Challenger 2 como lo considere conveniente. Pero los aliados occidentales, incluida Londres, han limitado el uso de misiles de largo alcance, como los misiles crucero Storm Shadow, para evitar una escalada del conflicto.

Los blogueros militares rusos y los periodistas internacionales del lado ucraniano identificaron en los primeros días de la invasión tanques y vehículos blindados británicos, estadounidenses e italianos entre los utilizados en el asalto, tal y como recoge The Times.

Por su parte, Alemania anunció una fuerte reducción en su ayuda militar bilateral a Ucrania. Francia, que aguarda un nuevo gobierno, no se ha pronunciado.

Mijaílo Podoliak, asesor presidencial ucraniano, ha asegurado que controlar esos territorios puede servir para obligar a Rusia a sentarse a la mesa de negociaciones «con nuestras condiciones».

Ucrania mantuvo en secreto, para sus aliados de la OTAN, su ataque transfronterizo, ya que estos no aceptarían que «cruzara la más estricta de todas las líneas rojas que tiene Rusia». El Gobierno de Zelenski, para que le permitan usar más armamento procedente de Europa y Estados Unidos, aduce que Putin no ha cumplido sus amenazas de represalias contra la OTAN, por lo que demuestra que eran unas declaraciones falsas. Fiándose de un autócrata que podría sentirse acorralado.

Por el contrario, el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) dijo que tenía pruebas de que la incursión fue planeada con la participación de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, Gran Bretaña y Polonia, según recoge la agencia Reuters. Washington ha negado tener conocimiento sobre la operación ucraniana.

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