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131 / 5.000 Agentes de policía forman un cordón en el centro de la ciudad después de un ataque con cuchillo anoche durante el festival de la ciudad en Solingen, Alemania

Agentes de policía forman en la ciudad de Solingen, AlemaniaEFE

La amenaza del terrorismo islámico se extiende sobre Europa

Durante los últimos diez meses, el tiempo que dura la guerra en la Franja de Gaza, los ataques con arma blanca han aumentado significativamente, así como las agresiones contra los templos y centros culturales judíos

El terrorismo islámico ha vuelto a perturbar la paz en Europa. La amenaza de nuevos atentados se extiende sobre el Viejo Continente, tras el ataque terrorista, este fin de semana, en la ciudad de Solingen, que ha acabado con la vida de tres personas y ocho heridos graves. La tragedia se sucedió en el marco de un festival, organizado con motivo del 650º aniversario de esta ciudad del oeste de Alemania. Un hombre se abalanzó sobre los asistentes de uno de los conciertos y acuchilló a sus víctimas en el cuello.

El caos y la histeria permitió que el individuo, identificado como un refugiado sirio de 26 años sobre el que pesaba una orden de deportación, consiguiera escapar sin ser detectado por la Policía alemana que, inmediatamente después del ataque, desplegó un gran operativo para detener al terrorista. El ataque fue reivindicado, casi un día después, por el Estado Islámico (ISIS), a través de un comunicado en su cuenta de Telegram. El grupo terrorista aseguró que el atentado «contra una concentración de cristianos» fue perpetrado por uno de sus miembros «en venganza de los musulmanes en Palestina y en todas partes».

La guerra en la Franja de Gaza entre Israel y Hamás, que va camino de cumplir un año, ha aumentado la amenaza yihadista en toda Europa. Durante los últimos diez meses, los ataques con arma blanca han incrementado significativamente, así como las agresiones contra los templos y centros culturales judíos. En Alemania, la Oficina Federal de Policía Criminal registró, en 2023, cerca de 14.000 casos de violencia con arma blanca.

Sin ir más lejos, el pasado mes de mayo, la ciudad germana de Mannheim sufrió un episodio similar al de Solingen. Seis personas resultaron heridas y un policía murió tras ser atacados durante un mitin político por un hombre afgano de 28 años. En todos estos ataques, el cuchillo se ha convertido en la marca del terrorismo islámico. Asimismo, en enero de 2023, un palestino llegado a Alemania hace más de una década, atacó a los pasajeros de un tren matando a una joven pareja.

Alemania ha sido el país europeo que más ha sufrido las consecuencias del aumento del extremismo islamista en el continente. La Oficina Federal para la Protección de la Constitución ha alertado de que la probabilidad de sufrir atentados terroristas islamistas en el país germano es actualmente significativamente mayor que en años anteriores, debido, en gran medida «a la guerra en Gaza». Francia es otro de los puntos calientes del Viejo Continente al contar con la comunidad musulmana más grande, así como la judía.

Este sábado, aún en duelo por el atentado en Solingen, saltaba la noticia de un ataque contra una sinagoga en una ciudad al sur de Francia. El autor del ataque, un argelino de 33 años, hizo explotar una bombona de gas, provocando una explosión que afectó al templo judío e hirió a un policía municipal. La clase política francesa, casi en su conjunto, salió a condenar los ataques de corte antisemita que está sufriendo el país. «La lucha contra el antisemitismo es una lucha constante, la de una nación unida», aseveró el presidente de la República, Emmanuel Macron.

Fuera de las fronteras europeas, el Estado Islámico se hace fuerte en Afganistán y Pakistán, a través de su rama local del Estado Islámico del Gran Jorasán (ISIS-K) y, desde esa olvidada región del mundo, amenaza a Occidente. Incluso en el paraíso de los talibanes, el ISIS reivindicó la autoría del atentado contra un grupo de turistas en la ciudad afgana de Bamiyán, el pasado mes de mayo, que acabó con la vida de tres españoles. Pero, sin duda, la mayor tragedia, y que resucitó los peores fantasmas de los ataques de París en noviembre de 2015, fue el atentado contra la sala de conciertos Crocus City Hall, en Moscú. Hasta 114 personas perdieron la vida ese 22 de marzo y más de 550 resultaron heridas.

La guerra en la Franja de Gaza ha propiciado el aumento del radicalismo yihadista y el ISIS-K ha visto su oportunidad para amenazar a Europa. Christine Abizaid, directora del Centro Nacional de Lucha contra el Terrorismo de Estados Unidos, declaró ante el Congreso el pasado otoño que el grupo terrorista se ha apoyado principalmente «en operativos sin experiencia en Europa para intentar llevar a cabo atentados en su nombre».

Los expertos en terrorismo consideran que la situación geopolítica actual es la «tormenta perfecta» para el auge del terrorismo islámico. Según explicó Fitton-Brown, coordinador del Equipo de Vigilancia de las Naciones Unidas, en declaraciones a la CNN, la rabia por la situación de los palestinos en Gaza y la liberación de exyihadistas de cárceles europeas, tras cumplir sus condenas, ha colocado al Viejo Continente en el punto de mira de los terroristas.

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