¿Qué es el QUAD, la apuesta de EE.UU., Japón, India y Australia para frenar a China en el mar?
Los líderes de los cuatro países se han alineado en torno a la preocupación compartida ante el comportamiento cada vez más agresivo de China
La alianza autocrática entre Rusia y China avanza a pasos acelerados y los guardacostas de ambos países ya patrullan de manera conjunta el Océano Pacífico y el mar de Japón con pretensiones expansionistas sobre territorios marítimos que Moscú y Pekín consideran les pertenecen.
El régimen de Pekín es el más urgido en generar capacidades propias y sumar fuerzas con el Kremlin para «romper» el encerramiento natural que le imponen Taiwán, Japón y Filipinas entre otros.
El Gobierno japonés en primer instancia y el estadounidense en última no están dispuestos a permitir las pretensiones expansionistas de China y su nuevo aliado ruso. Por esa razón, EE.UU., Japón, India y Australia están reimpulsado una alianza estratégica –de tipo político y también militar– que les permita contener y disuadir al régimen comunista de Pekín en las vastas aguas del Indo-pacífico que se extiende desde el océano Índico, pasa por el mar de China meridional e incluye el océano Pacífico occidental.
EE.UU., Japón, India y Australia sostienen una alianza conocida públicamente como QUAD, oficialmente denominada Diálogo Cuadrilateral de Seguridad, con raíces en la cooperación que tuvo lugar en la repuesta al desastre causado por el tsunami de 2004 en el océano Índico.
Desde entonces, los cuatros gobiernos trabajan en una agenda mucho más amplia, que incluye abordar cuestiones de seguridad, económicas y sanitarias. Sobre todo, a partir de 2021, los líderes de los cuatro países se han alineado en torno a la preocupación compartida ante el comportamiento cada vez más agresivo de China en la región.
La creciente disposición de China a desafiar el statu quo regional –con respecto a Taiwán y sus límites marítimos con Filipinas y Japón- preocupa a Washington, y el cuestionamiento de los valores democráticos por parte de Pekín –incluida su represión de las libertades de Hong Kong– han profundizado las preocupaciones de otros socios del QUAD.
Japón, especialmente vulnerable
El futuro de Japón depende en gran medida de rutas marítimas abiertas para su comercio con el resto del mundo por eso Tokio se aferra a la idea de garantizar un «Indopacífico libre y abierto».
Los ejércitos de Estados Unidos y Japón ya trabajan en estrecha colaboración en toda la región, y las Fuerzas de Autodefensa de Japón han ido construyendo relaciones con sus homólogos australianos e indios. De manera similar, Japón ha desempeñado un papel importante en el apoyo a la inversión en infraestructura en toda la región en alternativa a los puertos chinos.
El Gobierno nipón observa con atención cómo la China comunista impone condiciones económicas a los países del Indo-pacífico y por eso quiere ofrecer a los países del sudeste asiático fuentes alternativas de comercio para compensar la creciente influencia de Pekín.
Frente a China, pero sin mencionarla
«Estamos seriamente preocupados por la situación en los mares de China Oriental y Meridional. Seguimos expresando nuestra seria preocupación por la militarización de las formaciones en disputa y las maniobras coercitivas e intimidatorias en el mar de China Meridional» señala el más reciente comunicado conjunto firmado en la Cumbre Levada a cabo en Delaware, Estados Unidos.
El texto firmado por el presidente de EE.UU. Joe Biden y los primeros ministros de India Narenda Modi, Japón Fumio Kishida y de Australia Anthony Albanese señaló: «Condenamos el uso peligroso de los buques de la guardia costera y de la milicia marítima, incluido el uso cada vez mayor de maniobras peligrosas. También nos oponemos a los esfuerzos por perturbar las actividades de explotación de recursos marinos de otros países».
«Los líderes del QUAD, seguimos comprometidos a trabajar en asociación con los países del Indo-pacífico para decidir nuestro futuro y dar forma a la región en la que todos queremos vivir» finalizó el texto en lo que simboliza una relación duradera ante los desafíos futuros en la región.