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El senador y candidato republicano a la vicepresidencia, J.D. Vance, y el gobernador y candidato demócrata a la vicepresidencia, Tim WalzAFP

Vance evidencia la inacción y censura de Kamala Harris en el debate de vicepresidentes frente a Walz

Los candidatos a la vicepresidencia dejaron 90 minutos de cara a cara moderado, con la inmigración como protagonista

Apenas un mes antes de que los estadounidenses se acerquen a las urnas para las elecciones presidenciales, el candidato a la vicepresidencia del Partido Demócrata, el gobernador Tim Walz, y el del Partido Republicano, el senador J.D. Vance, enfrentaron sus ideas en un único debate marcado por la inmigración.

Esta vez, Vance reiteró uno de los mejores argumentos contra la política de su rival y que a Trump le costó tanto utilizar: si tan buenas son sus propuestas, ¿por qué no las ha aplicado durante los tres años y medio que lleva siendo presidenta?

Como no podía ser de otra manera, la primera cuestión fue sobre los frentes abiertos que tiene Israel, uno de los principales aliados de Estados Unidos, tanto en Gaza como en el Líbano. Walz se ha retrotraído al 7 de octubre de 2023, cuando fue Hamás quien comenzó los ataques. Así, son sus socios los que tienen derecho a responder y a recuperar a sus rehenes. Además, acusó a Trump de ser demasiado viejo para estar al frente de la operación —Biden es cuatro años mayor que el candidato republicano—.

Por su parte, Vance, recordó que Trump ha sido el único presidente que no ha tenido ninguna guerra, afirmando que su modelo de imponer la paz es el único viable.

Al igual que el líder republicano, el aspirante a la vicepresidencia de este partido no se ha visto libre de las interrupciones de las moderadoras, que rectificaron sus declaraciones —prohibido según las normas establecidas para el debate—. No ha pasado desapercibido para los espectadores, que hicieron que entraran en las tendencias de X en Estados Unidos.

En los últimos compases del debate, Vance puso sobre la mesa la censura a la que reciben todos aquellos que no comparten los ideales de Kamala Harris. Alegaba que muchos de ellos estaban muertos socialmente por expresar sus ideas. Walz le devolvía el golpe asegurando que su partido no reconoció la victoria de los demócratas en 2020. Pero el senador le recordó que ellos también criticaron y pusieron en duda la de Trump en 2016. «Me gustaría que nos uniésemos frente a la censura. Criticar las políticas del Gobierno es un derecho», sentenciaba Vance.

El senador y candidato republicano a la vicepresidencia, J.D. Vance, y el gobernador y candidato demócrata a la vicepresidencia, Tim WalzAFP

Inmigración ilegal

La inmigración ilegal fue otro de los pilares de la conversación. Vance abogaba por deportar a los criminales y, después, dificultad que quienes habían entrado ilegalmente tengan acceso al trabajo. Ellos son, exponía, una de las razones por las que se ha encarecido el precio de la vivienda. Unas mayores posibilidades laborales, junto a más opciones de conseguir un hogar, ayudaría enormemente a la economía. Además, frenaría, entre otras cosas, el consumo de fentanilo o la explotación sexual de los niños, que se ha incrementado durante la administración Biden-Harris. Por su parte, el candidato demócrata a la vicepresidencia se limitaba a hablar las bondades de la líder de su partido, que ha perseguido a los cárteles por el país.

En varias ocasiones, ambos reconocieron los puntos en los que estaban de acuerdo. Sin embargo, lo que no le otorgaba Walz a su oponente es que Trump bajase el precio un 25 % de los medicamentos con receta, que algunos de los criticados aranceles fueron mantenidos por Biden o que propiciara la mayor creación de empleo de la historia de Estados Unidos.

Aborto y familia

El gobernador, que se hacía pasar por cristiano mencionando algunos pasajes del evangelio, en lo referido al aborto, defendía el derecho de las mujeres a decidir qué hacer con «sus cuidados médicos». Mientras que este manifestaba ser 'proaborto' —aunque decía tener medidas que fortalecerían la natalidad—, Vance presentaba a los suyos como «'profamilia'». El republicano le contestaba que debe ser una cuestión en laque cada estado haga lo que considere su población, debido a que, por el tamaño del país, sería un error generalizar la opinión de todos sus habitantes. Igualmente, recalcaba que Kamala Harris pretende perseguir y obligar a practicar abortos a los médicos y enfermeros «católicos» que se nieguen.

Después de hablar de muros, inflación o dónde construir más vivienda, Walz cerró su discurso abogando por el voto a Kamala Harris, que traería «una nueva forma de hacer las cosas, la política de la alegría». «Más de 1.400 días» son los que lleva la candidata demócrata —replicaba Vance—, en los que ya había podido aplicar todos esos proyectos. Para poder recuperar el sueño americano —decía—, es necesario alguien diferente, alguien que ya había cambiado las cosas antes.