Reino Unido
Los donativos de lord Alli acosan a Starmer tres meses después de su llegada a Downing Street
El magnate sufragó trajes y gafas del primer ministro por más de 36.000 euros
Sir Keir Starmer utilizó profusamente su pasada condición de alto funcionario honesto y ajeno a cualquier escándalo para hacerse, primero, con el liderazgo del Partido Laborista y, posteriormente, para ganar –con una apabullante mayoría absoluta– las elecciones generales a principios del pasado julio, dejando al Partido Conservador sumergidos en sus propios escombros.
La llegada de Starmer al cargo de primer ministro debía abrir una nueva etapa no solo en el plano estrictamente político, sino también en el ético. Se trataba de acabar con el desprestigio institucional generado por la interminable lista de desvergüenzas protagonizadas por los conservadores en sus últimos años en el poder. Por ejemplo, las fiestas ilegales auspiciadas por Boris Johnson en Downing Street en plena pandemia del Covid-19.
Pues bien, tres meses después de su toma de posesión -fue el 4 de julio-, la imagen de Starmer como impulsor de la regeneración ética de la vida pública británica se ha desmoronado. Desde hace unos días, la actualidad política está marcada por el goteo diario de filtraciones relacionadas con las generosas donaciones efectuadas a diversas personalidades del laborismo por el magnate de origen guyanés Waheed Alli, miembro de la Cámara de los Lores.
A Starmer, por ejemplo, le obsequió con trajes de caballero por valor de más de 32.000 libras esterlinas -más del doble de lo inicialmente admitido- y con 2.885 en gafas, cantidades que, en un principio, no fue declaradas como era preceptivo. Por su parte, lady Starmer, consorte del primer ministro, fue agasajada con prendas por valor de 5.000 libras, que tampoco se declararon.
Según The Daily Telegraph, la peculiar generosidad de lord Alli se extendió hasta el punto de ceder al matrimonio Starmer un piso de lujo, que terminó siendo utilizado por varios parlamentarios laboristas. Desde allí grabó el aún líder de la oposición el 13 de diciembre de 2021 un mensaje navideño en el que instaba -aún no había terminado la pandemia- a teletrabajar desde casa, al tiempo que daba la impresión de estar en su propia vivienda, pues detrás suyo estaba una foto familiar.
Mas lord Alli también «regó» a otros miembros del Gobierno: la ministra de Educación, Bridget Phillipson, aceptó miles de libras del polémico para sufragar los gastos de la fiesta de su cuadragésimo cumpleaños. A esa celebración acudieron alrededor de cien invitados, entre ellos Starmer y la ministra de Economía y Finanzas, Rachel Reeves. Por su parte, la viceprimera ministra Angela Rayner, símbolo del laborismo más obrerista, disfrutó del piso que Alli tiene en Nueva York para pasar una semana de vacaciones.
Desde el Gobierno intentan defenderse alegando que estas donaciones fueron efectuadas antes de la llegada al poder. Sin embargo, se ha sabido que Charlie Parsons, expareja de lord Alli y con quien amasó una fortuna en el sector de la producción televisiva, ha donado más de 350.000 libras al Partido Laborista a lo largo de los últimos tres meses, es decir, desde que Starmer se instaló en el número 10 de Downing Street. Una sede, por cierto, en la que Alli ha gozado de entrada libre hasta la fecha, pese a no ocupar ningún cargo oficial.
El estado de gracia ha durado bien poco para Starmer que, de momento, solo se ha comprometido a devolver 5.000 libras de los regalos recibidos. Una cantidad en la que están incluidas las entradas gratis al concierto de Taylor Swift.