El régimen cubano amenaza con cárcel a quienes protesten por el apagón y la falta de comida

El dictador cubano, Miguel Díaz-Canel, acusó de indecencia y «vandalismo» a las personas que han protestado por los tres días de apagón casi total en el país y aseguró que la revolución nunca va a «tolerar este tipo de conductas».

Díaz-Canel hizo estas declaraciones en una reunión para evaluar la evolución de las tareas de restablecimiento del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) colapsado por décadas de administración comunista.

El heredero de la dictadura castrista avanzó que todos los infractores serán procesados de acuerdo a las leyes, en referencia a supuestas conductas «indecentes» y actos de «vandalismos» y de alteración de la «tranquilidad ciudadana».

En redes sociales se han difundido en las últimas horas imágenes de cacerolazos en algunos municipios de las isla, como la que tuvo lugar en un reparto de San Miguel del Padrón, en las afueras de La Habana. También se han convocado otras protestas en otras partes del país caribeño.

«Ya mi frío (refrigerador) tiene tres días de descongelado y temo que se me eche a perder todo», explicó a AFP Adismary Cuza, una trabajadora privada de 56 años, que está desesperada.

«Dos días sin luz, ¿qué es esto, caballero? ¿Qué va a pasar? El cubano está cansado de tanta cosa», añade Serguei Castillo, de 68 años, quien está tan preocupado como Cuza.

El ministro de Energía y Minas de Cuba, Vicente de la O Levy, ya reconoció el domingo que se habían registrado algunos «incidentes mínimos» a raíz del apagón masivo que afecta al país y criticó duramente contra quienes habían protestado.

En una conferencia de prensa con medios internacionales, De la O calificó las pequeñas protestas que han tenido lugar en las últimas horas de «indecentes» y se refirió a las personas que participaron como «el cobarde que no razona y el que se vende».

El aumento de la presencia policial es evidente desde el viernes en La Habana, con agentes en los cruces principales de la ciudad y patrullas recorriendo las calles.

Cuba lleva inmersa desde hace años en una crisis energética que se ha agravado en las últimas semanas por la escasez de combustible -fruto de la falta de divisas para importarlo- y las averías en las obsoletas centrales termoeléctricas debido a un déficit crónico de inversiones.

La electricidad de la isla se genera a través de ocho termoeléctricas dependientes de carburante extranjero

Esta semana la tasa de afectación máxima llegó a superar el 50 % de la demanda, lo que quiere decir que la mitad del país llegó a estar simultáneamente sin electricidad por la insuficiente capacidad de producción eléctrica de la isla.

Los frecuentes apagones no sólo dañan la economía cubana -que en 2023 se contrajo un 1,9 % y se encuentra aún por debajo de los niveles de 2019-, sino que también impulsan el descontento social.

Los cortes son percibidos por los expertos como catalizadores de las principales protestas antigubernamentales de los últimos años, incluidas las del 11 de julio de 2021 -las mayores en décadas-, las de La Habana y Nuevitas en agosto de 2022 y las del pasado 17 de marzo en Santiago de Cuba (este) y otras localidades.