Fundado en 1910
Vucic, Fico y Orban, los líderes de Serbia, Eslovaquia y Hungría en la reunión trilateral en Komarno

Vucic, Fico y Orban, los líderes de Serbia, Eslovaquia y Hungría en la reunión trilateral en Komarno (Eslovaquia)AFP

Serbia, Eslovaquia y Hungría firman un acuerdo histórico para frenar la inmigración en Europa del Este

«Estamos de acuerdo en que la inmigración destruye Gobiernos», resumió Robert Fico, primer ministro esloveno

Hungría, Eslovaquía y Serbia forman parte de tres países que se han convertido en un coladero de la inmigración ilegal que pretende traspasar el espacio Schengen para adentrarse en la Unión Europea (UE).

Impulsados a evitar las fronteras de naciones como Austria y Alemania que se han visto reforzadas ante la llegada masiva de inmigrantes que buscan quedarse como refugiados o asilados.

Como respuesta, mediante esta reunión trilateral en Komarno (al sur de Eslovaquia fronteriza con Hungría) celebrada entre Eslovaquia, Hungría y Serbia han firmado una rúbrica histórica. Poco antes de que se conviertan en uno de los espacios elegidos por las olas migratorias.

Una firma que podría dar paso a ser copiada por terceros países alterando el conocido 'Código de Fronteras Schengen' que está regulado en el reglamento 2016/399 de la Unión Europea y que permite la libre circulación de ciudadanos.

Un tratado para nada baladí como asegura Frontex (la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas) que alerta sobre las fronteras orientales. Tanto en Polonia y como en los Estados bálticos, debido a que se han producido unos 13.200 cruces irregulares.

Lo que supone un aumento del 192 % pese a que la entrada de indocumentados se ha reducido, en general, un 42 % en la UE el último año.

Por lo que Eslovaquia y Hungría se han convertido en el paso preferente para acceder a Polonia. Con el problema añadido que Bielorrusia (aliado de Putin) envía a inmigrantes que obtienen visados para volar legalmente hasta Minsk, con escala en Moscú, y por carretera hasta la frontera, que cruzan a pie.

Debido a esta complicada encrucijada, el primer ministro polaco, Donald Tusk, decidió suspender temporalmente los procedimientos del derecho de asilo. Una medida sin precedentes para la que ha contado con el visto bueno de las autoridades de Bruselas.

«La frontera serbio-húngara es crucial en la llegada de irregulares a Eslovaquia y los llamados puntos críticos fuera de la UE podrían desempeñar un papel», declaró el ministro eslovaco de Interior, Matus Sutaj Estok, al inicio de la cumbre. Sus Gobiernos hacen frente común contra un fenómeno que en Hungría lleva a cientos de detenciones semanales.

En estas semanas, los países se han devuelto paquetes de refugiados unos a otros. A finales de septiembre, cuando se impidió a 531 inmigrantes cruzar ilegalmente a Hungría, 394 fueron devueltos a Serbia.

Tras más de un año de negociaciones, Serbia ha firmado un acuerdo de cooperación con Frontex, que podrá lanzar operaciones conjuntas y desplegar a sus propios oficiales. La agencia cuenta con más de 480 agentes en esta ruta, por la que, en los primeros diez meses del año, han entrado cien mil personas.

comentarios
tracking