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Ahoo Daryaei, la joven iraní detenida por desnudarse en público, en Teherán

Ahoo Daryaei, la joven iraní detenida por desnudarse en público, en TeheránRRSS

Irán detiene a una joven por desnudarse en público en protesta por la imposición del velo islámico

La estudiante Ahoo Daryaei permanece en paradero desconocido desde entonces, Amnistía Internacional ha pedido a Teherán su liberación «inmediata y sin condiciones»

Las imágenes y vídeos de una joven desnuda, cubierta tan solo con ropa interior de color morado, empezaron a hacerse virales a través de las redes sociales este sábado. La imagen podría resultar hasta incómoda, sino fuera porque este acto de rebeldía tuvo lugar en la prestigiosa Universidad Islámica Azad de Teherán, la capital de Irán. La iraní, llamada Ahoo Daryaei, según medios locales, se ha convertido en el enésimo símbolo del hastío de las jóvenes con el régimen de los ayatolás y el estricto código de vestimenta islámico que se impone a las mujeres.

En la grabación, se puede ver cómo la joven se pasea por el patio de la universidad ante la atenta mirada de los estudiantes, mientras una mujer, vestida con el chador de riguroso negro, la increpa. Posteriormente, Daryaei se aleja y llega lo que parece ser un aparcamiento, donde un hombre y la mujer de negro la introducen en un coche. La joven se encuentra en paradero desconocido desde entonces. Amnistía Internacional instó a las autoridades iraníes a que liberen de manera «inmediata y sin condiciones la estudiante universitaria que fue arrestada violentamente el 2 de noviembre».

Asimismo, la organización de derechos humanos recordó a Teherán que, hasta que sea puesta en libertad, «las autoridades deben protegerla de la tortura y otros malos tratos y garantizar el acceso a su familia y a un abogado». Los hechos se precipitaron, este sábado, cuando Daryaei fue reprendida por la temida Policía de la Moral por llevar mal puesto el velo, como un acto de desafío decidió, no solo deshacerse del hiyab, sino de toda su ropa. Un acto que, en Irán, puede costarle la vida.

Sin embargo, desde la muerte de la joven kurda Jina Mahsa Amini, bajo custodia policial en septiembre de 2022, arrestada por supuestamente infringir el estricto código de vestimenta islámico, gran parte de las mujeres ha perdido el miedo a las autoridades y se ha rebelado. Un simple acto como enseñar el cabello se considera un acto de rebeldía, un grito a la libertad. Son cada vez más, sobre todo las más jóvenes, quienes en su día a día protagonizan actos de desobediencia civil que incomodan a las autoridades de la República Islámica. Las protestas al grito de 'Mujer, Vida y Libertad', que tuvieron lugar en 2022, pusieron al régimen contra las cuerdas y han supuesto un antes y un después para la sociedad iraní.

El caso de Daryaei es el último, pero no el único. Sin embargo, desde medios oficiales u oficialistas, se vende la idea de que la joven estudiante sufre una enfermedad psicológica, por lo que ha tenido que ser ingresada en un hospital psiquiátrico. La periodista y activista iraní, Masih Alinejad –en el ojo de los servicios secretos de Irán–, denunció en su cuenta de X, antes Twitter, que las acusaciones de inestabilidad mental son «una táctica habitual en la República Islámica». «En 2014, cuando lancé la campaña 'Mi libertad sigilosa contra el hiyab obligatorio', el régimen utilizó mentiras similares contra mí, afirmando que había sufrido una crisis nerviosa, me había desnudado en el metro de Londres y había sido violada por tres hombres», explicó.

La agencia semioficial de noticias iraní Fars se hizo eco del incidente, diciendo que la estudiante había llevado «ropa inapropiada» y se había «desnudado» después de que los guardias de seguridad le pidieran cumplir el código de vestimenta. Testigos, bajo condición de anonimato, cuentan una versión completamente opuesta y aseguran que las fuerzas Basij –fuerza paramilitar– trataron de arrastrar a la fuerza a la estudiante a la sala de seguridad. Daryaei lejos de ceder, mostró una fuerte resistencia, y forcejeó. La disputa acabó con la joven sin sudadera, dejándola solo con su ropa interior. Los agentes de seguridad, descolocados, la dejaron marchar, tras lo cual, en un momento de ira, se quitó también los pantalones y se los arrojó a los agentes.

Tras la desaparición de la estudiante, la activista iraní, residente ahora en Estados Unidos, ha asegurado que la joven ha sido hospitalizada a la fuerza bajo supervisión psiquiátrica, «lo que marca el comienzo de la tortura y, poco después, el ciclo de confesiones forzadas» y subrayó que la vida de Daryaei «corre peligro». En este sentido, Amnistía Internacional advirtió a Teherán de que «las acusaciones de palizas y violencia sexual contra la joven durante el arresto necesitan investigaciones independientes e imparciales. Los responsables deben rendir cuentas». La organización de derechos humanos ha documentado cómo, desde la protestas de 2022, el régimen de los ayatolás ha redoblado la presión sobre las mujeres.

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