Esta cárcel ha sido un símbolo de la represión de Al Asad
Los insurgentes excavan en el centro de torturas de Al Asad y descubren celdas selladas bajo tierra
La prisión de Sednaya se ha convertido en un símbolo de los crímenes de guerra y la represión durante los 24 años de gobierno de Al Asad
Este lunes, la Defensa Civil siria, más conocida como los Cascos Blancos, llegó a la temida prisión de Sednaya, al norte de Damasco, con el objetivo de rescatar a prisioneros detenidos en «celdas subterráneas ocultas». Este emblemático centro de detención, gestionado por el régimen de Bashar al Asad, ha sido señalado durante años como un lugar de tortura sistemática y desapariciones forzadas.
Según los rescatistas, dos equipos lograron acceder al complejo en la madrugada, mientras otros tres avanzaban gradualmente hacia la prisión acompañados por un guía que conoce su disposición interna. «Esperamos que el resto de los equipos lleguen a lo largo del día, aunque enfrentamos serias dificultades debido a las malas condiciones de seguridad en las carreteras y la congestión del tráfico», declararon los Cascos Blancos.
La prisión de Sednaya se ha convertido en un símbolo de los crímenes de guerra y la represión durante los 24 años de gobierno de Al Asad. Organismos internacionales de derechos humanos, como Amnistía Internacional, han documentado ejecuciones extrajudiciales, torturas y hacinamiento extremo en el lugar. Según estos informes, miles de personas murieron bajo custodia en condiciones inhumanas, y un número desconocido fue trasladado a celdas subterráneas para ser sometido a abusos sistemáticos.
«Estamos operando en una instalación inmensa y extremadamente compleja», explicaron los Cascos Blancos. «Necesitamos tiempo, recursos y, sobre todo, garantizar la seguridad de nuestros equipos para continuar con el rescate».
