El Ejército taiwanés saca sus armas en un «entrenamiento de combate» ante la amenaza china
Las tensiones entre China y Taiwán se han recrudecido a raíz de la toma de posesión del presidente isleño, el soberanista William Lai
El Ejército taiwanés ha realizado este martes un «entrenamiento de combate» en el que simuló el rechazo de una incursión china, como parte de unas maniobras militares más amplias que pretenden fortalecer la preparación de las tropas en vísperas del Año Nuevo lunar. Un ejercicio que tuvo lugar en la base de Hukou (condado de Hsinchu, norte de Taiwán), hogar de la 542ª Brigada Blindada del 6º Cuerpo del Ejército taiwanés, responsable de la defensa de la región septentrional de la isla.
En el simulacro participaron distintos tipos de vehículos aéreos y terrestres, entre ellos un helicóptero Apache y dos Black Hawk, ambos de fabricación estadounidense, así como tanques CM-11 y blindados CM-22. Según fuentes castrenses, el ensayo recreó el ataque del enemigo sobre varios «objetivos importantes» del área de Hsinchu y la posterior respuesta de las fuerzas taiwanesas, en unos ejercicios guionizados que culminaron con la recuperación de las posiciones previamente conquistadas por el teórico adversario.
Unas maniobras que pusieron a prueba distintos escenarios de combate, como el uso de drones para determinar la posición del enemigo, la utilización de helicópteros de ataque y morteros para destruir sus instalaciones y el despliegue de tanques y vehículos blindados junto con pelotones de infantería y fuerzas especiales. «El ejercicio demostró plenamente los resultados del entrenamiento de combate coordinado de varios tipos de armamento y permitió al pueblo taiwanés presenciar la rigurosa preparación para el combate del Ejército y su firme determinación de proteger su patria las 24 horas del día», comentaron estas fuentes.
Este ejercicio forma parte de las maniobras organizadas tradicionalmente por las Fuerzas Armadas de Taiwán en vísperas del Año Nuevo lunar, también conocido como Fiesta de la Primavera, que comenzará oficialmente el próximo 29 de enero. Las tensiones entre China y Taiwán, una isla gobernada de forma autónoma desde 1949 y considerada por las autoridades de Pekín como una «provincia rebelde», se han recrudecido a raíz de la toma de posesión del presidente isleño, el soberanista William Lai, el pasado 20 de mayo.