
La rehén israelí Agam Berger saluda junto a terroristas de Hamás, en Gaza
Israel libera con retraso a los presos palestinos tras la caótica liberación de los ocho rehenes en manos de Hamás
Hamás ha vuelto a convertir en un tenebroso espectáculo la liberación de los rehenes cautivos en la franja de Gaza desde el 7 de octubre de 2023. El intercambio de este jueves es el tercero en el marco del acuerdo de alto el fuego acordado entre la organización terrorista palestina e Israel que entró el vigor el pasado 19 de enero. La liberación de estos ocho cautivos –tres israelíes y cinco tailandeses– no estaba prevista en el pacto inicial. Sin embargo, el país hebreo consiguió forzar a Hamás a un nuevo intercambio tras acusar a la organización islamista de violar las condiciones de la tregua al liberar, el pasado sábado a cuatro militares, antes que a los civiles.
Israel por su parte excarceló con varias horas de retraso de la prisión de Ofer, en Cisjordania, a 110 presos palestinos, entre ellos 33 que cumplían cadena perpetua por atentados terroristas, así como 30 mujeres y menores, como protesta a la caótica entrega de los rehenes. Como contrapartida a su regreso, este lunes, el Ejército hebreo permitió el regreso masivo de los palestinos al norte de Gaza. Según datos ofrecidos por Naciones Unidas, se calcula que medio millón ya han emprendido el camino de vuelta desde el sur, tanto a pie como en coche o, incluso, en burro.
La jornada en Gaza comenzó temprano y la entrega de los cautivos al Comité Internacional de Cruz Roja (CICR) se realizó en dos tandas diferentes. A las 10 y media de la mañana hora local, la joven soldado Agam Berger, 21 años, aparecía en Yabalia, ciudad del norte de la Franja y que ha sido duramente castigada por los ataques israelíes, parapetada por varios terroristas de Hamás. A pie, y vestida de uniforme, Berger tuvo que protagonizar el ritual, que el fin de semana pasado también sufrieron sus otras cuatro compañeras liberadas Liri Albag (19), Karina Ariev (20), Daniella Gilboa (20) y Naama Levy (20).
En un escenario público perfectamente montado y ante la expectación de miles de gazatíes concentrados para el momento, la joven soldado tuvo que saludar a la muchedumbre a la vez que sostenía un certificado de su liberación con el emblema de las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam –el brazo armado de Hamás.Paralelamente, representantes del CICR y las Brigadas firmaban un documento que oficializaba su liberación. El espectáculo llegó a su fin cuando Berger finalmente consiguió subirse al todoterreno blanco de la Cruz Roja. La escenificación de la liberación repite el mismo esquema que el del sábado pasado, en el que el mundo entero fue testigo de cómo Hamás trataba de mostrar músculo, tras más de 15 meses de guerra contra el Ejército israelí, y sacó a todos sus milicianos a las calles de Gaza.
Horas después, en el sur de la Franja, concretamente en Jan Yunis, otra multitud esperaba la llegada de otros dos rehenes israelíes. La localización, como toda la escenografía que rodea a estas liberaciones, escondía un gran simbolismo. El punto de encuentro eran los alrededores de la vivienda del líder de Hamás, Yahya Sinwar, muerto en un ataque israelí el pasado mes de octubre.
Con la aparición de Arbel Yehoud, 29 años y secuestrada del kibutz Nir Oz, se sucedieron las escenas de caos. En esta ocasión, tanto los terroristas de la Yihad Islámica, identificados con bandanas amarillas, como los de Hamás, con pañuelos verdes, rodearon a Yehoud para tratar de hacerse paso entre los miles de gazatíes que trataban de grabar y ser testigos del proceso de liberación de la joven israelí. Las imágenes en directo del momento muestran a Yehoud con el gesto completamente descompuesto por el terror. En esta ocasión, ante la incapacidad de los milicianos de poner orden, no se procedió al ritual ni a la firma del certificado de liberación.
Las imágenes de caos han sido tan impactantes que Israel envió un mensaje de protesta a los mediadores del acuerdo –Egipto, Qatar y Estados Unidos– para evitar que se repitan en futuros intercambios. El tercer cautivo, Gadi Mozes, 80 años, el primer hombre que es liberado en esta primera fase del acuerdo también fue entregado, con retraso, a la Cruz Roja en la misma localización que Yehoud. Asimismo, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron de que otros cinco cautivos tailandeses, identificados como Thenna Pongsak, Sathian Suwannakham, Sriaoun Watchara, Seathao Bannawat y Rumnao Surasak también habían sido puestos en libertad.

Agam Berger, junto a sus padres después de su liberación por Hamás
Una vez llegada la confirmación de que los ocho rehenes ya estaban en manos del Ejército israelí, Netanyahu mostró su repulsa ante «las escenas impactantes durante la liberación de nuestros rehenes». «Esta es una prueba más de la crueldad inimaginable de la organización terrorista Hamás», señaló el mandatario israelí, que aprovechó para lanzar una advertencia al grupo islamista: «Quien se atreva a dañar a nuestros rehenes, pagará».
El caos y las escenas de terror han dado alas a todos aquellos que en Israel se oponían a pactar con Hamás. El exministro de Seguridad Nacional, el radical Itamar Ben-Gvir, –que abandonó el Ejecutivo en protesta por el acuerdo de alto el fuego– escribió en su cuenta de X, antes Twitter: «El Gobierno podría haber impedido que la ayuda humanitaria llegara a la multitud sedienta de sangre que ahora está tratando de linchar a nuestros rehenes (combustible, electricidad y agua) y haberlos aplastado militarmente hasta que ellos mismos suplicaran que devolvieran a nuestros rehenes, pero decidió elegir el camino de la rendición a los monstruos humanos. ¡No es demasiado tarde para que entre en razón!».
Los ocho rehenes liberados ya están en Israel donde fueron sometidos a un primer reconocimiento médico y volvieron a abrazar a sus seres queridos tras 482 días de cautiverio. Aparentemente, y según informaron las autoridades hebreas, tanto Agam Berger como Arbel Yehoud y Gadi Mozes se encuentran en «buen estado de salud». Desde la frontera con Gaza, en Re'im, un helicóptero militar los trasladó al Centro Médico Rabin, en el centro del país, donde serán sometidos a exámenes médicos más exhaustivos. Por su parte, los cinco tailandeses cautivos fueron recibidos por funcionarios del Gobierno de su país.