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Un lanzador MK-13 para misiles SM-1 se observa en la cubierta de la fragata de la armada taiwanesa ROCS Cheng Kung

Un lanzador MK-13 para misiles SM-1 se observa en la cubierta de la fragata de la armada taiwanesa ROCS Cheng KungAFP

Taiwán acusa a China de «socavar la paz» en el Estrecho tras maniobras frente a la isla

Según el último parte del Ministerio de Defensa Nacional (MDN) de Taiwán, un total de 59 aeronaves del Ejército chino, entre ellas cazas de combate, bombarderos y drones, participaron en estos ejercicios

Taiwán ha acusado a China de «socavar la paz y la estabilidad» en el Estrecho por las maniobras militares su ejército que, según Pekín, son un «firme castigo» por las declaraciones del presidente taiwanés, William Lai, por extender «falacias separatistas».

Así lo comunicó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán por medio de un escrito, en el manifestaba su «enérgica condena» ante las acciones militares de China y denunció que quien «constantemente» expande su presencia en la región, desafía el statu quo y «recurre a la coerción en zona gris» para dañar la estabilidad es el Partido Comunista chino (PCCh).

«El PCCh no puede, por un lado, declarar públicamente que desea estabilidad, mientras por el otro continúa con acciones provocadoras que socavan la paz y la estabilidad regional e incluso mundial. Como miembro responsable de la comunidad internacional, Taiwán continuará esforzándose por la paz, la estabilidad y la prosperidad en la región», señaló el canciller isleño, Lin Chia-lung, en declaraciones recogidas por el comunicado.

Un total de 59 aeronaves del Ejército chino, según el último parte del Ministerio de Defensa Nacional (MDN) de Taiwán, entre ellas cazas de combate, bombarderos y drones, participaron en estos ejercicios, la cifra más alta desde el pasado 14 de octubre, cuando Pekín llevó a cabo sus últimas maniobras militares a gran escala alrededor de la isla. Igualmente, las autoridades reportaron nueve buques de guerra chinos durante la operación. Estos portaban misiles guiados Guilin, la corbeta Taian y las fragatas Wenzhou y Jingzhou.

En declaraciones recogidas por la agencia estatal de noticias CNA, el ministro taiwanés de Defensa, Wellington Koo, explicó este martes que los ejercicios correspondieron a dos «patrullas de preparación para el combate», en las que los barcos militares chinos frecuentemente se aproximan a una distancia de 24 millas náuticas (44,5 kilómetros) de Taiwán.

Con todo, Koo reconoció que las patrullas de este lunes fueron «particularmente inusuales»: la primera se llevó a cabo a primera hora de la mañana y, si bien los buques de la Armada permanecieron en la zona, la Fuerza Aérea regresó por la tarde.

«Una vez más, ha quedado claramente demostrado que China utilizará cualquier excusa para realizar patrullas de preparación para el combate o ejercicios militares similares», aseveró el ministro, quien también definió a Pekín como el «principal alborotador» de la región.

Un «firme castigo»

En la noche local del lunes, el portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado (Ejecutivo chino) Chen Binhua describió estas maniobras como «necesarias», «justificadas» y como un «poderoso elemento disuasorio contra las fuerzas separatistas» de Taiwán.

«La independencia de Taiwán es incompatible con la paz en el estrecho de Taiwán», aseguró el vocero, que agregó que, desde la llegada de William Lai al poder en Taiwán, este «se ha adherido obstinadamente a la postura separatista» y «ha impulsado la desvinculación entre ambos lados del Estrecho».

Lai, considerado como un «independentista» y un «alborotador» por las autoridades de Pekín, definió a China como una «fuerza extranjera hostil» el pasado 13 de marzo, en uno de sus discursos más duros desde que asumió el cargo.

Taiwán se gobierna de forma autónoma desde 1949 bajo el nombre de la República de China y cuenta con unas Fuerzas Armadas y un sistema político, económico y social diferente al de la República Popular China, destacando como una de las democracias más avanzadas de Asia.

Sin embargo, Pekín considera a la isla como una «parte inalienable» de su territorio y en los últimos años ha redoblado su campaña de presión contra ella para concretar la «reunificación nacional», clave en el objetivo a largo plazo del presidente, Xi Jinping, de lograr el «rejuvenecimiento» de la nación china.

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