
Javier Milei el día de su investidura presidenciaI
Milei consuma su venganza contra Sánchez: suspende la venta de Telefónica Argentina
La venta de Telefónica Argentina se ha convertido, desde el primer momento en algo personal entre Javier Milei y Pedro Sánchez. La destitución de José María Álvarez-Pallete y su reemplazo por Marc Murtra tuvo un efecto inmediato en el presidente del gobierno que dio instrucciones claras y concisas: vende la compañía al comprador que más irrite a Milei.
Cumplir esas ordenes no era complicado para Murta. El Grupo Clarín llevaba paciente con la mejor oferta escondida en el sobre desde hace tiempo. Pallete había tomado la decisión de salir de Sudamérica cuando vio la deriva de la región, pero la llegada de Javier Milei y las mejoras de la economía le habían convencido de que era mejor esperar.
Los acontecimientos se precipitaron con su salida por las bravas de Telefónica y el choque o pulso, ahora silencioso, que mantienen Milei y Sánchez. Elegir a Clarín, el multimedio que venció todas las batallas que se iniciaron contra él desde la época de Carlos Menem hasta la de Cristina Fernández lo entendió el sucesor de Alberto Fernández como una provocación. Lo dijo en cuanto se entero (al mismo tiempo que el resto del mundo) y anunció lo que anoche ejecutó: Se suspende la venta.
«El Gobierno Nacional, a través de la Secretaría de Industria y Comercio del Ministerio de Economía, tomó la decisión de dictar una medida preventiva que suspende los efectos de la compra de Telefónica por parte de Telecom». El párrafo del comunicado de la Oficina del Presidente no dejaba ninguna duda de que Héctor Magnetto, el CEO del grupo Clarín se va a tener que preparar _siempre lo ha estado_ para otro pulso con un Ejecutio heterodoxo cuya jefe, Milei, se ha convertido en gran amigo de Elon Musk, propietario de Starlink, operadora satelital que apenas cubre algunas zonas del interior de Argentina y que, con certeza, tenía otras planes de ampliación.El Gobierno argentino justifica la medida en una recomendación de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, que, como hicieron gobierno anteriores en situaciones similares, asegura que la fusión de ambas compañías «incrementaría en forma significativa su participación en el mercado».
Magnetto es veterano en estas lides y en ningún momento tenía previsto «fusionar» oficialmente las compañías. Por el contrario, conoce todos los recovecos de una ley modificada en varias ocasiones y sabe cómo cubrirse las espaldas ante las políticas del libertario que defiende el libre mercado y la competencia.
Dicho esto, el Gobierno de Milei tampoco es ingenuo y habrá que esperar hasta donde quiere llegar con esta medida cautelar. Las cuentas que hace y presenta al público para ganar su simpatía por la decisión es que Telecom Argentina concentrar el 61 % del mercado de telefonía móvil, el 69 % de la fija y en sectores del interior podría llegar a controlar el 80 % del servicio de Internet en domicilios.
«A partir de la recomendación formulada por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia, se ha tomado la decisión de resguardar la transparencia y libre concurrencia del mercado mediante la medida preventiva hasta tanto se profundice el análisis de la operación notificada», añade el comunicado que, por si acaso, deja la puerta abierta a un futura corrección.
«Garantizar los derechos de los usuarios y consumidores, así como de defender la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados», es la obligación según el Gobierno argentino, que le ha impulsado a recurrir a la medida cautelar.
Los principales acciones de Telecom Argentina son Cablevisión Holding (empresa controlada por el grupo Clarín) y al fondo Fintech Telecom (controlado por el empresario mexicano David Martínez), como recuerda Efe.
Telecom y Telefónica dominan el mercado argentino de las telecomunicaciones desde que a principios de los años 90 Carlos Menem (1989-1999) privatizara la empresa estatal de telefonía.
En la década de los 90 se produjeron los mayores cambios y privatizaciones en las empresas públicas, -ineficientes y corruptas-, de la historia. Todos los servicios públicos se licitaron y España encontró en estas ofertas un campo inmejorable donde mejorar sus cuentas. El sueño se hizo pesadilla con la crisis de principios de siglo y la llegada del matrimonio Kirchner al poder.