Los peligros de las inversiones chinas en Perú
Perú es uno de los países donde más influencia ejerce el gigante asiático desde hace varias décadas
China tiene dos objetivos claros con respecto a su influencia en Hispanoamérica: por un lado, promover entre los públicos locales su propia versión de China y el sistema político del país, en lo que el régimen considera un relato occidental sesgado; y, por otro, construir una imagen amigable que fomente el apoyo de sus objetivos estratégicos en Iberoamérica en el ámbito político, económico, social y cultural.
El ascenso de China ha convertido a Pekín en el mayor desafío global para los intereses estadounidenses
El ascenso de China ha convertido a Pekín en el mayor desafío global para los intereses estadounidenses e Hispanoamérica no es una excepción. Sin embargo, aunque el núcleo del compromiso de China con Iberoamérica es, en un principio, económico, en Perú vemos cómo esa influencia política, económica y cultural es cada vez mayor.
Sin ninguna duda podemos decir que Perú es uno de los países donde más influencia ejerce el gigante asiático desde hace varias décadas. Bien es cierto que la relación de Perú con China es una de las más longevas y de mayor arraigo en la región. Mientras que Lima fue una de las capitales administrativas del imperio español en Iberoamérica, Perú se convirtió en el destino de miles de inmigrantes de la China costera que huían de las dificultades económicas en busca de oportunidades en el Nuevo Mundo.
El creciente protagonismo comercial, económico y financiero de Pekín no nos debe sorprender respecto a los requisitos que el país demanda a sus socios. En este caso, los de Perú son mucho menos exigentes en el plano medioambiental, anticorrupción, derechos humanos o propiedad intelectual, que los requeridos por sus socios tradicionales, es decir, Estados Unidos y los países de la Unión Europea.
China ha utilizado la firma de acuerdos de libre comercio como parte de su política económica y comercial en Iberoamérica. El Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Perú y China fue suscrito el 28 de abril de 2009, el cual abarcaba bienes, servicios e inversiones. En 2011, China desplazó a los Estados Unidos como principal destino de las exportaciones peruanas. En abril de 2013, China reconoció a Perú como «socio estratégico integral» y, en abril de 2019, la nación suscribió el programa Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China.
Los intercambios bilaterales entre ambos países pasaron de 850 millones de dólares en 2002 a 21.500 millones en 2021, es decir, se multiplicaron por 25 en menos de una década. A pesar del Tratado de Libre Comercio de Perú con Estados Unidos, su comercio con China también eclipsa su comercio con el país norteamericano, que fue de 16.600 millones de dólares durante el mismo periodo.
En 2019, la minería representó más del 80 % de las exportaciones totales a China y, solo el cobre, supuso más del 60 %. También se han realizado importantes inversiones chinas en los sectores de la energía, la electricidad, la pesca, las finanzas y las infraestructuras. Entre los proyectos más destacados figuran el mega puerto de Chancay, a tan solo 80 kilómetros de Lima, que está construyendo un consorcio liderado por la estatal china Cosco Shipping Ports, la prospección de gas en el departamento de Cusco, a cargo de China National Petroleum Corporation, y la «hidrovía» del Amazonas, una iniciativa en la que participa la compañía china Sinohydro. Three Gorges Corporation (CTG) también ha comprado participaciones en la central hidroeléctrica de Chaglla, y Luz del Sur, la mayor empresa peruana de distribución de electricidad.
La cultura china en Perú
La imagen de China como un gigante económico y tecnológico también ha ayudado a incrementar la influencia social y cultural entre la población peruana. Sin duda, la descendencia de inmigrantes chinos en Perú ha influido en la imagen del gigante asiático. En Perú, hay 2,5 millones de descendientes de chinos, lo que significa aproximadamente un 8 % de la población. Es el país con mayor población china en Iberoamérica y mejor integrada social, cultural y económicamente. Existen importantes asociaciones chinas, que demuestra la influencia de la comunidad china a todos los niveles.
Perú es el país con mayor población china en Iberoamérica
Lo realmente relevante es que los ciudadanos chinos que viven en Perú, junto con los descendientes de origen chino, contribuyen decisivamente a la normalización de la imagen de China en el país, minimizando la naturaleza autoritaria de su régimen y destacando la supuesta eficiencia de desarrollo económico y tecnológico de China.
En el ámbito de la cultura, la influencia se organiza, además de la expansión de sedes del Instituto Confucio y de la sección cultural de la embajada de la República Popular China en Lima, a través de las numerosas asociaciones que existen en el país mediante exhibiciones, presentaciones de libros, conferencias, festivales de cine y teatro, etc.
El ascenso de China ha convertido a Pekín en el mayor desafío global para los intereses estadounidenses e Iberoamérica no es una excepción. Sin embargo, aunque el núcleo del compromiso de China con Iberoamérica es en un principio económico, en Perú vemos como esa influencia a nivel social, cultural y política es cada vez mayor. El mega puerto de Chancay puede convertirse en el «nuevo Gibraltar» para los intereses de China en el Pacífico.